Cuentos de micros: una selección en 100 palabras

Como todos los domingos, The Clinic presenta una selección de cuentos de Santiago en 100 Palabras. Hoy, dedicado a las micros.

Como con las micros en esta ocasión, inspírate en estas historias y participa en @santiagoen100palabras hasta el 30 de abril de 2024 en www.santiagoen100palabras.cl.

Ingenuidad de niño

La ingenuidad de los niños da para todo. Juanito creía que los buses oruga, en algún momento, se convertirían en mariposas.                                             

Autor: Álex Soto, 40 años, Santiago.

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Viajes en micro

Sube a la micro y se sienta donde siempre. Tercera fila, ventana, al otro lado del conductor. Le pone de mal humor cuando ese asiento está ocupado. Saca su lápiz Parker, el único lujo que puede permitirse, y escribe en la libreta que lleva consigo a todas partes. A veces no salen ni dos palabras, otras se baja varios paraderos más allá para no cortar la inspiración. Imagina que alguien se sienta a su lado y le pregunta qué escribe. Faltan curiosos en las micros, así como malos escritores que le hagan compañía. Sigue escribiendo, por si acaso.                                                           

Autor: Isabel Yáñez, 19 años, Ñuñoa – V versión.

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Inflexión

Volvía tranquilo hasta que un brusco frenazo detuvo la micro. Miré hacia adelante. El conductor estaba detenido, a la altura del metro Salvador, mirando fijamente a una pareja que en medio del agua y las luces se besaba. Al rato se bajó y se fue, dejando la micro abandonada en la noche, abandonada en el Santiago de domingo. Lo vi alejarse sin rumbo fijo y no volvió más. Algunos aprovecharon de robar monedas. Yo aproveché de replantear mi vida.

Autor: Iván Araus, 32 años, Providencia.

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Miedo

Nadie quiere ser el último en bajarse de la micro.                                            

Autor: Catalina Rodríguez, 20 años, Santiago.

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Gramática de transportes

¿En qué persona gramatical se debe relatar un viaje en micro a las 7:30 de la mañana entre Pudahuel y Vitacura? ¿En la primera-persona-singular y solitaria que viaja las cuatro horas diarias? ¿En la primera-persona-plural que el hacinamiento sudoroso reinventa en cada parada? ¿Quizás en la tercera persona de ese narrador omnisciente y omnipotente, a quien le pedimos -por favor- que abra la puerta? En cualquier caso, el diseñador del plan no puede haber sido un gran narrador.

Autor: Maximiliano García, 24 años, Maipú – VII versión.

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Inconsciencia

En una micro repleta, un señor furioso llamó la atención a un joven: iba muy sentado mientras una señora de edad iba de pie. El joven sorprendido sonrió; notó el enojo del señor, miró a su madre que iba sentada detrás, le pidió las muletas para poder pararse y dejó el asiento libre. Un silencio incómodo reinó en la micro.

Autor: Jonathan Villar, 27 años, Cerro Navia – IX versión.