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Política

15 de Septiembre de 2022

Un acuerdo suspendido por Fiestas Patrias: los nueve puntos ciegos que tensionan las negociaciones por una nueva Constitución

En principio se entendió que había un acuerdo transversal con puntos elementales para abrir un nuevo Proceso Constituyente, pero Chile Vamos desconoció cualquier posibilidad que se acercara a un entendimiento. Para hoy, 15 de Septiembre, estaba fijado un nuevo encuentro entre los dirigentes partidarios, pero se suspendió porque no había agua en la piscina. Hasta ahora, dichos encuentros han sido meras declaraciones de intenciones, mientras asoman nueve nudos de un incierto itinerario constitucional donde las colectividades no parecen encontrar puntos de encuentro

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Al mediodía del lunes 12 de septiembre parecía haber humo blanco en el ex Congreso -donde se reunieron presidentes de partidos y jefes de bancadas de la Cámara y el Senado- respecto a garantizar un nuevo Proceso Constituyente tras el triunfo del Rechazo en el Plebiscito de Salida, de modo de generar un camino para una nueva Constitución. 

Desde los partidos oficialistas se encargaron de destacar la existencia de un “acuerdo” con la oposición que incluía cinco puntos: redactar una nueva Constitución; que fuera escrita en un órgano 100% electo; que funcionaría bajo el criterio de paridad de género; que tuviera una participación paralela de un comité asesor de expertos. También que el itinerario se definiera en un Plebiscito de Salida con voto obligatorio. 

Así, al menos, lo relataron los presidentes del Senado y la Cámara, Álvaro Elizalde (PS) y Raúl Soto (PPD) respectivamente, lo cual fue posteriormente refrendado por las ministras Ana Lya Uriarte (Segpres) y Camila Vallejo (Segegob)

Un acuerdo que de momento parecía ser cierto y que todo indicaba que comprometía a los partidos de Chile Vamos. Esto, ya que tras dicho encuentro el senador y presidente de la UDI, Javier Macaya, declaró que “mantenemos nuestro compromiso con una nueva Constitución que sea redactada por un órgano democráticamente elegido, desde el punto de vista de Chile Vamos. Es parte de los consensos a los que se han arribado hoy”, a lo que agregó que dicho órgano debe “tener definidos contornos que permitan que el proceso sea exitoso”.

Más tarde, la propia ministra Vallejo se aventuró en afirmar la existencia de un acuerdo y añadió algunos puntos extra. “La suma de voluntades de los distintos partidos ha logrado encauzar democráticamente este nuevo Proceso Constituyente que tendrá un órgano electo, con independientes, pueblos originarios, paritario y con apoyo de expertas y expertos”.

Fueron estas palabras las que más irritaron en la interna de Chile Vamos, desde donde salieron a criticar que no se había llegado a tal nivel de detalle.

Por lo mismo, durante la tarde del lunes 12 de septiembre RN, la UDI y Evópoli emitieron una declaración conjunta en la que calificaban como “lamentables las declaraciones de ministros del gobierno y personeros del oficialismo que buscan precipitar resultados, poniendo en riesgo las conversaciones y acuerdos en marcha. No aceptamos que pretendan imponer un curso de acción y, mucho menos, torcer mezquinamente las conversaciones en marcha”.

Así, las negociaciones para llegar a un acuerdo respecto de cómo proseguir en la redacción de una nueva Constitución quedó en un suspenso parecido a un punto muerto. De hecho, los presidentes de ambas cámaras, Álvaro Elizalde y Raúl Soto, anunciaron en la tarde de ayer, 14 de septiembre, que se suspendería la cita previamente agendada para hoy. En resumen: no hay agua en la piscina.  

En todo caso, las conversaciones continuarán para explorar un itinerario constitucional, la que inicialmente seguirá la próxima semana, con los ánimos templados tras los días de Fiestas Patrias.

Esto, debido a que Chile Vamos ya habían anunciado que no se presentarían a la cita, basándose en su molestia por el anuncio de acuerdos que aún no estaba cerrado. Así, le solicitaron al presidente de  la Cámara Alta, Álvaro Elizalde, que reagende la reunión, además de exigir que el gobierno saliera de la mesa de negociaciones. 

