Entre Libertad y Esperanza: Mi vecino es el Presidente de Chile
Una invitación a una piscola con agua mineral y a su sánguche preferido, la preparación de un malón bailable con bingo que espera su presencia, un peluquero que le cortaba el pelo a uno de sus rivales en la elección presidencial, el recuerdo de una casa con presencias paranormales y vecinos que esperan que su llegada les traiga la cobertura de fibra óptica. Aquí la crónica del futuro barrio del Presidente electo Gabriel Boric, de su casa en la calle Huérfanos -entre Libertad y Esperanza- y de las impresiones, historias y anhelos de quienes serán sus vecinos.
Por Sebastián PalmaCompartir
A tres cuadras de la nueva casa del futuro Presidente Gabriel Boric, en la botilleria La Familia ubicada en Huérfanos con Sotomayor, dicen que ningún comensal en su historia ha pedido una “promo” de pisco, bebida y hielo que incluya agua mineral: la fórmula de la piscola que le gusta al futuro Presidente.
La particular combinación de Gabriel Boric para consumir pisco causa extrañeza entre sus empleados, lo que no es impedimento para que una de ellas, Mairene Zambramo, se atreva a invitarlo al local y preparársela como le gusta como una cortesía y bienvenida a la cuadra.
La mujer, como muchos otros futuros vecinos del próximo Presidente, está entusiasmada con el ilustre arribo. Espera que la llegada de la máxima autoridad al barrio Yungay implique un aumento en la dotación policial presente en el lugar, que se traduzca en una baja del tráfico de drogas y asaltos que, según cuenta, son habituales en las manzanas del barrio.
Esa no es la única solución que proyecta. La mujer también cree que el arribo de Gabriel se puede traducir en un anhelo que por años persiguen en su cuadra. Una petición, se podría decir más simple, pero muy significativa para ella y sus vecinos: “Aquí no hay cobertura de fibra óptica de ninguna compañía; ni en las casas, ni en los comercios. La señal de internet es muy mala. Si nos ponen la fibra óptica podríamos darle la promo de pisco a Gabriel Boric con un precio especial. jajaja”, dice la mujer riendo.
Mairene no es la única que asegura poder satisfacer los particulares gustos presidenciales. En la Fuente Mardoqueo, ubicada en Libertad 551, Rose Lillo, encargada de servicio de la popular fuente de soda, cuenta que pueden preparar el sánguche predilecto de Gabriel Boric, el mismo que se hizo conocido en el restaurant “La Terraza”, y que algunos intentan bautizar como el “Boric Font“. Una bomba que incluye carne, queso, palta, tomate y doble porción de mayonesa.
“Sería fantástico que el Presidente venga a probar nuestros sándwiches. Le guardamos una mesa. La preparación con esos ingredientes aquí no tiene nombre, pero es un sandwich que él puede armar sin problema a su gusto y con el tamaño que desee. A él le gusta en la Terraza, pero igual se lo podemos preparar y dar con un schop”, dice Rose.
Con respecto a los tamaños de los sándwiches del local, los comensales recomiendan comenzar probando su versión “pequeña”, que en cualquier otro local sería considerado como un XL y que cubre casi por completo el plato en que lo sirven. Solo los comensales avezados se inclinan por la versión regular.
Allende también pasó por Yungay
Volker Gutiérrez, historiador, presidente y fundador de Cultura Mapocho es un amante del Barrio Yungay. A través de su organización cultural comenzó a realizar paseos patrimoniales por el barrio el año 2006 los que incluyen los principales hitos turísticos del sector.
Respecto a la ubicación de la futura casa del mandatario en la calle Huérfanos -entre Libertad y Esperanza- Gutiérrez afirma que : “Yungay es el ‘primer barrio republicano’, después de la Independencia, y fue inaugurado en 1839, al finalizar la guerra contra la Confederación. Por eso lleva el nombre de esa batalla decisiva y varias calles e hitos hacen alusión a hechos y/o personajes de esa guerra. No es casualidad que, de oriente a poniente, estén juntas las calles Libertad y Esperanza”.
