Ciudad
6 de Agosto de 2024Ingeniera agrónoma tras caída de troncos por los vientos: “No culpemos a los árboles. Culpemos al mal manejo que les estamos dando”
La experta de la UC explica que las podas mal hechas es uno de los factores para que los árboles enfermen y se caigan. También el no contemplar el desarrollo de sus raíces, que pueden ser dos o tres veces el diámetro de su copa.
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Vientos de más de 120 kilómetros por hora se registraron durante la noche del jueves 1 de agosto y la madrugada del viernes 2. Esto, en medio de un sistema frontal que azotó la Región Metropolitana y dejó sin luz a miles de personas, provocado por la caída de postes y de árboles.
Sobre esto último, la académica de Agronomía y Sistemas Naturales de la Universidad Católica, Alejandra Vargas, señaló a The Clinic que los que se cayeron son “árboles defectuosos”, pero no por culpa de ellos.
“Yo he salido a mirar y los árboles sanos y en buen estado no se caen. Los árboles saben crecer y equilibrarse“, explica. En ese sentido, señala que los que se cayeron tienen la madera “ahuecada, con hongos, con gusanos. Y en la mayoría de los casos eran podas mal hechas. La poda mal hecha dejó una herida que no cierra, que no cicatriza. Entonces entran patógenos que después van dañando la madera y se pierde la firmeza”.
Según la experta en árboles urbanos, los árboles también pueden caerse por completo cuando las raíces no han podido extenderse. “Tenemos que pensar que las raíces alcanzan un diámetro que es 2 a 3 veces el diámetro de la copa. O sea, si un árbol es de una copa de 8 metros, las raíces deberían abarcar 16 metros o más de diámetro”, dice.
“En la ciudad el suelo está tan compactado y de repente también les cortan las raíces a los árboles para que pase, qué sé yo, el tubo del gas o el agua, que las raíces quedan confinadas. Entonces no exploran el suelo y el árbol pierde sustento, pierde anclaje, como se llama, y se cae”, alerta.
Otra razón para que caigan es cuando sus raíces crecen de forma circular. Esto es porque no tienen para dónde crecer. “Eso es un defecto, en el fondo, del árbol, que se origina por la compactación del suelo o porque no hay espacio para que se desarrolle”, señala.
Una ciudad no diseñada para los árboles
De acuerdo a Vargas, el diseño de la ciudad no contempló el crecimiento de las raíces. Se planifica la vereda, se planifica la calle, pero no el espacio suficiente para que los árboles puedan desarrollarse.
“Entonces a mí no me sorprende nada de que los árboles no estén bien anclados al suelo. Porque no se piensa en el desarrollo de las raíces. Así que sí hay un problema de planificación importante“, señala.
La altura del árbol tampoco es un factor de riesgo. Ya que estos, si no están cuidados o no pueden crecer perfectamente, también van a tumbarse.
“En el fondo yo lo que quiero transmitir es que no culpemos a los árboles. Culpemos al mal manejo que le estamos dando a los árboles. Que los estamos enfermando o no le estamos dando espacio para crecer”, sostiene.
En Santiago, la ingeniera agrónoma afirma que hay “muchísimos árboles enfermos. La verdad es que los árboles están muy maltratados. A mí me toca evaluar todo el tiempo. Y uno ve unas podas mal hechas. ¿Por qué es mal hecha? Porque no le hicieron el lugar donde el árbol puede cerrar esa herida. Entonces las heridas quedan abiertas. Y a continuación vienen los hongos y los gusanos y empiezan a hacer hoyos en la madera. Y con eso se pierde la estabilidad”.
También ha avistado árboles con ramas secas. “Después de la sequía que tuvimos durante tanto tiempo, muchas partes del árbol se secaron. Los árboles, como una forma de protegerse, eliminan el material que no son capaces de mantener. Y esas ramas que se secan, hay que cortarlas. Porque cuando la rama se seca, se debilita la firmeza de la madera y caen. Se ahuecan, se van descomponiendo”, dice.
La solución a los árboles enfermos
“Lamentablemente, en muchos casos, es talarlos. Yo sé que a nadie le gusta sacar árboles, a mí tampoco. Por supuesto que no, yo soy una fanática de los árboles”, indica la experta sobre qué hacer con los que ya no se pueden mantener.
“Cuando tienen un ahuecamiento en la base, ponte tú. O cuando tienen las raíces enrolladas. O cuando están con la mitad de la copa seca. No hay vuelta. Entonces la solución es talarlo y a continuación volver a plantar”, cuenta.
En cuanto a la mantención de estos, la profesora de la UC asegura que son las municipalidades, aunque existe una línea difusa: “Por un lado, la municipalidad es la que está a cargo del manejo de los árboles. Y, por otro lado, están las eléctricas, que la verdad es que están a cargo de la seguridad de la línea. Entonces, como están a cargo de la seguridad de la línea, tienen que mantener los árboles”.
“Pero la ley dice expresamente que debajo de la línea no debe haber árboles. Entonces es bien complejo eso. Porque además que la eléctrica cuando se pone a podar los árboles, aparece la municipalidad. Le reclama porque está podando los árboles y son municipales. Entonces ahí hay un vacío que es bien difícil de entender”, finaliza.