Entrevistas
25 de Agosto de 2024Karla Rubilar: “Para evitar la división, Kast, Matthei y Rincón debieron sentarse en una mesa, y eso no ocurrió”
En la semana que Felipe Ossandón bajó su candidatura por Puente Alto, Karla Rubilar agradece el gesto y asegura que no ha sido fácil esta carrera municipal. La exministra despeja dudas sobre su conflicto con el alcalde Codina, reconoce que evaluó renunciar a la política, y confirma que de ganar se irá a vivir a Puente Alto.
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Karla Rubilar (47) ya tomó la decisión: en caso de ser electa el 27 de octubre se irá a vivir a Puente Alto junto a su pareja, el periodista Christian Pino. Incluso podría irse antes de la elección. Si bien cree que no es necesario que los alcaldes vivan en el lugar que dirigen, dice que en una comuna que es más grande que ochos regiones, se hace fundamental.
La definición de su candidatura no fue fácil. Incluso después de ganar la primaria. Hasta esta semana iba a enfrentar al concejal Felipe Ossandón en la urnas, pero el sobrino de Manuel José, senador e histórico referente de la comuna, finalmente bajó su nombre.
“Lo primero es agradecer al concejal Ossandón. Que haya antepuesto el bienestar de Puente Alto a cualquier otra consideración. No tengo duda de que esa debe haber sido una decisión difícil“, afirma la exintendenta a The Clinic.
Pero eso no fue lo más complejo. Semanas antes su más fiel aliado, el actual alcalde de Puente Alto, Germán Codina, acusó que la exministra lo bloqueó de WhatsApp, luego de que se rumoreara que -tras imponerse en las primarias-, iba a abandonar la carrera municipal para aventurarse a competir por la gobernación metropolitana. Pero Karla Rubilar aclara que nunca fue una opción, aunque sí reconoce que Katherine Martorell y Andrea Balladares, secretaria general de RN, se lo pidieron.
El motivo de su ausencia era personal: analizó seriamente retirarse de la política porque un familiar muy cercano -al que no quiere exponer- tiene cáncer.
“Tuve un cuestionamiento muy fuerte respecto de si yo era capaz de compatibilizar una campaña como enfrentar la candidatura de la comuna más grande de Chile, como es Puente Alto, con esta enfermedad grave. Y en esa desconexión tuve una reflexión muy profunda”, admite la exvocera de gobierno.
Eso sí, fue una conversación con su familiar la que la hizo convencerse. “Me dijo ‘si tú luchas, yo lucho’. Esto a uno lo remece. A mí todavía se me paran los pelos de recordar ese momento”, cuenta emocionada.
—¿Fue un mes muy complejo? Entre que iba y no iba de candidata, que se bajaba o no se bajaba Ossandón.
—Han sido semanas bien duras desde lo político y desde lo personal. Siempre asumí, cuando decidí competir en Puente Alto, que podía tener que enfrentar una elección con Ossandón por fuera. O sea, cuando tomé la decisión de competir sabía que la realidad podía ser que fuéramos divididos por primera vez en la historia de Puente Alto desde que el senador Ossandón ganó esta comuna. Y, por tanto, si bien no era el escenario ideal, lo tenía relativamente asumido. Evidentemente que ahora agradecemos la posibilidad de ir como candidata única.
Y este momento viene a ser un bálsamo, efectivamente, de esas semanas tan duras. Espero que todo vaya mejorando, digamos, acercándose al 27 de octubre y nos permita ganar esta elección. Tan importante como recuperar comunas emblemáticas como Santiago, Ñuñoa, Concepción, Viña del Mar, es mantener las comunas que hemos ganado y que han sido importantísimas para el sector, como Puente Alto y La Florida.
—¿Qué factores fueron determinantes para resolver esta situación?
—La fuerza de los gestos fueron haciendo que esto terminara decantando en mi candidatura única. Primero, que siempre estuve disponible a respetar la institucionalidad. Se me planteó a inicios de año la posibilidad de hacer una encuesta. Cuando se cuestionó la encuesta, porque la ganaba, se me ofreció una primaria. Acepté y ganamos esa primaria de una forma histórica.
