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5 de Agosto de 2020Video porno interrumpió audiencia judicial por Zoom del supuesto “hacker” de Twitter
Según medios locales que cubrieron la audiencia presidida por el juez Christopher Nash, de Tampa (costa oeste de Florida), hubo también interferencias de música de rap, insultos raciales y sonidos estridentes.
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Imágenes pornográficas interrumpieron este miércoles una audiencia judicial por videoconferencia a través de Zoom del caso del joven floridano de 17 años acusado de haber pirateado las cuentas de Twitter de personalidades como Barack Obama, Bill Gates y Elon Musk para estafar a otras personas.
Según medios locales que cubrieron la audiencia presidida por el juez Christopher Nash, de Tampa (costa oeste de Florida), hubo también interferencias de música de rap, insultos raciales y sonidos estridentes.
El juez interrumpió la audiencia temporalmente y cuando la reanudó denegó una petición de la defensa de Graham Clark para reducir la fianza de 725.000 dólares impuesta al acusado para poder quedar en libertad antes de juicio, según los cales de televisión de Tampa.
La próxima audiencia ha sido fijada para el 7 de octubre.
Clark se había declarado este martes no culpable de la treintena de cargos que se le imputan como presunto autor de una estafa “a gente en todo el país”, según dijo el fiscal del estado de Florida en el condado Hillsborough (costa oeste de Florida), Andrew Warren, el pasado viernes, cuando el joven fue detenido.
Warren alega que Clark fue el cerebro del “hackeo” realizado el 15 de julio a unas 130 cuentas de Twitter con el que se buscaba “robar dinero” a ciudadanos corrientes usando el nombre de personas conocidas a las que habían pirateado las cuentas, según Warren.
En solo unas horas, los “hackers” recaudaron más de 100.000 dólares en bitcoins, de acuerdo con la investigación.
“Este fraude masivo fue orquestado aquí en nuestro patio trasero y no lo vamos a tolerar”, dijo el fiscal cuando Clark fue detenido.
Ese mismo día se anunció la detención de otro dos presuntos implicados en el “hackeo”: el británico Mason Sheppard, alias “Chaewon”, de 19 años, y Nima Fazeli, alias “Rolex”, de 22, residente en Orlando (Florida), y que fueron acusados de varios delitos cada uno.
Los piratas informáticos se apoderaron de la identidad de personas famosas para escribir mensajes en Twitter en el que pedían a sus seguidores enviar bitcoins, más difíciles de rastrear, a cuentas asociadas a Clark, y ellos duplicarían la cantidad enviada.
Además de las cuentas del expresidente Barack Obama y de los empresarios Elon Musk y Bill Gates, fueron pirateadas las cuentas del virtual candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden; del propietario de Amazon, Jeff Bezos; del artista Kanye West y de las compañías Uber y Apple.
“Los delitos de este individuo (Clark) fueron perpetrados usando los nombres de gente famosa y celebridades, pero ellos no son las víctimas principales. Este fraude estaba diseñado para robar dinero a miles de estadounidenses a lo largo de todo el país”, dijo el fiscal Warren.
Los “hackers” publicaron el pasado 15 de julio mensajes parecidos que ofrecían doblar el dinero que los usuarios ingresasen en Bitcoin a un monedero virtual de criptomonedas.
“¡Estoy devolviendo a la comunidad! ¡Todo el Bitcoin ingresado a la dirección siguiente será retornado duplicado! Si mandas 1.000 dólares, te retornaré 2.000 dólares. Solo lo haré durante 30 minutos”, afirmaba un mensaje en la cuenta de Biden.
Un mensaje similar en la cuenta de Bezos prometía repartir 50 millones de dólares, mientras que Uber se comprometía con 10 millones.
“Debido a la COVID-19 estamos devolviendo 10 millones de dólares en Bitcoin. Todos los pagos enviados a nuestra dirección se retornarán doblados”, apuntaba el mensaje en la cuenta de la empresa de transporte compartido.
Twitter reconoció la brecha en su sistema de seguridad y mantiene abierta una investigación interna al respecto. La semana pasada desveló en un comunicado que el incidente se produjo al atacar a empleados de la compañía mediante “phishing”.
Esta técnica capta los datos privados falsificando páginas que los usuarios conocen, que se duplican y solicitan que se introduzcan en ella los datos confidenciales que se quiere obtener.