De hecho, en entrevista con el matinal Mucho Gusto de Mega, la ministra del Interior, Carolina Tohá, recogió el guante y tomó distancia de las tratativas radicadas en el Parlamento. “Hoy el Gobierno está en un rol de acompañamiento. Esta no es una mesa, ni convoca el gobierno ni le pone la agendas. Es una mesa que está convocada por la presidencia de las dos cámaras”, dijo.

“El Gobierno ha estado presente en las reuniones, pero han llevando las conversaciones y las negociaciones los partidos políticos”, agregó la jefa de gabinete.

De todos modos, esto no resta que los diálogos continúen ni modifica las diferencias de forma y fondo que existen en las negociaciones por un nuevo Proceso Constituyente entre las fuerzas de gobierno y oposición. Divergencias que se pueden sintetizar en nueve nudos que deberían destrabarse a medida que avancen las conversaciones, es decir, cuando Chile Vamos vuelva a sentarse a la mesa ante sus interlocutores oficialistas.

1) Plebiscito de entrada o pasar directo a un nuevo órgano

Un punto que parecía ya destrabado era si se tenía que realizar o no otro Plebiscito de Entrada para definir la continuidad del proceso.

En esto, quienes siempre se mostraron a favor fueron los integrantes del Partido Republicano, quienes pretenden que no se abra un nuevo camino constitucional, pero de hacerlo prefieren que este se abra en una consulta a la ciudadanía.

Así lo expresó el ex presidente de la colectividad e integrante de las negociaciones, Rojo Edwards. “El Partido Republicano ha definido que no quiere una Convención. De haber una Convención, mi propuesta es que exista un Plebiscito de Entrada y eso es algo que tenemos que discutir”, dijo el senador. 

Pese a que en un principio parecía que había cierto consenso en saltarse un eventual plebiscito de entrada -como venía sugiriendo el Gobierno- la idea ha ido tomando fuerza.

Además, en el Partido de la Gente coinciden con este mecanismo. El diputado del PDG, Rúben Oyarzo, planteó en T13 que “nosotros creemos que en este juego debe participar la gente. Es importante un Plebiscito de Entrada y que la gente decida qué es lo que desea para continuar con este proceso”.

En el resto de los partidos, la opinión dominante es que un nuevo Plebiscito de Entrada era innecesario. Sin embargo, fuentes de la bancada de RN aseguran que hay voces internas solicitando que se realice un referéndum en el que se vote el mecanismo para redactar una nueva Constitución.

En el oficialismo, en tanto, los partidos descartan un nuevo Plebiscito de Entrada, manteniendo la misma línea que ha venido planteando el Presidente Gabriel Boric.

Sin embargo, el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto, dejó la puerta abierta a esa posibilidad.

“Yo no descarto ninguna posibilidad. Si hay acuerdos transversales, lo más amplio posible con respecto al órgano y sus reglas, probablemente podamos ir directamente a un órgano electo acompañado de expertos o la figura que más se parezca. Pero si no hay un acuerdo, parece razonable que en ese caso tengamos que volver a preguntarle a la ciudadanía”, dijo Soto en CNN Prime el pasado fin de semana.

2) Composición del órgano para la nueva Constitución: ¿mixto o totalmente electo?

Hasta ahora, el punto más controversial -y el más clave- tiene que ver con el órgano que estará a cargo de redactar la nueva Constitución. 

En esto parecía haber consenso en que fuera un órgano elegido democráticamente en su totalidad, según afirmaron los presidentes del Senado y la Cámara y distintos parlamentarios oficialistas. Una fórmula similar a la ex Convención Constitucional.

Acuerdo que duró hasta que RN lo desmintió. “No hay acuerdo para un órgano 100% electo”, zanjó el jefe de bancada de los diputados RN, Andrés Longton, previo a una reunión con el presidente de su partido, Francisco Chahuán, a inicios de semana. 

Anterior a eso, el secretario general del partido, diputado Diego Schalper, también había desmentido el acuerdo vía Twitter. Y un poco después, en cita con la bancada de diputados RN, Francisco Chahuán afirmó lo mismo. “Acá no ha habido ningún acuerdo. Estamos frente a un gobierno que aprovecha cualquier instancia para sacar rédito comunicacional”. 

Un punto que tensionó el aparente acuerdo del lunes 12 fue que el órgano redactor fuese 100% electo. desde Chile Vamos ha crecido la idea de un mecanismo mixto.