Nosotros tenemos un riesgo, que es una competencia con una izquierda radical, como lo ha definido el mismo senador Manuel José Ossandón, y por tanto, poner en riesgo la continuidad de este progreso era algo que no era posible, no era correcto. Finalmente, toda esa mezcla de factores fueron decantando en que se tomaran las decisiones del senador Ossandón de dar una entrevista donde dijo que creía que había que apoyarme a mí, que yo tenía la mayor posibilidad de cuidar Puente Alto.
“Mi discusión tenía que ver con si yo era capaz de continuar en política”
—¿Intervino Evelyn Mattei en estas negociaciones?
—Evelyn Matthei siempre estuvo preocupada. Tuvo conversaciones, efectivamente, con el concejal Ossandón, en el entendido de manifestarle su preocupación. Así como lo hizo ella, entiendo que desde el partido hubo muchas conversaciones, partiendo por el mismo senador. Eso demuestra también la responsabilidad en política y el cariño que se tiene por esta comuna.
—¿Por qué bloqueó al alcalde Codina de WhatsApp cuando dudó en ser candidata?
—Efectivamente yo bloqueé, temporalmente, al alcalde Codina, probablemente en uno de los momentos más duros que he tenido en mi vida personal. Quiero también ser súper clara de que no solamente me alejé del alcalde Codina, sino que me alejé de familiares, de amigos cercanos, de colaboradores que me han acompañado durante mucho tiempo. Porque quise desconectarme de todo y de todos. Sentí que, como estoy viviendo una enfermedad grave, un cáncer de un familiar muy cercano y muy querido, primero el diagnóstico fue un mazazo. Fue literalmente un mazazo. Y lo único que quería era estar con mi familia, no perderme ningún momento.
Pedí mucha ayuda de ver si efectivamente iba a ser capaz también de cumplir a los puentealtinos y a las puentealtinas. Quiero aprovechar de aclarar que la discusión nunca fue si iba a elegir Puente Alto o iba a elegir otra candidatura, de otra comuna o de la gobernación. Mi discusión tenía que ver con si era capaz de continuar en política. Me replanteé mi futuro político. Y después de tener este período de reflexión, de estar mucho con mi familia, con este ser querido en particular, entendí que este era mi lugar y que iba a tener la convicción, la fuerza y el compromiso para enfrentar este desafío con la responsabilidad que esto amerita.
—¿Estuvo cerca de renunciar a su carrera política?
—Sí, lo pensé seriamente, porque no tenía tanta claridad. He tratado siempre en mis cargos de ser muy responsable y de hacerlo bien, dando siempre lo mejor de mí. Esa reflexión la tuve y la zanjé. Además que creo estar preparada por todas las complejidades que he vivido y toda la experiencia que he tenido para poder ser una muy buena alcaldesa. Creo haber zanjado todas las dificultades y hoy día estar muy muy clara y por eso creo que voy a ganar esta elección.
Karla Rubilar afirma que descartó ser candidata a gobernadora, pese a propuesta de RN: “Contesté inmediatamente que no”
—¿Se ha sentido un poco en ninguneada en todo este proceso?
—Ha sido difícil, efectivamente, esta candidatura a alcaldesa de Puente Alto. Me hubiese encantado que hubiese sido completamente diferente. Toda mi vida he tenido una muy buena relación con el senador Ossandón. Tengo la mejor de las relaciones con el alcalde Codina y estos dos años que hemos trabajado hemos generado una amistad. Pero también creo que todo lo que me pasa y todo lo que me toca vivir me hace más fuerte, me prepara mejor, me genera mayores instancias de aprendizaje y tampoco creo que nadie tenga un derecho adquirido para ser candidato a nada. Y por eso nunca lo tomé como un ninguneo, sino que lo tomé como lo que corresponde: que finalmente sean los vecinos y vecinas de Puente Alto quienes determinen.
—¿Tuvo la oportunidad de ser candidata a gobernadora por Santiago?
—Estando en este proceso, me hicieron llegar desde Renovación Nacional una encuesta, que medía a varias personas, no solamente a mí. En esa encuesta estábamos en un empate técnico con el gobernador Orrego. E incluso yo con números de evaluación ciudadana mejor. Obviamente lo agradecí, pero inmediatamente me junté presencialmente con Andrea Balladares, e incluso, voy a transparentar, con Katherine Martorell, fueron las dos que querían venir a plantear que asumiera el desafío de candidata a la gobernación metropolitana, y yo inmediatamente les dije no.
