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Fotos: Felipe Figueroa

Entrevistas

25 de Agosto de 2024

Macarena Ripamonti a seis meses del incendio: “Esperamos que el gobierno tomara acciones excepcionales y no ha sido así”

La alcaldesa frenteamplista de Viña del Mar hace un balance de su mandato en la previa de competir por la reelección. Además, mantiene su postura crítica sobre el rol del gobierno en los incendios. Sobre la elección dice: "Hay personas que necesitan llegar al poder y van a utilizar todas las tácticas que puedan para hacerse notar".

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Esta semana la alcaldesa de Viña del Mar Macarena Ripamonti (Frente Amplio) recibió una buena noticia. Luego de que su candidatura a la reelección fuera rechazada por el Servel, este lunes el Tribunal Electoral acogió su reclamo y aceptó su postulación.

En todo caso, la alcaldesa de 33 años dice a The Clinic que nunca temió no poder aspirar a un segundo periodo. Además, desde el Teatro Municipal de su comuna -que logró reabrir tras largos años de reconstrucción- asegura que aún no entra en modo campaña y que no está preocupada de lo que puedan decir otros candidatos.

“Al menos nosotros todavía no entramos a la contienda electoral. Sigo en el ejercicio del cargo como alcaldesa y, la verdad, muy enfocada. Nosotros somos, siempre lo digo, un caballo de carrera. No nos desconcentramos y, además, comprendemos que es parte del hábito natural. Hay campañas y contiendas electorales y hay personas que necesitan llegar al poder y van a utilizar o van a ocupar todas las tácticas que puedan tener para, digamos, hacerse notar. Eso es natural”, comenta Ripamonti.

—¿Hubo algún error en lo que pasó con el Servel?

—¿A qué se refiere con error?

—¿Desde el municipio hubo alguna desprolijidad?

—Es que el municipio no inscribe las candidaturas. Lo hacemos como personas naturales.

—¿Y de usted como persona natural?

—En ningún caso. Inscribimos las cosas en tiempo, en forma y con los requisitos que establece la ley. De hecho, así lo dijo el Servel en la última resolución que acogió la apelación.

¿Tuvo dudas con respecto a poder inscribir la candidatura? 

—No, repito lo mismo que dije ese día. Lo que rescato de este proceso es que muchas personas se activaron por el hecho de representarse en el debate público que podíamos no estar en la candidatura. La verdad es que eso no era posible, porque el trámite estaba perfectamente bien hecho. Y así lo pudimos demostrar en la actuación. Entonces, sabíamos que se iba a resolver. De todas formas, creo que fue un momento de activación y de mucho cariño de estas personas preocupadas. Y creo que eso también sirvió para que las personas puedan activarse y entender que Viña del Mar tiene que avanzar con todos juntos. Eso requiere también un esfuerzo. Sobre todo en épocas electorales, que requiere a todas las personas. 

—¿Cómo ha visto el despliegue del que posiblemente va a ser su rival, Iván Poduje?

—Mira, nosotros somos tres candidatos. Hay dos hombres y yo. Y me parece que todo lo que ocurre es una cuestión muy natural. Estamos en elecciones. Es natural que las personas candidatas que quieren acceder a un puesto de poder generen climas hostiles o bien intenten generar un debate para poder alcanzar conocimiento o hacer lo que haga falta. Ellos quieren acceder a un puesto de poder. Y eso es lo que ocurre en las elecciones. A mí no me parece extraño. Me parece que es el debate que se tiene que dar.

—¿Cómo ha sentido el clima político? ¿Cree que está tóxico?

—Mira, en general no solamente en el clima electoral, sino que siento que hay un clima hostil. Creo que se debe a varias cuestiones que estamos pasando como país. Todo esto se ensalza, además, con los temas de corrupción que se están viendo a nivel nacional. Los ánimos en política están exaltados y eso está haciendo a las personas perder la concentración en lo que realmente importa, que es la satisfacción de los intereses generales de las personas. Y creo que eso no es recomendado cuando uno está en marcos electorales. Creo que la gente necesita de los liderazgos que se demuestre capacidad de gestión.

—¿Y en el Frente Amplio qué autocrítica hacen con respecto a este clima hostil que he definido?

