Selección Nacional
7 de Octubre de 2021FoCo Migrante, el espacio comunitario que recicla bicicletas para donarlas a migrantes
Con un enfoque en la educación vial, desde hace más de cinco años y a través de la autogestión la organización busca promover la inclusión de las personas migrantes en la ciudad. “(Los migrantes) sienten otra mirada, ya no sienten la xenofobia al lado, sino que ven gente que está dispuesta a aportar en que su acogida acá sea buena”, dice la presidenta de FoCo Migrante, Victoria Lagos a The Clinic.
Compartir
Cuando se fue a estudiar a Canadá, Daniel Lanfranco tenía que tomar dos micros y el metro para llegar a la universidad. Muchas veces se atrasaba, ya que todo dependía de los horarios. Y en algunos casos, la nieve impedía que se pudiera movilizar a través del transporte público. Un día, cansado de todo esto, decidió agarrar una bicicleta vieja que le habían regalado. La llevó a un espacio comunitario de bicicletas, en donde la arreglaron y quedó como nueva. En ese momento, nació en él una nueva pasión por la bicicleta y un lugar autogestionado que no había visto en Chile.
El fenómeno de las Bike Kitchen tiene especial relevancia en Canadá, Estados Unidos y algunos países de Europa. En este tipo de espacios se promueve el aprendizaje y la autonomía al momento de reparar las bicicletas. Usualmente, las herramientas están a disposición de las personas que llegan al lugar. Del mismo modo, cuentan con un equipo de ciclistas con conocimientos de mecánica que están disponibles para facilitar ese proceso de aprendizaje. También reciben bicicletas usadas, las que reparan y reciben un nuevo uso cuando son donadas a otras personas que las necesitan.
En 2016, una vez de vuelta en Chile, Daniel comenzó a formular un proyecto similar al que vio en Canadá. Sin embargo, a raíz del racismo y la xenofobia que estaba cada vez más presente en la sociedad chilena, vio la necesidad de darle un enfoque especial en la población migrante. Así nace el Fondo Comunitario de Bicicletas para Migrantes (FoCo Migrante), un taller de mecánica para bicicletas de carácter comunitario, gracias al trabajo en conjunto de un grupo de personas que querían hacer realidad un espacio como este.
“Desde un comienzo, dijimos que esto iba a ser algo que fuera sostenible en el tiempo. Entonces, teníamos que buscar financiamiento para pagarle a la gente que trabaja dentro de FoCo. Al mismo tiempo, buscamos un tema de autonomía y autogestión. La gente que viene a reparar las bicis, no es que nosotres les estemos reparando sus bicis, sino que elles aprendan a reparar sus propias bicis”, dice Daniel Lanfranco, director ejecutivo y fundador de FoCo Migrante.
El equipo de FoCo está compuesto por seis personas, aunque también cuentan con la ayuda de voluntarios/as que buscan aportar en el proyecto. Día a día, trabajan en múltiples tareas a la vez. En el área mecánica se dedican a desarmar, reparar y hacer la mantención a las bicicletas que les llegan para donación. También hacen cursos de mecánica básica y servicios de mantención para ciclistas que vienen del Cerro San Cristóbal o pasan por el lugar. En el área de educación se dedican principalmente a dictar el Curso de Ciclismo Urbano para los beneficiarios y beneficiarias de las bicicletas, además de otros talleres que tienen el objetivo de “enseñar a enseñar”.
Daniel Figueroa es el encargado del área mecánica. Aunque estudió ingeniería, nunca se dedicó a la profesión. En FoCo Migrante encontró un espacio donde pudo juntar dos de sus grandes pasiones: la bicicleta y la ayuda social. “En el fondo, lo que me hace venir día a día acá es que sé que estoy significando un impacto positivo en las personas. El hecho de entregarle una bicicleta a alguien le va a cambiar la vida. Va a ver de forma distinta la ciudad, el cómo se puede desplazar, que puede manejar sus tiempos, que puede conocer la ciudad de forma más amigable y a otro ritmo”, dice.
“Desde un comienzo, dijimos que esto iba a ser algo que fuera sostenible en el tiempo. Entonces, teníamos que buscar financiamiento para pagarle a la gente que trabaja dentro de FoCo. Al mismo tiempo, buscamos un tema de autonomía y autogestión. No es que nosotres les estemos reparando sus bicis, sino que elles aprendan a reparar sus propias bicis”
Actualmente están ubicados en Dominica 14, comuna de Recoleta. “El taller está abierto siempre y las herramientas están disponibles para la gente que quiera aprender. Idealmente, se trata de fijar algún horario para que la gente venga y nosotros poder tener la disposición y el tiempo para poder enseñarles. Pero constantemente el taller está abierto para esa área también”, agrega Victoria Lagos, bicimensajera y presidenta de FoCo Migrante.