Así las cosas, el debate sobre las características del órgano que redacte una nueva Constitución, no está definido. 

Desde el Frente Amplio, por ejemplo, la propuesta es que se trate de una nueva Convención 100% electa, acompañada por un comité de expertos sin derecho a voto.

Desde Chile Vamos, en cambio, han apuntado más bien a una composición mixta del órgano constituyente; constituyentes electos y expertos.

“Intuimos que hay que avanzar a un mecanismo mixto, que conjugue estos elementos (participación ciudadana y expertos técnicos) y asegure el apoyo necesario para ser realmente una casa para todos”, según la declaración conjunta de RN, la UDI y Evópoli.

3) El fantasma de la “Convención”: un rótulo en construcción

Un detalle menor, pero que no pasará inadvertido, tiene que ver con el nombre que se le dará al nuevo órgano.

Si bien algunos parlamentarios oficialistas, como el diputado de Convergencia Social, Diego Ibáñez, han hablado de “Convención”. No obstante, este nombre despierta resquemores debido a la fracasada experiencia que propuso una nueva Constitución y que fue rechazada por más de un 60% de los electores.

Según participantes de la reunión del pasado lunes 12 de septiembre en el ex Congreso, lo anterior ya cuenta con un consenso mayoritario para obviar el nombre “Convención Constitucional”,  a objeto de evitar una similitud entre el extinto órgano y el nuevo que está en su fase exploratoria.

De todos modos, aún no hay propuestas concretas respecto del nuevo nombre. Sobre todo, según señalan las fuentes fuera de micrófono, ya que es un detalle menor que deberá ser resuelto una vez que se defina el tipo de órgano redactor.

4) Rol del Comité de Expertos. ¿antes, durante o ambas?

Otra certeza que asoma en las escasas conversaciones que se han llevado a cabo, es que se debe incluir un comité de expertos para acompañar el proceso.

Sin embargo, el nudo a desatar tiene que ver con los objetivos del comité. Cabe señalar que, incluso, tras la reunión de la semana pasada en el Congreso de Valparaíso, un grupo de senadores de Renovación Nacional -Manuel José Ossandón y José García Ruminot, entre otros- propuso que este comité se encargue de redactar la totalidad de la nueva Constitución.

Así, han surgido diferentes posiciones respecto al rol que debe jugar el grupo de expertos.

Dentro de las opciones que se barajan, está la idea de que el comité de expertos participe en una fase previa a la conformación del órgano electo, determinando así las reglas de funcionamiento de aquella instancia e, incluso, algunos puntos de acuerdo común para acelerar la elaboración de la propuesta constitucional.

Si bien hay cierto consenso en la integración de un comité de expertos, aún no está claro de qué forma trabajaría -si antes, durante o ambas- ni cómo será su composición.

Otro diseño tiene que ver con que aquel comité funcione durante la redacción de la nueva Constitución, participando con voz, pero sin voto. A esto, se suma la opción de que el grupo se remita a asesorar a los eventuales nuevos integrantes del órgano.

En ese sentido, las distintas fuerzas políticas han expresado diversas opiniones sobre el rol de los expertos.

Así, el presidente del PC, Guillermo Teillier, sostuvo que “nuestra opinión es que sean los convencionales, electos por la ciudadanía, los que diriman cuál debe ser el texto de la nueva Constitución, no los expertos. Los expertos los pensamos como una asesoría importante, pero hay que ver cómo les abrimos el máximo espacio para que lo hagan”, consignó Emol.

Por su parte, Javier Macaya aseguró el lunes 12 de septiembre que un comité debiera “delinear bordes, por ejemplo, temas como que Chile sea un Estado unitario; especificación de temas anticipadamente como el derecho a la propiedad, que fueron polémicos en la propia Convención, como tener dos sistemas de justicia, borrar de un plumazo el Senado”.

La diputada de RD, Catalina Pérez, aseguró en relación a este grupo de expertos que “la discusión sobre los bordes también hay que darla, desde dónde se parte en los contenidos. Ahí como FA nos parecen fundamentales los avances en términos del Estado Social y Democrático de Derecho, el Estado ecológico, la descentralización o la paridad”.

5) Composición del Comité de Expertos

En paralelo al rol que tenga el grupo de expertos que apoye al órgano redactor, hay otro nudo por resolver: ¿quién va a integrar este grupo de buen raciocinio?