—Bueno, no hablo por el Frente Amplio, porque no soy una líder que lleva las vocerías del partido, pero me parece que existe un ejercicio crítico permanente. Al menos he escuchado de las vocerías, no soy una de ellas, y me parece que tenemos que tener capacidad adaptativa. Me parece que constantemente tenemos que estar revisando cómo podemos ser mejores, que es lo que hacemos constantemente, y cómo llevar sobre todo un clima que quite la hostilidad del espacio público, que quite la hostilidad del debate público y que ponga todos los esfuerzos en cambiar la vida de las personas.

—¿Viña está mejor que hace cuatro años?

—Cuando llegamos no había medicamentos en los Cesfam. No se pagaban los impuestos, no había dinero para llegar a fin de año y no había plata para pagarle las remuneraciones a las personas. Las escuelas no tenían dónde imprimir papel. No había computadores en el municipio. Los que habían, tenían Windows 98 y XP.

—¿Qué balance hace? ¿Qué aprendizajes adquirió? 

—Demasiados aprendizajes y una experiencia tremendamente enriquecedora. Viña es una de las ciudades más importantes de este país. Todo esto ha sido una cuestión realmente impresionante. Y, además, siento mucho orgullo de lo que se ha alcanzado. Porque si miramos en retrospectiva, son solo 36 meses y 23 días. Y eso con todas las dificultades. Con dos incendios a cuestas, y lo de base, un problema de corrupción tan grotesco, de los más grandes que ha tenido Chile. Con un déficit financiero de $40 mil millones. Y alcanzamos indicadores concretos de éxito.

No existe ninguna comuna en la Región Metropolitana que tenga más proyectos en el Sistema Nacional de Inversiones. Otra cosa, logramos abrir un municipio que era completamente críptico. Respecto al cual no se sabía nada. No se podía entrar al municipio. Nunca conocí, en 20 años, el lugar donde trabajaba la alcaldesa.

A seis meses del incendio: “La gente debe entender a la primera”

Con respecto a los incendios, que es el episodio más trágico que vivió la comuna en mucho tiempo, hubo bastante tensión entre el gobierno central y el gobierno local. ¿Se superaron esas tensiones a seis meses de la tragedia?

—Esto no tiene que ver necesariamente con tensiones. Esto tiene que ver con que los alcaldes y las alcaldesas, y particularmente yo, tengo como única y exclusiva prioridad la satisfacción de los intereses de la comunidad que represento. Si los intereses de las personas viñamarinas no están siendo satisfechos, porque no ven una reconstrucción, porque no se sacan los baños que aún se necesitan, porque no se está dando certeza a la gente para poder dormirse en la noche sin ansiedad de no saber qué va a pasar mañana, legítimamente tengo que tener la capacidad de ser crítica y de llamar la atención a las personas para que los intereses de la comunidad que represento sean satisfechos. 

—¿Y aún es crítica con respecto a la labor del gobierno? 

—Cuando Viña no tenga lo que merece, no se le responda como se debe, siempre voy a ser altamente crítica. 

—¿Pero hoy en día es crítica? 

—Siempre voy a ser hasta que las cosas estén resueltas. 

—¿Pero no están resueltas entonces? 

—Siempre voy a ser crítica cuando los intereses no estén satisfechos. Eso no significa que me voy a quedar en la crítica. Lo que corresponde es que frente a una situación uno ocupe toda su capacidad de gestión. Aunque no tengas ni siquiera la habilitación legal, vas a hacer lo posible. Levantamos un proyecto de reconstrucción que fue entregado el 15 de marzo con las universidades más prestigiosas de la región de Valparaíso y con las oficinas más prestigiosas de este país. Tengo una base operativa en el sector de El Olivar, que es una suerte de municipio para los afectados por el incendio. Mi obligación es hacer que las cosas pasen de manera excepcional, porque fue una emergencia de las más grandes que ha tenido el planeta. Hemos tenido reuniones con agentes internacionales que nos han dicho que esto no ha ocurrido en el mundo en los últimos 30 años. Por lo tanto, no pudimos responder lentamente. 

—¿Sintió que el Ejecutivo tuvo esa misma premura?

—¿Hay casas construidas ahora? ¿La gente tiene certezas? ¿La gente sabe lo que va a pasar? Más que acusar, hay cuestiones de derechos. Y si esas cosas de derechos no están satisfechas, uno tiene que presionar. 

—¿Usted cree que el gobierno tiene que actuar más? 

—Creo que tenemos que tomar medidas excepcionales para una crisis excepcional. Y me parece que eso no ha sido así. 

—¿Esperaría más esfuerzo? 

