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Ciencia & Tec

7 de Abril de 2022

Un terremoto de 9.5 richter y un posterior tsunami devastó las costas del Norte Grande hace 3.800 años

Universidad de Chile (FCFM/FACSO)

La investigación, publicada en la revista “Science Advances”, no solo aporta en términos científicos, también contribuye con información valiosa para los planes de manejo y la reducción del riesgo de desastres socionaturales, tanto en la costa norte del país como en la cuenca del Pacífico.

Por The Clinic

El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chile, publicado en la revista Science Advances, señala la ocurrencia de un terremoto de magnitud 9.5, acompañado de un gran tsunami, que azotó la costa de buena parte del norte de Chile hace unos 3.800 años.

La investigación “Did a 3,800 year old Mw 9.5 earthquake trigger major social disruption in the Atacama desert?” fue liderada por los académicos Diego Salazar, del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO), y Gabriel Easton, del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), junto a otros autores de diversas universidades y centros de estudio nacionales e internacionales.

De acuerdo al estudio, el movimiento sísmico se produjo por el contacto entre las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, ocasionando un posterior tsunami que ingresó al continente alcanzando -en forma sistemática- hasta por lo menos 15 o 20 metros por sobre el nivel del mar en las regiones de Antofagasta, Tarapacá y Atacama.

Pese a que los habitantes de lo que hoy se conoce como Taltal y Paposo habían adecuado su modo de vida a estos episodios catastróficos de la naturaleza, la elevada magnitud alcanzada por este terremoto de 9.5 Mw Richter y tsumani causó un impacto tal que pudo haber diezmado fuertemente las poblaciones costeras de ese entonces.

Espacio de estudio geológico a placas.

“Justo después de eso, apreciamos cambios bien importantes en los modos de vida humana. Nuestra hipótesis es que este evento pudo generar una mortalidad muy alta entre las personas, o también puede haber motivado la migración de una cantidad importante de personas a otros territorios”, explica el arqueólogo Diego Salazar.

Durante la exploración geo arqueológica, Gabriel Easton analizó una grieta que daba cuenta de la magnitud de este mega sismo. Según el investigador: “Cuando ocurren estos grandes sismos hemos visto que la tierra al interior de la costa puede agrietarse. Eso ha quedado en evidencia con terremotos recientes”. No obstante, precisa: “Lo que vemos acá es una grieta que afecta las capas arqueológicas que llegan a una edad de aproximadamente 4 mil años, que asociamos a la ocurrencia de un gran evento sísmico”.

Gabriel Easton, académico de la Universidad de Chile, en investigación en terreno.

Cambios en las comunidades

Fue tal la magnitud del terremoto de 9.5 Mw Richter, que produjo cambios drásticos en las formas de habitar y relacionarse de las comunidades costeras a lo largo de cientos de kilómetros en el Norte Grande de nuestro país. “Después de la ocurrencia del evento, siguen habiendo personas en el territorio, pero con menos densidad. En los mil años siguientes, parece recuperarse la población porque reaparecen los cementerios, (…) pero los asentamientos los ubican a mayor altura y a mayor distancia de la costa respecto de lo que sucedía antes del evento”, indica el investigador Diego Salazar.

Entre los cambios sociales que pudo haber generado este evento sísmico, se encuentra la percepción que esta población tenía de los episodios catastróficos y los desastres socionaturales. Como explica Salazar, “ese conocimiento de cómo habitar el territorio no está dado, sino que hay que aprenderlo y luego transmitirlo a las generaciones siguientes”.

Impacto en políticas públicas

Para el equipo de investigadores, este estudio podría ser un aporte en la determinación de políticas públicas para enfrentar este tipo de eventos.

Si bien en los últimos 200 años han habido terremotos de hasta 8.8 Mw (Magnitud de momento en escala Richter) en el costa norte de Chile, la investigación plantea que si ocurrió uno terremoto de 9.5 Mw Richter, es decir, con una magnitud similar al evento más grande jamás registrado, que es el terremoto de Valdivia de 1960, “es probable que en escalas de tiempo mayores los terremotos ocurrieron con magnitudes que no tenemos registradas y para las puede que no estemos tan bien preparados, y debemos hacerlo”, advierte Diego Salazar.

Por esta razón, la investigación sugiere la posibilidad de que ocurra un terremoto de similar magnitud en la costa norte de Chile y, en palabras de Salazar, “los planes de manejo tienen que calibrarse en función de esa posibilidad, en miras de la reducción del riesgo de desastres asociada a este tipo de eventos”.

También, “este nuevo conocimiento tiene que ser considerado en la evaluación del peligro y riesgo de terremotos y grandes tsunamis, no solo en el Norte Grande de nuestro país, sino también a escala de la cuenca del Pacífico, pues, tal como indicamos en nuestro estudio, existen evidencias de un gran tsunami ‘huérfano’ que habría afectado las costas de Nueva Zelanda y otras localidades del Pacífico en esa misma fecha”, señala el profesor Easton.

La investigación tomó, al menos, siete años para su publicación. Contó con una amplia ayuda transdisciplinaria de distintas áreas de la ciencias sociales y sismológicas, el cual cuyo objetivo fue determinar la ocurrencia de desastres socio naturales en la prehistoria de ese territorio.

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