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Reportajes

25 de Septiembre de 2020

Las esquirlas del Caso Guzmán: Fiscalía solicita antecedentes de la auditoría a funcionarios

Foto: Agencia Uno

No solamente persiste la tensión al interior del Senado desde que el Ministerio Público solicitara la formalización de su secretario general. Ahora la fiscalía Oriente busca conocer los alcances de la auditoría interna que habría arrojado $200 millones de pagos en exceso. Senadores divididos, funcionarios en pie de guerra, estrategias mediáticas en acción y una mesa directiva sólo conteniendo la crisis, son algunos de los efectos de un caso inédito en el Congreso.

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Fue como si hubiera caído una bomba en medio de la actividad legislativa. Las divisiones que ha dejado al interior del Senado el caso sanitario del Secretario de la corporación, Raúl Guzmán, se encuentra en su máxima tensión. Según retratan senadores, funcionarios y asesores, los efectos del caso tienen no solamente divididos a los parlamentarios entre quienes creen que sería mejor su destitución, y quienes lo defienden sin concesiones. También las asociaciones de funcionarios del Senado se encuentran enfrentadas entre quienes difieren sobre si apoyar o no los planes que Guzmán posee para modernizar la corporación.

Los encontrones son a diario, describen, y quedan registrados en las salas virtuales activadas por Zoom. Tampoco se avizora un cese al fuego en un plazo corto, lo que podría trascender la relación del Secretario Guzmán con la próxima mesa que podría encabezar la senadora DC Yasna Provoste, una de las parlamentarias más críticas del estilo Guzmán.

Y en los últimos días, una diligencia solicitada por el Ministerio Público al Senado, crispó todavía más los ánimos internos. Según explican conocedores de la investigación por el caso Asesorías -que indaga el uso de asignaciones parlamentarias- el fiscal Felipe Sepúlveda pidió todos los antecedentes detrás de la auditoría que hace algunas semanas fue difundida por El Mercurio, en la que se asegura que se habría pagado en exceso $200 millones a funcionarios de la corporación.

En el oficio, la fiscalía Oriente pidió que se le enviara la auditoría y todos sus anexos, asunto que todavía no arriba al Ministerio Públicos. Pese a que hay incertidumbre acerca de las razones detrás de los fiscales -quienes investigan asignaciones y hasta ahora no los pagos a funcionarios de planta o a contrata del Senado-, algunos senadores cuestionan la pertinencia de la diligencia, puesto que, de ser investigados esos posibles pagos en exceso, esto debiera ser llevado a cabo por la Fiscalía de Valparaíso que encabeza, Claudia Perivancich.

El fiscal a cargo de la diligencia confirma que solicitaron los antecedentes. “Pedimos la auditoría que se hizo referencia en un medio de prensa, puesto que conforme a la nota, los fondos que dan cuenta de la auditoría estarían relacionadas con asignaciones”, afirma Sepúlveda.

Fuentes ligadas a las bancadas de senadores temen que el asunto abra otro conflicto, ahora entre parlamentarios y el Ministerio Público, relación ya resentida a raíz de la formalización del secretario Guzmán. Porque a juicio de senadores que defienden a Guzmán -y que creen que violar una norma sanitaria no sea algo tan grave como para su destitución- desde la foto tomada a Guzmán en el restorán Loyola junto a otros dos fiscales almorzando en plena cuarentena, y hasta su formalización, responde únicamente a un ajuste de cuentas entre fiscales. 

Fuentes ligadas a las bancadas de senadores temen que el asunto abra otro conflicto, ahora entre parlamentarios y el Ministerio Público, relación ya resentida a raíz de la formalización del secretario Guzmán.

La modernización

Raúl Guzmán es parco y poco expresivo. Cuando habla concita la atención de los que lo escuchan y usualmente hay seguridad en sus palabras. En medio de la pandemia, ha sido uno de los funcionarios del Senado que, sagradamente, llega antes de las 9 de la mañana a su oficina en el piso 15 del Congreso y se retira de los últimos. Todos los días viaja desde Santiago.

Pero quienes lo han visto transitar por el Senado estos días, lo describen ansioso e inseguro. Errático en las materias legislativas y muy golpeado. Y sobre todo, dicen, atrincherado. Porque desde que armó su equipo -personas que fue contratando desde su llegada para trabajar en el Senado- se relaciona casi exclusivamente con ellos.

Según explican algunos senadores, el Secretario posee el firme convencimiento de que con su plan modernizador del Senado, podrá salir airoso de los dardos que no solamente le ha propinado su exinstitución -el Ministerio Público-, sino que también frente a la áspera relación que posee con algunos parlamentarios.

Según conocedores de su plan, éste busca racionalizar recursos al interior del Senado, eliminar algunos cargos que a su juicio estarían duplicados y redestinar tareas para provocar mejores resultados. Asimismo, la estrategia apunta a revisar aquellos salarios que doblan el de los senadores; en algunos casos hasta $16 millones recibe un funcionario solo en un mes. El control de gestión es su norte como secretario, explican, y por eso, el hecho de que lo hayan dejado a cargo solamente de la parte administrativa, hará que ese plan avance más rápido.   

Pero el comidillo interno es casi de espionaje al interior del Senado ahora. A tal punto, que se hizo vox populi que el senador que más llama por teléfono estos días al secretario Guzmán, es Manuel José Ossandón. Y que el plan que busca implementar es justamente el mismo que el senador RN promocionó antes del nombramiento del secretario, y por el cual el parlamentario también sostuvo una tensa relación con las asociaciones de funcionarios.

Según conocedores de su plan, éste busca racionalizar recursos al interior del Senado, eliminar algunos cargos que a su juicio estarían duplicados y redestinar tareas para provocar mejores resultados.

Por ahora, la mesa encomendó a su vicepresidente, al senador PS Rabindranath Quinteros, llevar adelante las relaciones con los directivos de las tres asociaciones que hoy componen el puzle de funcionarios del Senado. Según ha dicho, Quinteros no da por sentado que haya habido efectivamente un pago en exceso. Menos después de que funcionarios solicitaran un informe en derecho realizado por el abogado y profesor de derecho administrativo de la Universidad Católica, Eduardo Cordero, en el que se desmentía la irregularidad.

Quinteros, luego de reunirse con las distintas asociaciones tres veces en las últimas semanas, explica: “Yo les he asegurado a las directivas que aquí no se trata de perjudicar a nadie. Si hay alguna cosa anormal, lo que pretendo es normalizar la situación que existe, porque ni siquiera hablo de regularización, porque no quiero decir que hay irregularidades. Y si hay que devolver recursos, tendrán que devolverlos y se les darán las facilidades para ello. Y lo otro: Si es que hay aprensión por la modernización que hay que hacer en el Senado, que estén tranquilos, porque esta se hará en conjunto con ellos porque el senado necesita una”, afirma.

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