Exclusivo: Mira “El Tercer Cuerpo”, corto que muestra la transformación de Alfredo Castro en La Loca del Frente para “Tengo Miedo Torero”

Durante la grabación de la exitosa película dirigida por Rodrigo Sepúlveda, “Tengo Miedo Torero”, se creaba a la par un cortometraje: el making-of del íntimo proceso de caracterización de Alfredo Castro para interpretar a la Loca del Frente.

El corto se titula “El Tercer Cuerpo” y es dirigido por Rodrigo Susarte, quien acompañó a Castro durante el rodaje. La pieza está inspirada en un texto escrito por el actor, y alterna sus palabras con imágenes de la transformación que dan vida a la Loca y a la película.

El texto de Castro se titula “Lo Crudo/La Piel/Lo Cruel”, y ha sido presentado en diversos lugares, entre los que destaca la Universidad de Princeton.

Por estos días, la academia chilena está en el proceso de elección de la película nacional que representará al país en los premios Óscar y “Tengo Miedo Torero” es una de sus candidatas más fuertes.

El buen recibimiento que ha tenido la cinta, tanto del público como de la crítica especializada, es uno de los puntos que mejor la posicionan en esta elección, y parte importante de esa acogida se la ha llevado la interpretación de Alfredo Castro como La Loca del Frente.

“Actuar sería la creación insaciable e infinita de un otro. Un viaje hacia un saber primitivo. Es dar vida a otro. Es un estado de goce que nos incita a la alteridad, a evacuar eternamente a un otro. Y ese acto exige siempre, inevitablemente, la muerte”, dice Castro en “El Tercer Cuerpo”.

Y agrega que “A un actor se le mira, se le observa pensar, no actuar. El actor mira pensar ese personaje, a ese ser de ficción, a ese otro cuerpo. El actor se recuerda a sí mismo en ese cuerpo ficticio. Recuerda su cuerpo cadáver. Mira con una mirada no distante ni crítica, sino con una mirada extrañada, esa mirada que se duele por él mismo”.

“Pero una vez muerto”, relata Castro, “observa cómo opera su recuerdo, su pensamiento en ese cuerpo. Cómo se desenvuelve, cómo se desarrolla, cómo se porta el cadáver. Y se rememora a su vida, su vida buena y mala, la ve suceder fuera de él, en ese cuerpo tercero, en otro paisaje, en el paisaje de la memoria. Y se pone a pensar, y se pone a desear a volver a vivir su vida. Se desliza en este otro cuerpo de ficción, en el personaje. Y se entrega, se da en el espectáculo, en esa representación de sí mismo”.