Ahí, según fuentes que han participado de las negociaciones, existen distintas alternativas.

Una de ellas tiene que ver con que cada partido proponga a sus expertos y que estos se sumen al grupo de constituyentes, en proporción a la cantidad de parlamentarios de cada colectividad. 

Otra idea que ha sido evaluada es que se incluya un consejo académico, en cuya composición participe el Consejo de Rectores.

A esto se suma otra alternativa: que en el comité de expertos se incluya a representantes de los tres poderes del Estado. Es decir, representantes del Poder Judicial, del Congreso y del Ejecutivo.

De todos modos, tampoco se descarta una mixtura en la composición del comité de expertos que incluya lo señalado anteriormente. 

En ese sentido, el comité podría estar compuesto por representantes de los partidos, representantes del Poder Judicial y del gobierno, además de académicos designados por el Cruch. 

A esta lista de integrantes se podrían sumar, incluso, ex Presidentes de la República como Ricardo Lagos, quien dijo estar disponible a colaborar en un nuevo proceso.

6) Hoja en blanco o borrador previo para la nueva Constitución

Una característica que definió el pasado Proceso Constituyente fue que la redacción de la propuesta de nueva Constitución partía de una hoja en blanco. Así quedaba abierta a cualquier propuesta que surgiera de parte de los convencionales.

Eso sí, tenía algunos mínimos que respetar, según el artículo 135, capítulo XV de la Constitución vigente: “El texto de nueva Constitución que se someta a Plebiscito deberá respetar el carácter de República del Estado de Chile, su régimen democrático, las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas, y los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes”.

En ese sentido, la discusión sobre si empezar desde cero o desde alguna base la redacción de una nueva Constitución, aún está abierta y tiene varios matices.

Una opción que se baraja es la de tomar como base para trabajar la Constitución vigente, el proceso de diálogos constituyentes que abrió el segundo gobierno de Michelle Bachelet e, incluso, la propuesta recién rechazada en el Plebiscito de Salida.

En esa línea, el jefe de bancada de los diputados y miembro de la comisión política de Evópoli, Francisco Undurraga, se abrió incluso a considerar la Constitución de 1925 en entrevista con The Clinic.

A esto se suma la propuesta que hizo el ex Presidente Ricardo Lagos, respecto de que exista un grupo de expertos para redactar un borrador previo sobre el que puedan trabajar los futuros integrantes de una órgano constituyente.

“Una cosa es que haya un grupo de expertos y gente que colabore, pero me parece que lo más lógico es volver a una elección de una constituyente, pero con una diferencia, donde este comité de expertos o lo que fuere, trabaje en las orientaciones de los puntos de encuentro, de manera que haya cierto material preparado para quienes vayan a ser elegidos”, recomendó Lagos luego de un encuentro con la directiva de Renovación Nacional a inicios de semana.

Asimismo, fuentes que han participado en las negociaciones no descartan que la nueva Convención trabaje con límites más amplios que la anterior.

En ese sentido, desde Chile Vamos piensan que se puede incluir temas como que el Estado sea unitario -para abortar la posibilidad de la Plurinacionalidad-, que se mantenga el bicameralismo o que exista un sistema único de justicia, a diferencia de lo que proponía el borrador emanado de la ex Convención. 

Sin embargo, fuentes de partidos oficialistas que participan en estas reuniones, hacen una advertencia respecto de la real intención de Chile Vamos con estas definiciones previas.

Según comentan bajo reserva los dirigentes oficialistas, la intención de Chile Vamos es que los acuerdos previos a la conformación de un nuevo órgano incluyan las reformas estructurales estipuladas en el programa de gobierno, como la Reforma Previsional y de Salud, de modo de forzar eventuales modificaciones al plan original del Ejecutivo. De todos modos, esta prevención aún no se refleja en las propuestas socializadas por Chile Vamos.

7) Sistema Electoral para una nueva Constitución

Un nudo importante que deben destrabar los partidos sobre la conformación de un nuevo órgano constituyente, tiene que ver con la forma en que serán elegidos los nuevos convencionales.

En esa línea han surgido diferentes propuestas para la elección del órgano. Esta discusión va a estar centrada en dos ámbitos: listas regionales o una sola lista nacional. En esta línea, también está abierto si este elenco de candidaturas serán abiertas o cerradas.

