Los riesgos de tomar agua en botellas plásticas: detectan miles de partículas tóxicas que podrían afectar la salud

Los últimos años, el hallazgo de restos de plásticos en distintos lugares del mundo ha sido una fuente de preocupación para la comunidad científica y ha llevado a prohibir, en varios países, los cubiertos y las bolsas de plástico. Esto, para limitar su expansión por los suelos, el agua potable y los alimentos, y evitar que las personas y animales los consuman.

Al respecto, un estudio realizado por investigadores del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EE.UU.) y publicado el 8 de enero en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences entregó un alarmante hallazgo. Su principal conclusión fue que el agua embotellada puede contener cientos de miles de pequeños trozos de plástico no identificados.

Para alcanzar este resultado, los científicos recurrieron a tecnología que les permitió ahondar en los nanoplásticos, es decir, los microplásticos que se descompusieron en partículas más pequeñas. Así, en una botella plástica de un litro, detectaron cerca de 240 mil fragmentos de plástico, superando entre 10 y 100 veces las estimaciones anteriores.

Como el tamaño de los nanoplásticos es menor al de los microplásticos, estas sustancias pueden viajar por el torrente sanguíneo y llegar al corazón y el cerebro. Además, según los investigadores, pueden invadir células y entrar hasta los cuerpos de los fetos.

A juicio del coautor del estudio, el químico ambiental Beizhan Yan, “antes esto era sólo un área oscura, inexplorada. Los estudios de toxicidad simplemente adivinaban lo que había allí. Esto abre una ventana donde podemos mirar a un mundo que no estuvo expuesto a nosotros antes”.

Los riesgos del plástico en las botellas de agua

Anualmente -según el estudio-, se producen en el mundo cerca de 400 millones de toneladas métricas al año. De ellos, más de 30 terminan en el mar y la tierra y, de los productos hechos de plástico, muchos continúan dejando partículas. El problema es que los plásticos se dividen -en forma casi infinita- en pedazos más pequeños de la misma molécula química.

Durante la investigación, los científicos estudiaron los productos de tres marcas de agua embotelladas de Estados Unidos y analizar los partículas de plástico de hasta 100 nanómetros de tamaño. Los especialistas descubrieron entre 110 mil y 370 mil partículas por litro. De ellas, el 90% eran nanoplásticos y el 10% correspondía a microplásticos.

Entre los tipos de plásticos detectados, uno de los más comunes fue el tereftalato de polietileno o PET, del que están hechas muchas botellas de agua. Esta sustancia está presente, también, en envases de condimentos, bebidas y otros productos. Según estudios, las partículas de este tipo de plástico entran al agua con la exposición al calor y con la apertura y cierre reiterados de la tapa.

Un plástico que superó al PET fue la poliamida, un tipo de nailon que se utiliza comúnmente en filtros para purificar el agua antes de embotellarla. Además, se encontró poliestireno, cloruro de polivinilo y metacrilato de polimetilo, que se utilizan en procesos industriales.

Ahora, los investigadores tienen una nueva meta: estudiar la presencia de los plásticos en el agua de la llave. Según estudios, el suministro domiciliario también posee microplásticos, pero en menor cantidad que las botellas plásticas.

“Hay un mundo enorme de nanoplásticos todavía por estudiar”, afirmó el biofísico Wei Min, coautor del estudio.

¿Botellas plásticas o botellas de vidrio?

A diferencia del plástico, está demostrado que el vidrio no reacciona ni química ni físicamente al contacto con los líquidos y alimentos, como sí lo puede hacer el plástico. Así, conserva todas las características originales de los productos.

También, se le considera un material que -dependiendo de su grosor- reacciona bien frente a distintas temperaturas. Por ejemplo, una botella de vidrio puede exponerse al calor o, también, guardarse en un congelador sin problemas.

Además, debido a su carácter inerte e inorgánico, es aséptico y puede entrar en contacto con los productos que almacene.