El año 2009, en una columna publicada en El Mostrador y titulada La República en un bello barrio, Volker narró parte de sus sensaciones en el tradicional barrio santiaguino: “Caminar a las nueve de la noche por la plaza Yungay de Santiago, por ejemplo un jueves o un lunes del presente otoño, es un ejercicio de sanidad y reencuentro que puede llevar, si se ha vivido la experiencia, a un espacio provinciano”, hoy a 13 años de aquella descripción, el barrio parece seguir siendo un lugar ajeno a la capital.
Sobre los hitos y curiosidades de Yungay, Volker Gutiérrez habla del pasado de su tierra, la misma que alguna vez perteneció a la Familia Portales, o que sirvió como sitio de carreras ecuestres a la chilena donde el jinete monta sin montura, espuelas y bridas, agarrándose solamente de las crines, hasta llegar a la meta.
También cuenta que allí nació el Hospital San Juan de Dios, el primero de Chile y que está presente el Museo de la Educación Gabriela Mistral, que antiguamente funcionó como la primera Escuela Normal para mujeres y donde precisamente la poeta se graduó como profesora de primaria.
Agrega que el ´Presidente Salvador Allende también fue un habitual del barrio Yungay y que fue allí donde instaló su propia “Moneda Chica” en la casona donde actualmente funciona el consejo regional metropolitano del Colegio de Profesores:
“Fue ofrecida por el presidente del gremio (de profesores) al Presidente electo Salvador Allende para que organizara su mandato entre septiembre y noviembre de 1970. Funcionó muy parecido a lo que ocurre en día en la casona de la Universidad de Chile del Barrio Italia donde se instaló el presidente electo. La idea de ocupar una casa delel barrio Yungay por parte del presidente Boric, yo creo que tiene que ver con una señal de cercanía y proximidad con los sectores populares que van a ser el sostén de su mandato”, describre Volker.
Son muchos otros puntos de interés del barrio que quedan en el tintero, por lo mismo Gutiérrez entrega una recomendación al presidente electo luego de su llegada: “Humildemente le aconsejaría al presidente que callejee el barrio. Que le pregunte a los propios vecinos puesto que ellos conocen su historia(…) Son vecinos apropiados de su barrio e historia, ellos le pueden aportar muchos datos”, asegura.
El peluquero que atendía al rival del presidente
Un punto clave de barrio Yungay es la incombustible Peluquería Francesa. En el lugar su recepcionista, el actor venezolano Carlos Sánchez, asegura que en Latinoamérica se vive una “amnesia” con respecto al valor patrimonial de lo barrios, por lo mismo es un optimista de que la llegada de Gabriel Boric ayude a preservar y valorizar la memoria del sitio.
“Me parece muy significativo que un Presidente se decida mudar al primer barrio urbanizado de Santiago. Más allá de la comodidad de estar cerca de La Moneda, eso me habla de un gesto y una sensibilidad de él por lugares como este donde se hace vida comunitaria y donde transcurren los días entre caminar, saludar al vecino, tomarse un café, hacer buenos amigos. Yo estoy enamorado de este barrio y de la peluquería”, comenta Sánchez.
Junto a él está el peluquero Juan Ángel, quien se toma su tiempo en cada corte. A cada cliente le observa y calcula las dimensiones de sus facciones y recomienda un corte acorde a ellas.
Entre los clacks de sus tijereteos, Juan Ángel, dice que no le temblaría la mano si Gabriel Boric lo visitara en la peluquería. Cuenta con orgullo que lleva más de ocho años de trabajo en la Peluquería Francesa, que realiza casi 300 cortes de cabello al mes y que entre sus clientes han habido otras figuras del mundo político, incluido el ex candidato presidencial y contendor de Gabriel Boric, Sebastián Sichel:
“Yo le he cortado el pelo a varias autoridades: senadores, diputados. Soy amigo de Pedro Araya. El senador Huenchumilla también se cortó el pelo acá. Mi cliente de casa y de peluquería es Sebastián Sichel que se fue hace poco. Muchos los ponían como rivales, pero nosotros somos los que los ponemos en antagonismo, ellos, los políticos, en sus círculos se respetan”, asegura.