—Espero todos los esfuerzos. 

—¿Y por qué cree que han tardado tanto? Usted lo advirtió hace varios meses. 

—Como lo advertí, es que también me puse a trabajar. De manera excepcional, como municipio, estamos haciendo un trabajo que ni siquiera tenemos la capacidad para poder hacer y levantar un proyecto de reconstrucción igual. Nosotros somos críticos, pero entendemos que las cosas se dicen una vez. La gente debe entender a la primera. Mientras tanto, tengo que seguir trabajando. 

—¿Pero siguen esperando? 

—Esperamos que el gobierno tomara acciones excepcionales y no ha sido así.

Macarena Ripamonti: “En el futuro quienes quieran participar de política tienen que comenzar en algún municipio”

—¿Hay algún cambio entre lo que usted quería cuando entró al municipio y lo que hizo ahora, viéndolo en perspectiva? 

—Mira, desde que decidí involucrarme en política, todas las decisiones que he tomado las he hecho con participación ciudadana. Yo llego el 2021 con un programa participativo que tuvo a funcionarios de la salud, de la educación, que tuvo agentes comunes corrientes de todos los barrios de Viña del Mar, que tuvo personas vinculadas con la seguridad. Y así construimos objetivos muy concretos que cumplimos en un 99,9%, el programa que construyeron esas personas y que me dijeron “mire, si usted es alcaldesa, queremos que este sea el horizonte posible”. Por lo tanto, en mi perspectiva personal, trato de no traer la población a la obra gestacional, sobre todo a la obra de las alcaldías, que son tipos de liderazgo diferentes.

—O sea, ¿se aleja un poco de este aprendizaje en el poder, que se ha hablado tanto con el proceso en La Moneda, por ejemplo? 

—Explíqueme más eso. 

—Se ha hablado de que en La Moneda, en el entorno del presidente Boric, ha habido todo un aprendizaje en distintas áreas, de ir aprendiendo sobre la marcha. Dándose cuenta de que la seguridad tenía que ser una prioridad ciudadana.

—Lo que pasa es que lo que acredita mi gestión y mi perspectiva inicial, antes de ser alcaldesa incluso, es el programa que hay, que se cumplió completamente. Y si tú lees el primer capítulo, es seguridad. Porque sin seguridad no se vive.

—Pero pareciera que los municipios del Frente Amplio tienen una línea distinta a La Moneda.

—Si hacemos una pequeña investigación en la historia del país, nos vamos a dar cuenta que existen muchas veces divergencia entre la opinión de los gobiernos locales y nacionales. ¿Se acuerda de las políticas públicas para la pandemia? Se armó un liderazgo a partir de los alcaldes a propósito de que nosotros vemos y vivimos y sentimos la necesidad de la gente. Recibo gente que tiene hambre todos los días. Cuando eso no es una prioridad, lo tenemos que hacer ver. Porque al final, a los alcaldes nos ocurre que estamos tan empapados del encuentro, de la sensibilidad de las personas, todo el día escuchando y eso lo hacemos ver a los gobiernos nacionales.

—¿Y cree que ha funcionado la relación entre el gobierno y los alcaldes del oficialismo?

—Quien nos representó por mucho tiempo fue la alcaldesa de Peñalolén, Carolina Leitao, de la que tengo una excelente opinión. Los alcaldes y alcaldesas trabajamos juntos independiente de los colores políticos, tenemos esa capacidad. Ella hizo un muy buen trabajo en representar la voz de nosotros y de nosotras. Ahora, sí me permitiría la siguiente reflexión: creo que en el futuro, quienes quieran participar de política, y es una recomendación que he hecho como persona natural, tienen que comenzar en algún municipio. Es el último eslabón institucional, pero es el que ejecuta las políticas públicas que son diseñadas en Santiago, es el que tiene que levantar proyectos, es el que tiene que trabajar con el Sistema Nacional de Inversiones, es el que tiene que generar una planificación estratégica.

—Eso es un poco contradictorio con la carrera habitual que ha tenido el Frente Amplio, porque todos parten desde el Congreso. 

—No todos. 

—O sea, de partida en los ministerios no hay personas del FA que hayan sido alcaldes.

—Tenemos el alcalde de Independencia (el delegado presidencial de la RM, Gonzalo Durán). Ahí tenemos un ejemplo.

—Que llegó al final.

—A mí me parece que la carrera de todo político, independientemente de su color, debería partir por los gobiernos locales. 

