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21 de Septiembre de 2024Las conclusiones sobre el tiempo del geólogo que ingresó a una cueva sin reloj: “A veces dormía dos horas o dieciocho horas, y no podía distinguir la diferencia”
“Creo que esa es una experiencia que todos podemos apreciar. Es el problema del tiempo psicológico. Es el problema de los humanos. ¿Qué es el tiempo? No lo sabemos”, aseguró Michel Siffre.
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El científico, Michel Siffre, decidió someterse a un particular experimento: Ingresar a una cueva en completa oscuridad y sin saber ni de la hora.
La idea del especialista era entender cómo sobrevivía el ser humano del pasado a estas situaciones y escenarios.
Su experimento surgió cuando en 1960 el geólogo francés se sorprendió al ver que el soviético Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en viajar al espacio.
Después de eso el joven científico quiso saber qué harían los humanos al pasar mucho más tiempo en el espacio.
Fue así como Siffre se encerró en una cueva para simular la misma situación de estar en el espacio, e incluso llegó hasta a entrar sin reloj para no saber si era día o noche.
El académico afirmó que “decidí vivir como un animal, sin reloj, en la oscuridad, sin saber el tiempo”.
De acuerdo a BBC Mundo, la cueva que escogió para vivir 2 meses se ubica a 130 metros de profundidad en los Alpes. Sólo ingresó con su lámpara de minero, libros, el diario y comida.
En conversación con Revista Cabinet, Siffre detalló que desde el interior de la cueva llamaba a sus compañeros, que se encontraban en la entrada de la cueva, y les reportaba los momentos en que despertaba, comía y dormía.
La idea era registrar sus comportamientos y saber si efectivamente un ser humano tiene un reloj biológico que le dice cuándo hacer ese tipo de actividades.
El especialista indicó que “mi equipo no tenía derecho a llamarme, para que yo no tuviera ni idea de qué hora era en el exterior”.
En otras oportunidades, el geólogo de profesión contaba del 1 al 120 y se medía el pulso.
Entre sus conclusiones está el hecho de que al contar esos dos minutos, se tardaba 5 minutos, o sea, adentro todo era más lento que en el exterior.
Por su parte, relató que cuando salió de la cueca creyó que había estado un mes adentro, siendo que en el exterior habían pasado 2 meses.
Al respecto, el experto señaló que “mi tiempo psicológico se había reducido a la mitad”.
En otros aspectos Siffre concluyó que al interior mantuvo una suerte de rutina o reloj interno, pero a un ritmo más lento. Se modificaron sus ritmos cardíacos cuando dejó de percibir la luz del sol en las mañanas y atardeceres.
Tiempo después el científico realizó otros 5 experimentos con voluntarios que se sometieron a la misma experiencia.
En todos esos casos pasó lo mismo: Sus ritmos cardíacos se ralentizaron y comenzaron a tener ciclos de días de 48 horas.
Muchos años después el científico ingresó nuevamente a una cueva, pero esta vez de Estados Unidos.
Allí pasó seis meses para notar “los efectos del envejecimiento en el tiempo psicológico”.
Agregó que “mi plan era hacer un experimento cada diez o quince años para ver si se habían producido cambios en la forma en que mi cerebro percibe el tiempo”.
A su vez, remarcó que “no podía distinguir la diferencia entre esos días largos y los días que duraban sólo veinticuatro horas. A veces dormía dos horas o dieciocho horas, y no podía distinguir la diferencia”.
“Creo que esa es una experiencia que todos podemos apreciar. Es el problema del tiempo psicológico. Es el problema de los humanos. ¿Qué es el tiempo? No lo sabemos”, cerró.