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Coronavirus

1 de Abril de 2021

Trazabilidad o vacunación: El dilema que complica a la atención primaria en el momento más oscuro de la pandemia

Foto: Agencia UNO

Durante marzo, los números de casos y contactos estrechos identificados en menos de 48 horas van en picada. Esta caída coincide con el explosivo aumento de casos, inabarcable para los funcionarios de salud. Sin embargo, también fue clave la reorganización de las labores de trazabilidad que impulsó el Gobierno durante febrero, ante el hecho de que la atención primaria tendría que repartirse labores entre el seguimiento de casos y la vacunación.

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A mediados del 2020, una de las decisiones claves del Ministerio de Salud fue cuando la atención primaria fue integrada a las labores de trazabilidad. El hito fue anunciado por Jaime Mañalich en el ocaso de su gestión y aplicado varias semanas después por Enrique Paris.

Pese a que se lograron establecer indicadores y se empezaron a reportar semanalmente los avances en esta materia, lo cierto es que el desempeño de las tareas de seguimiento siempre fue bajo.

Tal como lo refleja la plataforma ICOVID en su gráfico de confirmación temprana de casos, esta nunca pudo superar la barrera del 50%. Es decir, menos de la mitad de los pacientes sintomáticos eran contactados por la autoridad sanitaria en las primeras 72 horas.

En el último informe de la estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA) elaborado por el Minsal, se observa una caída de buena parte de sus indicadores en el último mes, sobre todo en la proporción de contactos investigados antes de 48 horas.

Considerando el promedio de personas por hogar en Chile, se estima que un mínimo óptimo sería investigar entre 5 y 10 contactos estrechos en menos de dos días. Sin embargo, a nivel nacional se están encontrando apenas 2.4 contactos y en la Región Metropolitana el número es aún peor: 1.7, el más bajo de todo el país.

LA DECISIÓN CLAVE DEL GOBIERNO

Esta baja en los indicadores de trazabilidad coincide con el aumento explosivo de casos que se experimentó durante marzo. Pero también con una decisión que tomó el Gobierno en febrero, cuando determinó reorganizar las labores de trazabilidad.

En el decreto ordinario n° 793 del Ministerio de Salud, se definió que las Seremis vuelven a ser las responsables de la investigación epidemiológica de casos y el rastreo de contactos estrechos, mientras que el rol de la atención primaria se reduce a la ejecución de visitas a domicilio de pacientes, los operativos de búsqueda activa de casos (BAC) y las gestiones de aislamiento.

La dra. María Soledad Martínez, académica de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, explica que a lo largo de la pandemia siempre hubo una “combinación complicada” entre las Seremi de Salud y la atención primaria, porque “nunca quedó muy claro” cuál era el rol de cada uno.

Sin embargo, manifiesta que este cambio en la estrategia es “un despropósito total”, principalmente porque las Seremi “no dan abasto”. “Cuando la atención primaria hacía la trazabilidad y la investigación de casos, ya había gente que se quedaba afuera, ya estaban sobrepasados. Imagínate ahora”, argumenta.

Por otro lado, la dra. Ana María Moraga, epidemióloga de la U. de Concepción e integrante de la plataforma ICOVID, explica que la razón de esta reorganización tiene que ver con que la trazabilidad se está haciendo “con el mismo recurso humano que está participando de la campaña de vacunación“.

Ambas investigadoras son pesimistas en que la situación de trazabilidad mejore y aseguran que una mejor medida hubiera sido inyectar más recursos a la atención primaria para poder enfrentar, tanto el seguimiento de casos como la vacunación, de la mejor manera.

De hecho, la dra. Moraga subraya que “la autoridad sanitaria sabe muy bien que la trazabilidad es súper importante, pero en este momento es difícil que mejore. Lo ideal sería una inyección de recursos, pero considerando la cantidad de casos que tenemos ahora, sería muy difícil remontar. Solo para mantenernos ya necesitamos más recursos”.

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