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2 de Septiembre de 2024“Los niños están volviendo a compartir, jugar e interactuar”: Los resultados que ha traído la prohibición de celulares en el colegio
El proyecto de ley que busca prohibir el uso de los celulares en los establecimientos educacionales de forma gradual que fue aprobado por la Cámara de Diputados, busca que los estudiantes recuperen la capacidad de atención en la sala de clases. El 88% de los expertos del Panel de Políticas Públicas de la Universidad Católica está de acuerdo con que la medida se aplique de manera urgente. Esto, entre otras cosas, porque hay estudios que han comprobado que el uso de celulares en la edad estudiantil también haría a las personas más propensas las patologías en salud mental.
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Una medición realizada a 32 expertos del Panel de Políticas Públicas UC mostró que el 88% de los expertos -en su mayoría economistas- están de acuerdo con la prohibición de los celulares en la sala de clases. El 13% de los encuestados tiene una opinión neutral, por lo que el estudio destaca que “ninguno está en contra de una medida como esta”.
Lo que hay detrás de la consigna de eliminar el uso del celular en las salas de clases para estudiantes de pre-escolar y enseñanza básica, tiene que ver con el desarrollo de la corteza pre-frontal del cerebro.
Según explica Andrea Pardo, académica de Docencia Aplicada en desarrollo socio-emocional y convivencia en la Escuela de Educación de la Universidad de los Andes, el desarrollo de el área racional del cerebro se da incluso hasta los 25-28 años. Por lo mismo, son los estudiantes más pequeños los que tienen riesgos de que ese desarrollo se utilice por el uso de los celulares.
La razón, según la especialista, es la siguiente: “Nuestro cerebro va desarrollando habilidades para hacer uso de la voluntad de esperar. Por ejemplo, cuando cocino algo, tengo que saber cuánto tiempo necesito para que esté listo. Lo mismo pasa en la sala de clases: tengo que escuchar lo que alguien me dice, esperar, pensar y responder”.
Pardo hace la comparación con lo que pasaba con las pantallas en la sala de clases antes de los smartphones. “Se veía una película o algo en el cable y había que verlo el tiempo que fuese necesario para recibir la información completa. Eso desarrollaba la voluntad de auto-regulación y de espera en el inconsciente. Con el celular estoy viendo todo de inmediato y con ansiedad”.
Así, la cantidad de información inmediata que otorga el uso de celular en redes sociales estaría afectando directamente la calidad de la salud mental a través de la ansiedad. En Chile, según Nativo Digital, más del 70% de las personas menores de 18 años lo usan para escuchar música y ver redes sociales.
La especialista asegura que además de la ansiedad de la información inmediata, el uso del celular también afecta en la capacidad de atención. “Es un mito que las personas son multi-tasking. Lo que está comprobado es que no podemos aprender dos cosas a la vez. Necesitamos estar con la atención plena. Si esta se tiene de manera sostenida en el tiempo, permitirá desarrollar mayores estados de felicidad y calma. No así si es que el celular está constantemente actuando como distractor”, agrega Andrea Pardo.
Los beneficios de prohibir los celulares en la sala de clases
La municipalidad de Las Condes comenzó a implementar el plan “Colegios sin Celulares” en los colegios de la comuna en junio. “Está comprobado que producto del uso del celular en el ámbito académico, la disciplina se debilita, los conflictos crecen y la salud se resiente”, dice la alcaldesa Daniela Peñaloza. “También algunos estudios demostraban que el aumento de la angustia y del comportamiento agresivo en los estudiantes, está relacionado con el incremento del uso de celulares y de las redes sociales”.
Sobre los primeros resultados del plan, la alcaldesa Daniela Peñaloza asegura a The Clinic que hasta el momento, la medida sí está funcionando en el aspecto social. “En los patios de los colegios los niños están volviendo a compartir, a jugar e interactuar”, dice. Aún no han medido la influencia de esta medida en los resultados académicos.
La alcaldesa agrega que la negociación con los alumnos y la comunidad educativa ha sido pro-activa. “Se ha logrado dejar en claro que ante una necesidad, el alumno siempre tendrá a disposición un teléfono, pero que al colegio debe irse a estudiar“, dice la alcaldesa Peñaloza.
“Las comunidades educativas sí están tomando conciencia de los beneficios de dejar el celular de lado y focalizar la atención. A pesar de que pueda ser una discusión difícil”, agrega Andrea Pardo. “Lo que importa es que la comunidad comprenda lo que está detrás del uso desmedido del celular. Puede que llegar a un acuerdo sobre este tema sea más lento, pero a la larga, el resultado va a durar más. Siempre, el prohibir por prohibir será una complejidad”, dice.
El uso desmedido de los celulares y la salud mental
Un estudio publicado en la revista académica “European Journal of Mental Health” en octubre de 2023, buscó determinar la asociación entre la adicción al celular y la salud mental de los estudiantes.
La encuesta, le preguntó a 1400 estudiantes de entre 15 y 26 años que usaban el teléfono en promedio 8,5 horas diarias. Además, tenían una prevalencia de un 51% a la depresión, 59% a la ansiedad y 46% al estrés.
Descubrieron el uso desmedido del celular había generado preponderancia hacia las tres patologías. Por el contrario, el uso adecuado no se asoció a ninguna de ellas.
Así mismo, otro estudio longitudinal de la Universidad de Chicago, que testeó el uso del celular y el registro de la propensión a estas patologías durante 3 años, reveló que “el uso problemático del teléfono celular fue bastante estable durante la transición de la adolescencia a la edad adulta emergente. Eso, se asoció en la mayoría de los casos con depresión en el futuro”.
Son los matices del uso de esta tecnología en la edad escolar. Ambos estudios explicaron que el uso regulado del celular no tendría una asociación directa a este tipo de problemas en salud mental. También, que existe una dualidad en tanto el uso adecuado de este dispositivo puede favorecer la práctica de acciones recreativas y que incluso, valdría la pena estudiar su uso como “una medida terapéutica supervisada”.
Pero muy por el contrario, su uso desregulado tendría alta afección en la salud mental de los estudiantes. Sobre todo, en la de los jóvenes y adolescentes.
El proyecto de ley que fue aprobado por la Cámara de Diputados en agosto no solo prohíbe el uso de teléfonos celulares en las salas de clases para los alumnos de educación parvularia y educación básica solo desde 1° a 6° básico. También durante el horario de recreos y actividades extra-programáticas.
Pero para el uso en la enseñanza media -que coincide con parte de la adolescencia y la juventud de los estudiantes-, el proyecto busca fomentar el “uso adecuado” de los celulares. Pero permitiendo la autorización de su uso de manera gradual.
Según la especialista Andrea Pardo, “no hay una respuesta absoluta en relación a la asociación del celular con las patologías de salud mental. Pero los jóvenes son espacios de tránsito muy vulnerables a la opinión del resto. La comunicación a través del celular propicia que se pierda la espontaneidad de ser ellos mismos en un intercambio de mensajes.
Las herramientas de la tecnología de comunicación también están aportando a dejar de lado el aprendizaje de la espontaneidad al conversar. Por ejemplo, el hecho de que se pueda ensayar muchas veces lo que se quiere decir en un audio de Whatsapp antes de mandarlo. Poder eliminarlo si es que no les es cómodo. O editar constantemente lo que escriben.