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16 de Septiembre de 2024

La “Niña Afgana” 40 años después de la icónica foto en National Geographic: qué fue de la refugiada más famosa del mundo

Hoy, Sharbat Gula tiene 49 años. Hace un par de años logró escapar a Italia y fue entrevistada con sus cuatro hijos por el diario La Repubblica. Si en 2002 se consignaba a National Geographic su infelicidad en Kabul, hoy el panorama es distinto y, por primera vez, está estudiando.

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1985 y la portada de National Geographic mostraba la foto de una niña afgana en un campo de refugiados de Pakistán. 17 años más tarde, un equipo de la misma revista se unió a la búsqueda del auto de la fotografía, Steve McCurry. Querían encontrar a la niña y saber cómo había vivido una vida lejos de las portadas y la atención medial.

Sharbat Gula es el nombre de la niña fotografiada que fue encontrada por el fotógrafo en 2002. Ella ya tenía 28 años en ese entonces y seguía siendo una pashto, una de las tribus más violentas de Afganistán.

El relato actualizado por National Geographic este mes, cuenta los detalles de ese encuentro. “Ella recuerda el momento. El fotógrafo la enfocó y disparó. Recuerda su enfado. Aquel hombre era un desconocido. Nunca la habían fotografiado, y hasta que volvieron a encontrarse 17 años más tarde, nadie había vuelto a hacerlo”, dice.

En ese encuentro, National Geographic logró contactarse con el hermano mayor de Shabat Gula. Su nombre, es Kashar Khan.

La primera vez que divisaron a Sharbat Gula después de la fotografía

“Se levanta antes del alba y reza sus oraciones. Va a buscar agua al arroyo. Cocina, limpia, hace la colada. Cuida de sus hijas, que son el centro de su existencia”, comienza el relato que describe la vida de la famosa mujer refugiada, pero lejos de todo lo que podría ser la vida que podría haber tenido por el uso de su imagen desde 1985.

Sharbat Gula puede escribir su nombre, pero no sabe leer, según el relato de National Geographic. “Abriga la esperanza de dar a sus hijas una educación. «Quiero que mis pequeñas tengan cultura –dijo–. Me hubiera gustado terminar los estudios, pero no pudo ser. Lo sentí mucho cuando tuve que emigrar”, relató el hermano sobre el sentimiento de Gula respecto de sus tres hijas: Robina (13), Zahida(3) y Alia (1).

En ese entonces, según su hermano, Sharbat Gula “nunca había conocido un instante de felicidad, salvo quizás el día de su boda. Su marido, Rahmat Gul, es un hombre de constitución menuda, con una sonrisa luminosa como un faro al anochecer”.

¿Se había sentido segura alguna vez? “No. Pero se vivía mejor con los talibanes. Al menos había paz y orden”, consignó su hermano.

En 2022 logra estudiar por primera vez

Según relata Sharbat Gula, hoy de 49, sus hijos y los estudios son la razón por la que hoy se siente feliz. ‘En Kabul ya no tenían sueños’, nos cuenta después de saludarlos y asegurarse de que se mantuvieran a una distancia prudente de periodistas y fotógrafos. “Aquí empezaron a soñar de nuevo. Mi hija estuvo años sin poder estudiar y la familia de mi marido decidió en Afganistán que el niño ya no fuera a la escuela”.

“No podía hacer nada para cambiar esa elección, pero hoy puedo. Mi hija quiere ser médica y le prometí que haré todo lo posible para que su deseo se haga realidad”, cuenta hoy, después de la muerte de su marido en 2012, haber estado presa en 2016 y haber logrado su escape en 2021.

En la entrevista, se relata que Sharbat Gula y sus hijos estaban en ese entonces en clases de italiano. “Hay una gran complicidad entre las dos mujeres. Esto no es sólo una lección de idioma: es el renacimiento de una mujer que, después de muchos años en silencio, está encontrando una nueva voz. Y una nueva vida”, describen los investigadores.

“Me siento feliz”, afirmó Gula. “Sesde que empecé a estudiar me siento otra vez como una niña pequeña que ahora empieza a aprender”.

Los problemas que la fotografía le trajo a Sharbat Gula

En 2022 el diario italiano La Repubblica publicó una entrevista exclusiva con Sharbat Gula. En 2021, la mujer que cautivó al mundo con su mirada en la portada de National Geographic había huido desde Kabul hasta Italia.

“No he estudiado mucho. Sólo unas pocas palabras. Pero me gusta mucho lo que dicen”, dijo a los periodistas en pastún, su lengua materna.

El equipo de investigación ahondó en la vida de la mujer después de la fotografía, algo que antes, no había quedado claro o al descubrierto. “Ella pagó un precio que no quieres mencionar, pero que puedes imaginar sabiendo que en la cultura afgana una mujer debe estar escondida, no expuesta”, dice el artículo.

Sharbat Gula tenía 47 años al momento de esa entrevista hace dos años en un apartamento que describen como “medio vacío, muy limpio, donde destaca el único adorno: una bandera afgana en la pared”. Como Gula había llegado hace un año a Italia, el equipo de periodista buscó volver a retratarla. “Pocas palabras, pero bastan para explicar la frialdad con la que la mujer acoge a quienes son llamados a fotografiarla: en cuanto vislumbra el objetivo, su rostro se congela, la máscara se levanta para taparlo, la tensión estalla”.

Tenía diez años cuando McCurry la inmortalizó en un campo de refugiados en Pakistán: trece cuando se casó y dejó la escuela. Si bien su imagen dio la vuelta al mundo -contribuyendo significativamente a la riqueza y el prestigio de National Geographic y McCurry-, ella vivió con su marido y sus hijos en la pobreza en una zona en la frontera entre Afganistán y Pakistán.

“Esa foto me creó muchos problemas”, dice a los periodistas italianos. “Habría preferido que nunca la hubieran tomado. Recuerdo ese día, el fotógrafo en la escuela del campamento Nasir Bagh. Yo era una niña. No lo hice”. No me gustan las fotos, es mi cultura: las mujeres no se dejan fotografiar.”

En 2016, la arrestaron en Pakistán por ser acusada de haber falsificado los documentos que le permitían permanecer en su territorio. “Una práctica común entre los refugiados, que Islamabad decidió bloquear castigando a la mujer que representaba a Afganistán más que nadie”, dice el relato italiano. En ese momento, Sharbat Gula fue exhibida ante las cámaras antes de ser expulsada.

Sharbat Gula y su familia antes de 2012.

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