Yo me muero con Gena Rowlands: desde “Una mujer bajo la influencia” hasta “Gloria”, la carrera que la convirtió en ícono del cine indie

Un abrigo negro y una pistola. Una de las tantas imágenes icónicas que se asocian a Gena Rowlands, el ícono femenino del cine independiente que falleció anoche, a los 94 años, por complicaciones de un Alzheimer avanzado que sufría en los últimos años.

En “Gloria” (1980), Gena Rowlands interpretó a la exnovia de un gángster que, de modo inesperado, debe hacerse cargo del hijo de sus vecinos, quienes fueron asesinados a sangre fría por mafiosos. Ellos buscan al chico, Gloria intenta salvarlo, lo que deriva en una relación madre-hijo, pese a la frialdad de ella. Un rol por el que la actriz ganó la Copa Volpi en Venecia y estuvo nominada al Oscar a Mejor Actriz, premio que nunca se lo dieron por un papel sino de modo honorífico, recién en 2016, con la Academia nuevamente pagando culpas por no reconocer a tiempo a las grandes figuras del cine.

Rowlands forjó una carrera demasiado poco convencional y de la mano independiente en los 70 y 80, sin el toque hollywoodense de glamour de otras actrices de su generación. La mayoría de sus películas son imposibles de ver hoy, salvo en colecciones de blu-ray, y pocas están en streaming. Quizás por ello anoche, cuando se dio a conocer su fallecimiento, varios medios de comunicación digitales en el mundo hablaban de “la actriz de The Notebook”.

En “Diario de una pasión” (2004), la cinta de Ryan Golsing y Rachel McAdams, Rowlands interpretaba a la protagonista en su versión adulta, ya con Alzheimer, mientras su marido intentaba hacerle recordar lo que vivieron. La dirigió su hijo Nick Cassavetes y, si bien se trata de una cinta obligada en el género del cine romántico, está lejos de ser un emblema para una actriz de marca mayor y que debe su fama a otras películas, donde generalmente interpretaba a mujeres fuertes o en conflicto dramático.

“Yo me muero con Gena Rowlands”, cantaba Fito Páez en su canción “Circo beat”, tributando a la icónica musa del cine indie, que en los 70 y 80 hizo un puñado de películas brillantes, diez de ellas de la mano de su marido, John Cassavetes, considerado uno de los pioneros del cine independiente.

Como en “Una mujer bajo la influencia” (1974), donde la actriz interpretaba a una ama de casa y madre de tres hijos que no se adaptaba a las convenciones sociales y era juzgada por todos por su inestabilidad mental. La película surgió de la propia actriz, quien dijo que quería reflejar los problemas de las mujeres de los años 70 a través de un registro de estirpe teatral.

Para lograr que la cinta viera la luz, Rowlands y Cassavetes hipotecaron su casa, ocuparon a numerosos amigos en el trabajo y, sin un estudio que los apoyara, consiguieron distribuirla en el circuito de cine arte en Estados Unidos, hasta llamar la atención de los críticos, el boca a boca y una nominación al Oscar a mejor actriz (y otra para Cassavetes a mejor directori). Trabajar con un presupuesto limitado lo obligó a filmar escenas en una casa real cerca de Hollywood Boulevard , y Rowlands fue responsable de su propio peinado y maquillaje.

Hasta hoy, el largometraje es uno de los emblemas del cine independiente y, respecto a Rowlands, una actuación que muchos consideran una de las mejores de todos los tiempos. La crítica de cine Pauline Kael, del New Yorker, la llamó “suficiente para media docena de tours de force”.

Sus inicios en el teatro y la TV

A principios de la década de 1950, Rowlands actuó con compañías de teatro del Provincetown Playhouse y en Broadway. En 1954 coprotagonizó con Paul Stewart la serie televisiva “Top secret” y un año después en la serie de detectives “Johnny Staccato“, junto a su marido, John Cassavetes. En los 60 apareció en cuatro episodios de “Alfred Hitchcock Presents“, tres de los cuales fueron después de que la serie pasara a llamarse “The Alfred Hitchcock Hour”. En 1967 fue elegida para interpretar a la socialité Adrienne Van Leyden en la exitosa telenovela “Peyton Place“.

En cine hizo su debut cinematográfico en “The High Cost of Loving”, en 1958, y enn 1962, protagonizó “Lonely are the brave”, junto a Kirk Douglas y Walter Matthau. Pero fue en 1974, con “Una mujer bajo la influencia”, que consiguió su consagración. En 1978 fue nominada al Globo de Oro por su papel en el drama “Noche de estreno” y con “Gloria” consiguió nuevamente una oleada de premios y buenas críticas.

Antes, en 1959, había partido la serie de películas que hizo dirigida por John Cassavetes, con “Sombras“; rodada lejos de los estudios y siendo parte de lo que se llama “el nuevo cine americano”. La película tuvo tres nominaciones al Oscar y plasmaba el estilo de ambos: realismo crudo, improvisación y primeros planos perturbadores.

En 1985 Rowlands protagonizó la película para televisión “An early frost“, la primera en abordar la temática del VIH, por la que fue nominada al Emmy al Globo de Oro. Uno de los tres Emmy de su carrera lo obtuvo por encarnar a la exPrimera Dama de los Estados Unidos, Betty Ford, en “La historia de Betty Ford”.

Tras fallecer John Cassavetes —a los 59 años en 1989—, Gena Rowlands mantuvo su carrera en solitario y fue dirigida por Woody Allen en “La otra mujer”, junto a Mia Farrow y Gene Hackman. Allí encarnó a una profesora de filosofía que se aparta de la docencia para escribir un libro y entablaba una relación con una de las pacientes de una consulta de psicoanálisis que está junto al estudio donde se había enclaustrado para trabajar en su proyecto. Esa amistad, la llevará a sentir que su propia vida está vacía y basada en el autoengaño y el miedo a las emociones.

En 2002, junto a Uma Thurman y Juliette Lewis, hizo “Hysterical blindness”, por la que consiguió su octava nominación a los Globos de Oro. Y en 2010 fue estrella invitada en un episodio de la serie “NCIS”.

El 24 de junio pasado, Nick Casavetes contó que su madre llevaba cinco años con Alzheimer y que la enfermedad había avanzado velozmente. Por complicaciones del Alzheimer, murió en su casa de Indian Wells, California.