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Selección Nacional

28 de Agosto de 2020

Sebastián Benítez: del restorán a la venta de comida sellada al vacío

Foto: Archivo personal

Su local de comida chilena tenía poco más de un año cuando la pandemia lo obligó a cerrar por casi cinco meses. Hace unas semanas, una nueva idea lo ayudó a ponerse de nuevo de pie: vender almuerzos sellados al vacío por redes sociales.

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Sebastián Benítez (32) es ingeniero comercial y el año pasado decidió dejar atrás su trabajo en una consultora financiera para hacer lo que siempre soñó: abrir su propio restorán en Providencia. Junto a su hermano Álvaro, su mano derecha, estudiaron qué tipo de comida querían vender y concluyeron que los platos típicos chilenos eran la mejor opción. Luego de unos meses de planificación, nació Perpetuo Restorán.

Le estaba yendo cada vez mejor cuando la pandemia lo obligó a cerrar su local en marzo. Estuvo sin ingresos durante casi cinco meses. La situación era crítica, por lo que se reunió con su hermano para buscar una solución y así salvarse de un eventual cierre. Querían crear un nuevo formato que les permitiera mantener la experiencia de servir un plato fresco y poder llegar a más gente. 

En la conversación, Sebastián planteó la idea de vender almuerzos en paquetes sellados al vacío. La idea fue ofrecer packs de 2, 3 o 5 porciones de comida para que la gente se la pudiera comer cuando quisiera. “Fue súper óptimo. Estuvo bien vender la comida fría, sellada al vacío, así tu la puedes refrigerar o incluso la puedes congelar en el caso de que no te la comas el mismo día ni el siguiente. Ahí la puedes conservar más de un mes”, dice.

Foto: Perpetuo Restorán

Reconoce que a él también le ha tocado cocinar y lo disfruta. La especialidad de la casa son los porotos, charquicán, pollo arvejado, sopas y cremas y esta nueva modalidad le permitió recuperar a algunos de sus clientes, la mayoría oficinistas. Aunque ahora también han podido repartir su comida a gente de otras comunas Santiago Centro, Peñalolén y Huechuraba.

¿Por qué la decisión de vender comida chilena y no otra?

-No es fácil comer comida chilena acá. En otros países es común comer algo tradicional en las calles, pero en Chile, si quieres comer algo rápido te comes una hamburguesa, un completo o unas papas fritas y eso no tiene mucho sentido con nuestra cultura. Eso nos motivó a partir con el restorán. Nuestro slogan es cultura chilena al plato. 

¿Qué se sintió estar cerrados tanto tiempo?

-Súper duro, porque te das cuenta lo sensible que es la economía. Nuestro restorán era nuevo y llevábamos un año, por fin estábamos estableciéndonos, ya teníamos ventas estables hasta que te das cuenta que tienes que cerrar. Estamos súper afectados económicamente, porque aguantar sin ingresos en un negocio fue extremadamente complicado. 

Álvaro a la izquierda y Sebastián a la derecha. Foto: Archivo personal

¿Por qué vender los platos sellados al vacío y no servidos?

-La idea era crear un nuevo formato, un concepto que pudiera compatibilizar con nuestro formato original y no hacer algo a la rápida. No queríamos hacer un delivery que no hiciera ninguna diferencia. La comida chilena tampoco es tan llamativa para venderla a la rápida. No somos una pizzería, no vendemos hamburguesas, no es comida rápida.

“Nuestro restorán era nuevo y llevábamos un año, por fin estábamos estableciéndonos, ya teníamos ventas estables hasta que te das cuenta que tienes que cerrar. Estamos súper afectados económicamente, porque aguantar sin ingresos en un negocio fue extremadamente complicado”. 

¿Y cómo se sirven?

– Tú sacas tu porción, la calientas de 6 a 8 minutos en agua hirviendo y está listo. Todas las otras porciones están selladas y organizadas, con su etiqueta y todo. Priorizamos la experiencia de comer comida casera en tu propia casa. Lo que quisimos transmitir en esta reapertura con este nuevo formato fue la posibilidad de tener a Perpetuo en tu casa.

¿Cómo han sentido el cambio?

-Ha sido frustrante partir todo de nuevo, porque llevabas tiempo esforzándote para que las cosas salieran bien y de repente pasa esto y tienes que empezar todo cero y reinventarte. Lamentablemente estas son las circunstancias. Debemos darle para adelante porque es lo único que queda. No puedes solo quejarte, tienes que avanzar no más. Es todo un desafío y cansa bastante, pero en eso estamos la mayoría de los restoranes: intentando sobrevivir. 

“Debemos darle para adelante porque es lo único que queda. No puedes solo quejarte, tienes que avanzar no más. Es todo un desafío y cansa bastante, pero en eso estamos la mayoría de los restoranes: intentando sobrevivir”.

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¿Qué ha sido lo más provechoso de esta nueva modalidad?

-Pensamos en hacer algo que perdure, para así cuando volvamos a la normalidad lo podamos seguir haciendo. Mucha gente nos quería conocer y no podía porque no estábamos cerca. También atendíamos hasta las 4 de la tarde, entonces algunos no podían ir porque trabajaban hasta tarde. Esto daba la posibilidad de conocernos a quienes no vivían cerca y no podían llegar la hora de almuerzo.

¿Y lo más complejo?

-La angustia de no saber cuándo esto va a volver. Soportar el estrés y la angustia que significa pensar que se puede acabar tu sueño y tu negocio. Sentir que algo que ya lograste crear y que estás dándole todos los días un poquito de ti puede terminar. También, el delivery en pandemia es básicamente trabajar el triple para vender un tercio. Yo antes trabajaba de lunes a viernes y ahora trabajo hasta los domingos, vendiendo mucho menos que antes. 

¿Qué planes tienes a futuro?

-Nuestra idea era hacer un concepto que pudiéramos seguir manteniendo con el tiempo. Todo el proceso requirió una inversión en la máquina para sellar y el packaging. Hubo todo un estudio detrás y no queremos botarlo a la basura después. Hay que hacer rendir la idea, sirve para aportar valor a la marca a largo plazo. Eso buscábamos con mi hermano: crear un concepto que pudiera perdurar en el tiempo y pudiera seguir adelante incluso ya volviendo a la normalidad. 

“Sentir que algo que ya lograste crear y que estás dándole todos los días un poquito de ti puede terminar. También, el delivery en pandemia es básicamente trabajar el triple para vender un tercio. Yo antes trabajaba de lunes a viernes y ahora trabajo hasta los domingos, vendiendo mucho menos que antes”. 

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