—¿Pero ellas le ofrecieron el cargo?
—Ellas me pidieron y me dijeron que evaluara efectivamente ser candidata a gobernadora. Porque creían que yo era la única que podía ganar la gobernación. Había otra candidata que estaba bien evaluada, pero que ya había desechado esa oportunidad formalmente. Entonces les contesté inmediatamente que no, que mi discusión no tenía que ver con otra candidatura. Les expliqué mis motivos, les dije que me quería quedar en Puente Alto, que esa era una decisión que ya tenía zanjada.
—¿Ha faltado liderazgo en Chile Vamos y el Partido Republicano para abordar todas las negociaciones municipales, empezando por su caso?
—Esta fue una negociación muy difícil. Las negociaciones siempre han sido difíciles, cuando era solamente RN y la UDI igual terminábamos con el último día escribiendo de último minuto, bajando, subiendo, siempre muy complejo. En esta negociación había un condimento más complejo aún, estábamos hablando de un nuevo Partido Republicano. Estábamos hablando de nuevos partidos de centro, de una gobernanza que no está construida, que se construyó con el rechazo del 62%, que hay que tratar de mantener, pero que lamentablemente no ha sido tan fácil. Con un liderazgo que era muy presente, como el del presidente Sebastián Piñera, y que hoy día no existe, y con las complejidades de que esta coalición tiene diferentes ideas, es muy diversa, pero que no tiene este paraguas, como existía en algún momento cuando creamos, por ejemplo, la Coalición por el Cambio.
Con todas esas complejidades, los partidos lograron una cantidad importante de acuerdos, que eso es innegable. Pero hubo varias emblemáticas, importantes, que van a ser probablemente balcones, que se van a mirar el 27 de octubre. Y esto hay que mirarlo en código electoral, también, en código político, donde debimos haber hecho los máximos esfuerzos, y donde yo, personalmente, tengo una opinión de que los liderazgos fuertes del sector debieron sentarse a la mesa a resolverlo. Yo era partidaria de que para zanjar ciertas comunas y no haber ido divididos como terminó siendo la realidad, y que vamos a ver los efectos el 27 de octubre en la noche nomás, debió haberse sentado José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Ximena Rincón, o cualquier otro liderazgo incluso, que hubiese creído necesario para zanjarlo. Y ese esfuerzo no se terminó haciendo.
—¿Ellos tres se deberían haber sentado en una mesa a resolverlo?
—Sí. Para evitar la división, Kast, Matthei y Rincón debieron sentarse en una mesa, y eso no ocurrió. Como decimos en buen chileno, faltó un café. Lo lamento. El impacto de eso lo vamos a ver el 27 de octubre en la noche, si llegamos a perder comunas porque no hicimos este máximo esfuerzo, habrá, me imagino, que sacar lecciones. Vienen nuevas elecciones, probablemente las más relevantes, la presidencial, la parlamentaria, la parlamentaria va a ser indispensable para poder gobernar, hay que sacar un parlamento que permita gobernar a quien sea nuestro presidente o presidenta.
Karla Rubilar sobre Sebastián Piñera: “Homologar o tratar de reemplazar esa figura es imposible”
—¿Alcanzó a hablar con el presidente Piñera del proyecto de ser alcaldesa de Puente Alto?
—La verdad, sí. Cuando se iniciaron los primeros conflictos, cuando sonó a fines del año pasado la posibilidad de que pudiera ser candidata a alcaldesa y el concejal Ossandón también, conversé con la alcaldesa Matthei y con el presidente Piñera. Y el presidente siempre creyó que mi lugar estaba en Puente Alto. Es más, la última conversación presencial y por teléfono que tuve con el presidente antes de fallecer -dejando de lado el Zoom que hicimos para los incendios-, fue de Puente Alto. Él me llamó, y me preguntó qué decisión había tomado. Le dije que estaba convencida, que finalmente lo terminé zanjando como en marzo y tuvo mucho que ver su fallecimiento.
—¿Cree que ha fallado Chile Vamos en particular en buscar un liderazgo que asuma el rol que estaba asumiendo el presidente Piñera antes de morir?