—¿A este Gobierno le faltó un poco de municipio?

—Yo creo que a Chile. A Chile, porque tenemos una política, imagínese, incluso normativamente esto es un gobierno unitario, centralista, que no confía tanto en el ejercicio de la autonomía. Imagínese que los municipios son organismos autónomos de derecho público. Y creo que la política institucional en la historia de Chile ha sido desde arriba hacia abajo, y creo que hoy día tenemos una oportunidad de partir desde abajo hacia arriba. Hay que ser justos, y es un cambio paradigmático institucional, entonces hay que acelerar el tranco. Pero es una buena recomendación. 

—¿Usted habla con el Presidente? 

—Sí, hablo mucho con el Presidente. 

—¿Y en esas reflexiones le trata de reflejar esto mismo?

—Prefiero guardar la discreción de lo que hablo con el Presidente.

—¿Qué opinión tiene del gobierno del Presidente? 

—Creo que siempre podemos hacerlo mejor. 

—¿Pero qué cosas se puede hacer mejor? 

—Todo el trabajo siempre es perfectible. Muchísimas cosas. Ahora, si hay una cuestión que quizás puedo decirle en concreto, que tiene que ver con tener siempre capacidad adaptativa, poder entender los contextos y poner siempre las necesidades de las personas por sobre todas las cosas. No perderse dentro de los debates políticos, que son la agenda, digamos, del debate público. Me parece que hay demasiado trabajo por hacer para enfrascarnos en, digamos, discusiones estériles y muchas veces debates bien arteros. Me parece que eso quita el enfoque, te quita energía, te quita tiempo, y no podemos perder tiempo, porque hay muchas cosas que hacer. 

Ripamonti y la imagen del Frente Amplio: “¿Vinimos a cambiar las cosas? En Viña cambiaron las cosas”

¿Cree que al Frente Amplio le va a afectar el caso Democracia Viva en la elección? 

—Creo que a todas las organizaciones, pero en especial a los partidos políticos también, siempre se corre el riesgo de que llegue una persona que no cumpla con las expectativas que se tienen, que no cumpla con lo que se ha pactado, con los valores de una organización. Me parece que es muy injusto que las miles de personas que están detrás y que no tienen nada que ver, sean vinculadas siquiera con algo que no tiene nada que ver con nosotros. Y creo que la gente se da cuenta de eso. 

¿Usted cómo tomó el caso personalmente? ¿Lo enfrentó? 

—Corto, preciso y conciso: fuera. Fuera las personas de nuestra organización y listo. No hay nada más que pensar. Siempre hay que hacer lo correcto. Respecto de los pares hay que ser más severo. Fuera. 

—¿En qué minuto está la imagen del Frente Amplio hoy en día?

—Creo que toda la gente no quiere ver políticos. Es difícil distinguir las orientaciones políticas de los políticos profesionales porque hay mucha decepción.

—Pero el Frente Amplio había prometido un cambio en ese sentido. Eran los outsiders, en un minuto, que venían a cambiar la política y la forma de hacer las cosas. Hoy en día parecen sumidos a lo mismo.

—Voy a hacer un desagregado. Primero, no me gustan las generalizaciones, porque si me pregunta: ¿vinimos a cambiar las cosas? En Viña cambiaron las cosas. En Viña estábamos en el puesto 114 en probidad, se gastaba dinero en perfumes y en gastos personales de los autos y otros. Y hoy en día ese dinero llega a salud. Hay 42 escuelas nuevas y tenemos la mayor carta de inversión de los gobiernos locales grandes del país. Entonces usted me dice, ¿cambiaron? Yo cumplí la promesa. Y muchos la están cumpliendo. Ahora, hay una cuestión de carácter general sobre la impresión de los políticos profesionales, y eso es un tema que va a costar años poder, digamos, remover. ¿Y cómo se remueve esa opinión? Con gestión. 

—Uno de los debates más fuertes de la última semana es la futura elección presidencial. ¿Cree que debería salir de un municipio el próximo presidente o presidenta? 

—Me parece que en el marco de la elección municipal se ha logrado un acuerdo bastante transversal, yo diría histórico en el país, que reagrupa a muchas fuerzas políticas con muchas historias diferentes, con muchas capacidades también distintas que hoy día tienen la oportunidad de conjugarse. Y creo que ese escenario, si le aplicamos disciplina, si le aplicamos responsabilidad, si le aplicamos trabajo riguroso, podemos tener en conjunto, y eso es lo que a mí me gustaría, una candidatura que al fin pueda tener también un Congreso Nacional adecuado y que empiece a promover reformas políticas que permitan que el país pueda avanzar de manera significativa. O sea, no podemos seguir esperando más y me parece que hoy tenemos una oportunidad de conjugar todas nuestras visiones de manera seria. 

