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Ciencia & Tec

1 de Abril de 2022

Tres satélites de la Universidad de Chile fueron lanzados al espacio

Foto: SpaceX

En alrededor de 21 días, los satélites SUCHAI-2, SUCHAI-3 y PLANTSAT estarán operativos. Realizarán estudios biológicos, atmosféricos y tecnológicos.

Por The Clinic

A las 13:24 hora de Chile, despegó el cohete Falcon-9 de SpaceX, con los tres nuevos satélites de la Universidad de Chile a bordo. El exitoso despegue se realizó desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos.

El SUCHAI-2, el SUCHAI-3 y el PLANTSAT serán puestos en órbita a una altura cercana a los 550 kilómetros. Su lanzamiento se gestionó a través de la empresa italiana intermediaria D-Orbit, quienes los posicionarán en la órbita requerida para las misiones del Programa Espacial.

Una vez en posición, la estación terrestre iniciará su trabajo de comunicación con los tres vehículos, confirmando que estén operativos. Su objetivo es realizar investigación en materia científica, biológica, tecnológica y comunicacional.

Captura del lanzamiento desde Cabo Cañaveral. Foto: SpaceX

El coordinador del Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria (SPEL) de la casa de estudios, Marcos Díaz, espera que los satélites estén más de un año en el espacio. “Esperamos alcanzar el tiempo de operación de casi dos años que tuvo SUCHAI-1 y quizás superarlo, pero también dependerá de los recursos de operaciones”, sostuvo.

Junto a SPEL, también participaron de este proyecto estudiantes, investigadores y académicos de la Usach, la UV, la UA y la PUCV. También de los centros Biociencia, CINNDA y SIRIO, y colaboradores internacionales de la Embry-Riddle Aeronautical University, TU Delft, la Universidad de Tokyo y Rubin Observatory (AURA).

Los satélites de la Universidad de Chile: ¿Un salto al desarrollo?

Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM), Francisco Martínez, subrayó que “Chile tiene la preparación para desarrollarse. Este es el resultado de la formación de nuevas generaciones que son capaces de desarrollar avances tecnológicos de gran envergadura”.

“La tecnología que estamos desarrollando es muy sofisticada, requiere de muchos años y expertise. Es un gran mensaje para el país, para que desarrollemos nuestra tecnología. Es la única manera de llegar a ser un país desarrollado”, puntualizó.

Foto: Universidad de Chile

Por su parte, el rector Ennio Vivaldi destacó que “la Universidad de Chile pone al país en la órbita mundial en materia satelital”.

Sin embargo, cuestionó que no todo el país está “convencido” de invertir y desarrollar la ciencia. “Hay quienes piensan que es mejor comprar la ciencia en otras partes. Que sean otros los que la desarrollen y nosotros vamos a comprarla con lo que ganemos vendiendo nuestras materias primas. Eso es un error garrafal y el hito de hoy lo demuestra”, recalcó.

Finalmente, el ministro de Ciencia, Flavio Salazar, anunció que el conocimiento aeroespacial será uno de los temas que impulsará el actual gobierno. “Más allá de los discursos, la mejor forma de demostrarlo es en la práctica y aquí se está demostrando”, puntualizó.

Foto: Universidad de Chile

SUCHAI-2 y SUCHAI-3

El SUCHAI-2 es un nanosatélite de 10x10x30 cms. Tiene un peso aproximado de 3,5 kilos y su objetivo principal es el estudio de la física espacial.

Cuenta con sensores para el estudio del ambiente espacial, la ionósfera y la magnetósfera. Tiene dos magnetómetros para medir la intensidad del campo magnético y una sonda Langmuir, cuyo objetivo principal es estudiar la ionósfera.

Está equipado con un GPS de dos frecuencias que permite medir el contenido de electrones. También posee una cámara diseñada para evaluar la contaminación lumínica de noche, concentrándose en la luz blanca, que no ha sido evaluada desde el espacio.

El SUCHAI-3 es casi un gemelo de SUCHAI-2. Se distingue del primero porque lleva consigo otros dos femtosatélites: pequeños satélites del tamaño de un celular que serán desplegados una vez en el espacio y que también llevan magnetómetros.

Estos aumentarán a 5 puntos la medición del campo magnético de la Tierra. Cada femtosatélite lleva arreglos de antenas parche (patch, antenas planas), que permitirán localizarlos. 

También incluye un sistema de IOT (internet de las cosas), cuyo desempeño será evaluado en el espacio. Sus antenas laterales ayudarán a evaluar, con sistemas de radio, la localización de los femtosatélites y desde dónde viene la radiación para poder ubicarlos en el espacio.

El PLANTSAT

Finalmente, el PLANTSAT es un nanosatélite cuyo objetivo es realizar experimentos biológicos en el espacio.

En su interior viajará una tillandsia o clavel del aire, planta que no necesita tierra para sobrevivir, pero que funciona como análoga a plantas que pueden ser relevantes en el espacio, tanto como alimento como para producir oxígeno.

Su contenedor, especialmente fabricado para mantener a la planta viva y medir su condición, permitirá determinar si ésta tolera el ambiente espacial, la microgravedad y la radiación.

Con el mismo objetivo, serán enviados cuatro contenedores más pequeños con microorganismos extremófilos que viven en zonas extremas de Chile. Ellos pueden tener aplicaciones en el espacio, como purificadores de agua, la degradación de residuos y la lixiviación, para una potencial minería espacial. 

Además de los contenedores con muestras biológicas, el satélite lleva dos magnetómetros y un transistor de grafeno. Este material se lanza por primera vez al espacio para evaluar su desempeño en ese ambiente hostil, lo que permitirá descubrir potenciales usos en aplicaciones espaciales.

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