—El presidente Piñera tenía un rol aglutinador y de unión bien importante, siempre lo hizo. Y, además, la impronta de haber sido dos veces presidente. Cuando te llama un dos veces presidente, incluso si tú no tienes una relación tan cercana, evidentemente está el peso de enfrentarse a una figura estadista así. Homologar o tratar de reemplazar esa figura, yo diría que es imposible. Buscar tratar de tener una figura que logre llenar ese vacío es un error. Hay liderazgos diferente y personalmente creo que en el liderazgo político, general, articulador, va a tener que ser la suma de muchas personas. Y en el caso electoral, tenemos una figura electoral muy potente. Evelyn Matthei es una candidata presidencial que lleva, no sé, tres años liderando la encuesta.
Ella es, sin duda, una figura electoral que nos recuerda lo que nos enseñó el presidente, que podemos ganar. Porque acuérdense que Lavín nos hizo sentir que parece que se podía. Y posteriormente llega el presidente y nos enseña que podemos ganar, y no una, sino dos veces. Y hoy día Evelyn nos recuerda que sí podemos ganar.
“Me encantaría tener una primaria amplia desde Johannes Kaiser hasta Amarillos”
—¿También cree que debería haber una primaria desde el Partido Republicano a Amarillos?
—O sea, si me preguntan a mí, mi motivación gigantesca y si uno pudiera contribuir a eso, me encantaría tener una primaria amplia desde José Antonio Kast. O incluso de más allá, Johannes Kaiser, si es que el día de mañana efectivamente aspira a competir, hasta Amarillos y Demócratas. Esta amplia coalición de la cual hablaba el presidente Piñera. Además, la presidenta Bachelet le dijo una frase preciosa en el funeral, que su corazón liberal no le temía a las diferencias, sino que las alentaba. Eso era muy del presidente.
—¿Pero incluso Johannes Kaiser?
—Todo el que quiera participar en una primaria debería estar. Todos los que representan las oposiciones deberían estar. Ese es el escenario ideal. Ahora, ¿es factible ese escenario? Uno piensa, probablemente no. No nos vamos a encontrar en una primaria ni con José Antonio, ni con Johannes. Pero, si ustedes me preguntan a mí, a pesar de que Evelyn Matthei lleva tres años liderando la encuesta, y yo creo que es la líder indiscutida del sector, creo que las primarias hacen bien.
—¿Son competitivos las candidatos que hoy en día tiene el oficialismo?
—En este país todas las elecciones van a ser competitivas. Nunca hay que subestimar a un adversario político, ni electoral. El oficialismo va a tener diferentes candidatas. Soy de las que cree que Evelyn Matthei le ganaría a la presidenta Bachelet de competir en una competencia uno a uno, homologando el 2013. Creo que a diferencia de 2013, donde todos sabíamos que la presidenta Bachelet le iba a ganar a Evelyn Matthei, acá, más allá de que es probablemente la carta más competitiva del oficialismo, Evelyn Matthei le va a ganar si es que compite la presidenta Bachelet.
—¿Pero cree que Bachelet es la más competitiva?
—Sí, de todas maneras. Y creo que no va a ir. Soy una convencida de que cuando Bachelet dice que no va a competir, yo le creo. Sé que mucha gente no le cree, sobre todo en mi sector. Soy de las que le cree cuando ella dice que no va a competir. Pero si compitiera, y creo que es la más competitiva, Evelyn Matthei le ganaría.
—Dice que Evelyn Matthei le ganaría hoy en día a Michelle Bachelet, pero ¿cómo ve la competencia dentro del mismo sector, con José Antonio Kast?
—Creo que Evelyn Matthei gana la primera vuelta, entendiendo que José Antonio ha dicho que de competir va a ir a primera vuelta. Y soy una convencida de que ganando la primera vuelta Evelyn Matthei es presidenta. Estoy convencida de que ella gana las segundas vueltas a todo evento. Pero creo que esto no es solamente ganar, creo que esto es primero también tener un parlamento que nos permita gobernar.
No nos podemos quedar en un liderazgo personalista que gane solamente Evelyn Mattei en las elecciones, como antes ganaba parece solamente Sebastián Piñera. Este país requiere una coalición que dé un gobierno de más de cuatro años. O sea, nosotros tenemos que aspirar a 8, 12 años para poder generar los cambios del modelo de país y de sociedad que compartimos.