Que las listas sean abiertas significa que los electores podrán votar por candidatos específicos. Así las cosas, el candidato que obtenga más votos será elegido como integrante del órgano. 

En cambio, para el caso de las listas cerradas, los electores no votan por candidatos específicos, sino que eligen una lista propuesta de forma previa por cada partido o coalición. 

Ahí, los candidatos estarán ordenados por la posición que tengan en el listado de candidaturas, y según la cantidad de votos obtenidos, irán entrando al nuevo órgano. A modo de ejemplo: si la cantidad de votos que obtiene la lista les permite tener tres cupos, entrarían los primeros tres integrantes de la lista al órgano constituyente.

Más allá de eso, la discusión también radica en si se harán listas regionales o nacionales. 

Si las listas se presentan por región o por distrito, podría ocurrir algo similar a las elecciones de diputados o senadores, en las que cada distrito o circunscripción elige una cantidad de representantes acorde a la cantidad de población que se busca representar.

En el caso de que las listas sean nacionales, los candidatos no variarán por región o distrito, por lo que electores del sur podrían votar por candidatos del centro o el norte y viceversa.

Según comentan fuentes que participan en las negociaciones, la idea de la reunión que estuvo agendada para este jueves 14 de septiembre en el ex Congreso, era conformar un grupo técnico con representantes de cada partido para resolver el método, dada la complejidad de este diseño, mientras se avanza en otras tópicos para la construcción de un nuevo Proceso Constituyente.

8) Independientes y escaños reservados

Otra particularidad que tuvo el pasado Proceso Constituyente fue que los independientes pudiesen conformar listas, y que se eligiera un alto número de representantes de pueblos originarios mediante escaños reservados: 17 de 155.

De hecho, prácticamente todos los partidos incumbentes señalan que el factor de los independientes fue una de las razones que horadó el prestigio de la Convención, reforzando el rechazo al borrador plebiscitado a inicios de mes.

Así, uno de los puntos a resolver será definir cómo participarán los representantes de estos dos mundos.

A priori, las posturas en los distintos partidos apuntan a que no existan listas independientes y que estos puedan integrarse a los cupos de los partidos. Y respecto a los pueblos originarios, la idea que predomina es que haya un espacio, pero más acotado que en el proceso anterior.

De todos modos, el presidente del PC, Guillermo Teillier, pidió no dejar de lado a estos dos mundos el día después de la derrota del Apruebo. “No dejemos de lado a los independientes y tampoco borremos una realidad; algunos quieren borrar que en Chile existen pueblos originarios”, afirmó en La Moneda el 5 de septiembre.

9) Número de integrantes y duración del órgano

Otro nudo que deberán resolver los partidos de cara a un nuevo itinerario constitucional, tendrá que ver con la cantidad de integrantes que tenga un nuevo órgano.

En la Convención, la cantidad de integrantes era de 155, igual a la de la Cámara de Diputados, y terminó en un número de 154 convencionales por la renuncia de Rodrigo Rojas Vade.

Según fuentes que participan en las negociaciones, la idea que genera mayor consenso es que la composición sea de, al menos, cien integrantes, lo que permitiría representar a las distintas zonas del país.

Sin embargo, según las mismas fuentes, en Chile Vamos tienen la idea de que la composición del nuevo órgano sea más parecida al Senado, que cuenta con cincuenta miembros.

Según el análisis de las fuentes consultadas por este medio, esto beneficiaría a los partidos más grandes, por lo que temen que -eventualmente- el PPD y el PS se sumen a esta idea de un órgano más acotado.

A esta discusión también se suma el factor tiempo. Por ejemplo, la propuesta del Frente Amplio que se dio a conocer el lunes 12  de septiembre, proponía que la elección de convencionales fuese en Abril, y que el plazo de redacción expirara en Noviembre de 2023.

Otras posturas, como la del diputado Francisco Undurraga, apunta a que el fin de semana del 03 de septiembre del próximo año, la nueva propuesta sea votada para que coincida con la efeméride de los 50 años del Golpe de Estado  de 1973. 

De todos modos, el acuerdo preliminar entre los negociadores es que el plazo debe ser más reducido que el de la Convención anterior, que tuvo una duración de un año, cosa que la incertidumbre constitucional pueda terminar lo antes posible.


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