La peluquería francesa no es la única en el barrio. A dos cuadras de ella, en la calle Maipú a la altura del 370 se encuentra la peluquería de Alejandra Nuñez. Ella, como muchos otros de los pequeños empresarios del barrio levantó su negocio en su propiedad.
Además de peluquera, Alejandra Nuñez es presidenta de una de las Junta de Vecinos del barrio Yungay, la misma que territorialmente le correspondería al futuro presidente. Ella, a través de su cargo, ha visto las reacciones de sus vecinos luego de que se anunciara la llegada del futuro mandatario.
“Ayer todo el mundo me preguntaba si era verdad o eran rumores. Pero la verdad es que la gente del barrio está con una recepción super bonita, eso independiente de su sector político. La señal que él nos da nosotros la sentimos como un respaldo a todo lo que significa vivir en un barrio. A proteger nuestras comunidades, el patrimonio el comercio y el tema cultural(…) Además él cuando vino se mostró totalmente cercano, fue a la tienda de vinilos, conversó con sus vecinos, se tomaba fotos. Entonces yo creo que eso hace que la gente le tenga más cariño”, comenta Alejandra.
La dirigenta vecinal cuenta que en su junta de vecinos actualmente hay más de 1490 socios. Espera que Gabriel Boric pueda ser el socio número 1500.
“Estamos haciendo un protocolo de bienvenida desde la Junta de Vecinos, queremos llevarle un libro y que se inscriba como socio. Darle la bienvenida al barrio y ponernos a su disposición para colaborar en lo que pudieramos“, agrega Núñez quien extiende una invitación a su futuro vecino:
“El 5 de abril se celebra el aniversario de nuestro barrio, que es el primer barrio repúblicano. Eso lo celebramos por lo general en el Centro Cultural Nave. Arriba en la terraza se hace un malón bailable con bingo donde los principales negocios del barrio entregan los premios. Esperamos pueda estar”, añade.
¿Una casa cargada?
Un año antes de la pandemia, Mauricio Bernal ideó un ambicioso proyecto en la que será la futura casa presidencial. Su idea era instalar un hotel boutique, por lo que arrendó la edificación y comenzó un proceso de remodelación de la misma.
“La casa estaba bien bonita, pero nosotros la dejamos impecable. Lamentablemente después de la remodelación llegó la pandemia. No alcanzamos de darle un solo día de funcionamiento como hotel”, recuerda Mauricio.
La crisis sanitaria obligó a Mauricio a reinventarse. Dividió la casona y habilitó un centro médico y una sucursal de Sensato Pizzas, otro de sus emprendimientos. Con esos negocios intentó pasar el chaparron, pero hace unos cinco meses, junto a su equipo decidió dejar aquel proyecto. Desde entonces la casa estuvo en venta.
Por el tiempo que trabajó en el lugar, Mauricio recuerda con claridad todos los detalles y chiches de la futura casa presidencial de 500 metros cuadrados, 13 dormitorios y nueve baños. “Son dos casas en una que se unieron. Por dentro hay un ascensor tipo montacargas que uno el primer piso con el segundo. La casa tiene una terraza preciosa en el techo, con una muy buena vista”, cuenta Bernal.
El empresario agrega que la casa es luminosa, pese a ello cuenta que entre las personas que trabajaban allí se mantenía la creencia que en aquella casa penaban. “Decían que escuchaban pasos, pero yo nunca creí, eso hasta que un día en la oficina me quedé hasta tarde y vi una silueta completa mirándome. Allí agarré mis cosas y me fui. Yo nunca creí en esas cosas, pero sentí un poco de carga, quedé espirituado y casi creyente”, comenta Bernal.