Educación vial para ciclistas
Aunque al principio la donación de bicicletas para migrantes y nacionales consistía únicamente en la entrega de la bicicleta, con el tiempo vieron la necesidad de que estas personas tuvieran también los conocimientos básicos para comenzar a moverse por la ciudad en este medio de transporte. Así surge el Curso de Ciclismo Urbano, un taller que a través de tres clases busca enseñar a las personas cómo pedalear de manera segura en la ciudad, fomentando la autonomía y la seguridad al momento de subirse a la bicicleta. Las dos primeras clases son online, mientras que la última es presencial, momento en que los beneficiarios reciben su bicicleta.
La idea surgió gracias a Susana León, fundadora de la cooperativa Pantera Courier que fue parte del equipo de FoCo Migrante y la principal encargada de dictar el curso hasta unos meses atrás. Hoy, el curso lo dicta Matías Montenegro, voluntario que llegó a principios de 2021 y que pasó a integrar el equipo. La donación de las bicicletas llega por distintas vías, en ocasiones directamente al taller, mientras que en otros casos coordinan con Pantera Courier para recogerlas en diferentes comunas.
“Después las bicicletas acá son desarmadas completamente, se limpian, se les hace una mantención completa. Esto, todo en el taller comunitario. Luego ya son entregadas a los beneficiarios del Curso de Ciclismo Urbano”, señala Victoria. Aunque al principio la entrega era gratuita, debido al alza de precios de las bicicletas y la necesidad de autosustentarse, hoy cobran un total de 20 mil pesos por la bicicleta y las tres clases del Curso de Ciclismo Urbano, taller que es obligatorio y que forma parte del proceso.
“El taller está abierto siempre y las herramientas están disponibles para la gente que quiera aprender. Idealmente, se trata de fijar algún horario para que la gente venga y nosotros poder tener la disposición y el tiempo para poder enseñarles. Pero constantemente el taller está abierto para esa área también”
“Hay como una mezcla de sensaciones, entre que nos hemos estado conociendo por la pantalla y han estado expectantes de su bicicleta. Seguramente han pensado en un color, en una forma. Ese día es el primer día en que conocen la bici, y que también aprenden algo más que no sabían con sus manos. Hay abrazos, harto tacto y hartas bromas. Es gente que viene de diferentes lugares con diferentes experiencias, entonces tratamos de que cuando coincidan en el taller, ese sea un gran día para todos. Es un día de harta catarsis colectiva”, dice Matías Montenegro.
Al final del curso organizan una cicletada, en la que también han estado invitando a las personas de cursos anteriores para fomentar que sigan con esta práctica. “El último día hacemos la práctica de que las personas salgan a la calle. Entonces, todos esos conocimientos que se fueron aplicando salen a terreno. Y al hacerlo también como una especie de cicletada, más allá del apoyo del Foco, se sienten más seguros. Siguen todos los pasos y eso les ayuda a generar confianza”, dice Angélica Hernández, estudiante de Diseño que es parte del área de comunicaciones y de mecánica en FoCo Migrante.
En el caso de las personas migrantes, uno de los aspectos clave en el curso está en la enseñanza de la normativa de convivencia vial. “La migración siempre está a la defensiva en cuanto a la ley, a la normativa. Están siempre en desventaja por su condición de migrantes. En ese sentido, conocer la normativa es una herramienta para que también las personas se puedan defender ante cualquier injusticia que se les quiera aplicar”, comenta Daniel Lanfranco.
Derribando la xenofobia
Javi es bicimensajero en Pantera Courier y, en FoCo Migrante, pertenece al área de educación. Cuenta que a través de la enseñanza, especialmente de niños y niñas, siente estar aportando un granito de arena. “Actualmente, el tema de los migrantes y las migrantes ha sido un punto demasiado tenso y ha sacado lo más oscuro de este país. Se estaba yendo, pero sigue muy presente. Y eso, creo que igual hoy, viendo en las últimas dos semanas noticias con hechos bastante funestos. Creo que igual que nosotres nos llamemos Foco Migrante hace que le demos fuerte en este momento. Me lo tomo bien a pecho”, señala.
Para las personas migrantes, que son parte importante de los beneficiarios y beneficiarias, el hecho de recibir una bicicleta mientras se adaptan en la ciudad les permite un ahorro tanto en términos económicos como de tiempo. Además, el apoyo que sienten en la entrega de una bicicleta también es fundamental. “Les tratamos de dar más herramientas para que puedan salir solos. Y aparte nos damos cuenta que al realizar los cursos comunitarios hay un cambio en la gente. Sienten otra mirada, ya no sienten la xenofobia al lado, sino que ven gente que está dispuesta a aportar en que su acogida acá sea buena”, dice Victoria Lagos.