—¿A usted le gustaría a alguien en particular? ¿Le gustan las candidaturas que se han hablado, como la expresidenta Bachelet o la ministra Tohá? 

—Mis opiniones personales no me gusta vertirlas, porque creo que estas son decisiones que tienen que tomarse de manera colectiva. La próxima candidatura presidencial tiene que ser seria, tiene que dar certezas a la población chilena, tiene que convocar a todos y tiene que poner a Chile por delante antes de cualquier cosa y ojalá un liderazgo lo más inclusivo posible para avanzar. Porque o si no, nos vamos a quedar en las discusiones políticas que nadie quiere escuchar.

Macarena Ripamonti y el Festival de Viña 2025: “Vamos a poder tener el Festival con nuestra visión y con nuestra gestión”

—Una deuda personal como alcaldesa de Viña del Mar es que en 2021 dijo que le hubiese encantado tener a Metallica en la Quinta Vergara.

—Todavía me encantaría. 

—¿Hay chance aún o se ha perdido la ilusión? 

—No, la ilusión nunca se va a perder. De hecho, creo que a Viña del Mar tienen que llegar todas las cosas importantes del mundo. Estamos trabajando para eso. Si es la mejor ciudad de Chile. 

—¿Hay alguna posibilidad de que Metallica esté en Viña del Mar? 

—Siempre hay posibilidades. El problema de hoy es que Metallica, las tres veces que ha venido a Chile, ha tenido públicos de carácter masivo. Más de 100.000 personas. Bueno, cuando tienes un escenario que es para 15.000, créeme que los fanáticos, los que somos fanáticos de Metallica, vamos a llegar a, por último, a escuchar igual a la banda afuera. Por lo tanto, la Quinta Vergara tendría que evolucionar bastante para poder recibir un evento de esa categoría en términos de capacidad, seguridad y otras cosas. Ahora, nunca hay que poner la visión por delante e intentar traer lo mejor del planeta a esta ciudad. 

—¿El festival será mejor porque hay una elección de por medio?

—¿Cómo? 

—¿La parrilla de artistas será mejor? Se puede pensar que una alcaldesa que tiene que competir en una elección va a definir una parrilla de artistas mejor para generar mayor atracción de votos. 

—Creo que la gente de Viña es súper seria. No son fáciles de convencer con gestos livianos. Lo que va a definir la elección, y el voto finalmente, va a ser cuánto impacta una gestión y cuánta gobernabilidad, seriedad y certeza le da a la ciudad.

A propósito del Festival. ¿Cree que el municipio se ha tomado un poco como un eslabón para la fama? 

—Me parece que en general, hoy día existe un desafío demasiado grande de credibilidad respecto de las personas que se están dedicando a la política. Creo que urge tomarnos en serio la obligación de poner intereses más grandes que nosotros mismos y eso es aplicable a todos.

 —¿Qué se puede esperar de esta última edición del Festival de Viña en su primer período?

—Es la primera vez que nosotros podemos establecer las reglas del juego del Festival de Viña. Usted sabe que tuve que ejecutar un contrato que no celebré en las versiones anteriores. ¿Y en qué se traduce eso? En 20 años no se había hecho ninguna mejora al anfiteatro y ahora, con la nueva concesión, se tienen que hacer unas inversiones de al menos un millón de dólares. Vamos a tener más baños, vamos a tener un sistema de seguridad mejor, vamos a poder tener el Festival con nuestra visión y con nuestra gestión. Va a dejar un legado concreto y una inversión muy concreta en la ciudad de Viña del Mar.

—¿Y alguna pista que se pueda dar sobre algún artista presente?

—No hay ninguna posibilidad que le dé una pista.

—¿Le genera algún tipo de incomodidad que la conductora de la próxima edición del Festival de Viña del Mar esté casada con un candidato presidencial que pueda utilizar ese espacio como plataforma?

—¿Me puede decir quién es esa persona?

—Karen Doggenweiler.

—¿Y usted sabes si ella es la animadora? Porque me lo estaría contando usted. No opino sobre rumores.

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