Más allá de las experiencias paranormales y del fracaso en su negocio, Mauricio Bernal asegura recordar con cariño la casa y mantener recuerdos imborrables en torno a ella y que le sorprendió la noticia de la llegada de Gabriel Boric. “Me enteré por la prensa de la llegada, pero el dueño de la casa me mandó un mensaje para contarme. Espero no le aparezcan espíritus y que si lo hacen sean buenos. Que no sea uno como el de Jaime Guzmán el que da vueltas. Ja.ja.ja”.
Mi vecino, el Presidente Boric
Cerca de la nueva casa presidencial, concentrados principalmente en el Parque Portales, hay cerca de 20 carpas en donde noche tras noche duermen personas en situación de calle. Uno de Ellos es David Silva, un adulto mayor de 73, quien instaló su ruco en la calle Maipú.
David dice que vive en la calle porque no tiene de otra y que espera que la llegada del Presidente pueda traducirse en la ayuda social que, en su caso, solo llega en el invierno. “Yo lo único que quiero es una piecita para no estar aquí pue. Mire. Yo quiero una pieza chiquitita para mí sólo. Para qué voy a querer algo grande”, cuenta.
A 3 metros de donde está instalado David, John, un vecino del barrio que vive en el primer piso de un edificio emplazado a un costado del parque Portales, disfruta su mañana alimentando a las palomas con migas de pan.
Él, de nacionalidad colombiana, cree que la llegada de Gabriel Boric, puede traducirse en una mejora para el barrio. “Por lo que he escuchado en las noticias me parece bien los cambios que él quiere hacer para el país. Me parece bien que el viva con el pueblo para que vea las problemáticas porque él es el presidente. No tiene que ser como Piñera. El barrio Yungay es un barrio de Santiago, pero él tiene que ver las problemáticas de otras comunas y lugares del país. Ayudar a las personas que no tienen viviendas”, señala.
En la calle de la futura casa presidencial, la casona más cercana a la del próximo presidente es la de Lili Candia, quien vive ahí hace más de ocho años y hace 15 en el barrio.
La mujer de la tercera edad y dueña de una dulce perrita negra llamada Flora dice que más allá de las eventuales resoluciones de problemas con la llegada presidencial, espera poder conversar con su vecino más próximo.
Ella junto a su hijo vivió en primera persona la campaña en la que Gabriel Boric resultó electo. Incluso fue a la celebración tras el triunfo de la segunda vuelta en la Alameda con Santa Rosa. “Lo vi de lejitos y ahora lo tendré de vecino”, comenta la mujer.
El triunfo de Boric, detalla la mujer, la llevó a recordar parte de su juventud, en la que ofició como sonidista en actos políticos de la Unidad Popular. “Eso fue hace mucho tiempo atrás, pero por lo mismo yo tengo una buena relación con los jóvenes. Yo trabajé y luché con ellos. Era amiga de los chiquillos, hice muchas actividades en casi todas las universidades. Una de los actos que más recuerdo fue cuando vino Fidel Castro en el Canelo de Nos“, recuerda la mujer quien era dueña de los equipos de amplificación.
En su casa, Lili reflexiona sobre la llegada de Gabriel Boric a su cuadra, quien se transformará en su vecino más próximo. “Que se venga de Plaza Italia para abajo es increíble. Casi todos los presidentes han vivido para arriba, no recuerdo un gesto así”, comenta la mujer.
Su hijo, habla del barrio que recibirá al Presidente: “El Barrio Yungay no solamente es multicultural. Aquí también hay distintas clases sociales. Acá hay casonas gigantes de familia con mucha plata, pero a 50 metros de ellas hay otra casona tomada en donde viven un montón de personas hacinadas. Para un lado ves que están grabando un comercial para Coca-Cola y para el otro ves a alguien que está fumando pasta base. Esto es lo que para mí es interesante del barrio. Es un espacio donde uno ve distintas clases, distintas razas, eso lo vuelve muy complejo y completo. Sirve para ver como funciona Chile y la sociedad”.