“Hay como una mezcla de sensaciones, entre que nos hemos estado conociendo por la pantalla y han estado expectantes de su bicicleta. Seguramente han pensado en un color, en una forma. Ese día es el primer día en que conocen la bici, y que también aprenden algo más que no sabían con sus manos. Hay abrazos, harto tacto y hartas bromas.
“Básicamente, la primera ayuda que les toca es un alivio para su economía doméstica. El transporte público en Santiago es uno de los más caros de Latinoamérica en comparación con el sueldo que ganan tanto las personas que están documentadas como las indocumentadas, que ganan mucho menos que las personas documentadas al estar en trabajos informales”, agrega Daniel Lanfranco.
Otro aspecto clave es tener la posibilidad de insertarse en una comunidad. A través de “la formación de redes, ya que la bicicleta te obliga a transitar de una manera. Transitas saludando a la gente, comunicándote con los modos de transporte, tienes que ir a talleres. Si tienes acá un espacio comunitario ya estás dentro de una comunidad, entonces te ayuda a generar otro tipo de redes. Y lo último es el tema del trabajo, que ha explotado con todo este tema del delivery y las aplicaciones, una precarización de la labor”, señala el director ejecutivo de FoCo Migrante.
En el caso de Angélica, pudo ver cómo algunos de los beneficiarios no tenían suficiente dinero para pagar el transporte público. Salían de sus trabajos a las 12 de la noche, hora en la que se iban caminando a sus hogares. “Está también todo el factor de la seguridad que toma la gente. Como tienen trabajos informales, el transporte les sale más caro. Y como no tienen el dinero para gastar en locomoción, caminan todas esas cuadras, y en ese trayecto muchas veces los podían asaltar”, relata.
“Les tratamos de dar más herramientas para que puedan salir solos. Y aparte nos damos cuenta que al realizar los cursos comunitarios hay un cambio en la gente. Sienten otra mirada, no sienten la xenofobia al lado, sino que ven gente que está dispuesta a aportar en que su acogida sea buena”
Por un futuro mejor
En un trabajo que conlleva tiempo, esfuerzo y dedicación, los y las integrantes de FoCo Migrante se sienten motivados día a día por el impacto a nivel local que generan en las personas que se encuentran en una situación más vulnerable. Todo ello a través de la autogestión, la sostenibilidad y la posibilidad de también sustentarse económicamente.
Para su fundador, “la forma en que nos relacionamos trata de ser lo menos jerárquica posible. Entonces, hay formas de hacer una organización que sea horizontal y que distribuya la responsabilidad y los beneficios de la organización. También hay formas de relacionarnos que no tienen por qué ser patriarcales, capitalistas, clasistas. Podemos inventar otras formas que ya se han hecho y hacer que los espacios y las relaciones interpersonales funcionen de otra manera”.
Pensando a futuro, desde ya se están organizando para implementar nuevos programas que tengan que ver con el uso de la bicicleta y los beneficios que conlleva, fomentando la seguridad al momento de pedalear. “Con Matías estamos llevando al papel, después de mucho tiempo hablarlo, unos proyectos educativos donde queremos proponerle a diferentes municipalidades un programa educativo que tenga que ver con la bicicleta. La idea es llevar un programa de un año para ofrecer talleres que se puedan hacer en un colegio y en diferentes contextos: juntas de vecinos, organizaciones”, menciona Javi.
“Está también todo el factor de la seguridad que toma la gente. Como tienen trabajos informales, el transporte les sale más caro. Y como no tienen el dinero para gastar en locomoción, caminan todas esas cuadras, y en ese trayecto muchas veces los podían asaltar”
En ese sentido, el aprendizaje de la mecánica es clave. “En FoCo queremos democratizar el acceso a la mecánica y es un gran desafío que no solo esté entre cuatro paredes, sino que hacerlo lo más masivo posible porque la mecánica es seguridad para quienes han decidido, valientemente, andar en bicicleta por Santiago”, agrega Matías Montenegro.
Con todo eso en mente, el equipo de FoCo Migrante espera seguir, a través de la bicicleta, impulsando la inclusión, la autonomía y la sustentabilidad. “Me hace sentido venir aquí porque estamos construyendo un mundo o un futuro en el cual a mí me gustaría vivir. Más allá del presente en el cual ya estamos, donde tenemos cosas que nos obligan a mirar este mundo de una forma en que a veces no queremos. Para mí es darle ese empuje hacia construir cosas como las queremos y no como las tenemos ahora”, concluye Daniel Lanfranco.