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Opinión

3 de Noviembre de 2024
Sandro Baeza / The Clinic

Perfil de Catalina San Martín: La historia de una victoria imposible

Foto autor Kike Mujica Por Kike Mujica

La nueva alcaldesa de Las Condes primero fue por Daniela Peñaloza y luego por Marcela Cubillos. En las dos batallas, pese a que ínfimos apostaban por ella, salió viva. Pero la guerra recién comienza.

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Dos semanas antes de la elección, corría el rumor de que Catalina San Martín subía como espuma tras la revelación de que Marcela Cubillos ganaba $17 millones mensuales en la Universidad San Sebastián.

Eran comidillos desde el metro cuadrado de cada mensajero: “Mis amigos, todos de derecha, ya no votarán por Cubillos”; “en mi familia, todos iban a votar por Cubillos, pero ahora no porque se metió a pelear con la derecha”, “ayer estuve en un asado y todos los de derecha ya no votarán por Cubillos”.

El rumor, sabemos, también llegó al círculo de Cubillos.

A cada uno de los altavoces del rumor les pregunté: ¿Entonces Cubillo perderá?

“No, es imposible”, me respondieron.

El domingo en la mañana, en el segundo día de elecciones, hice el ejercicio de preguntarle a seis políticos de la oposición si había alguna posibilidad remota de que Marcela Cubillos obtuviera menos del 55% en Las Condes. 

Todos, desde diversas sensibilidades de las derechas, respondieron “no”. Incluso los que cruzaban dedos para que eso ocurriera.

“Que Cubillos pierda en Las Condes es lo mismo que Daniel Jadue hubiese perdido en Recoleta”, me dijo uno. 

La única voz a la que escuché presagiar una derrota, fue la de mi compañero de panel en Tele13 radio, Francisco José Covarrubias, rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, quien, en la mañana del domingo, en el programa especial de Mesa central, lo adelantó: “Gana San Martín”.

Para ser francos, nadie lo tomó, me incluyo, en serio.

San Martín ganó con 77.650 votos. Apenas 1.936 sobre Cubillos. 

Un batatazo.

Catalina San Martín

Planeta liberal

San Martín nació en 1986. Es abogada de la Universidad Católica. Militó entre 2017 y 2023 en Evópoli. Llegó al partido proveniente de Ciudadanos, el movimiento liberal que fundó Andrés Velasco y que se fue extinguiendo de a poco.

Una antigua militante relata que a poco andar se convirtió en la líder de los recién llegados, quienes irrumpieron atrevidamente con críticas a la idiosincrasia del joven partido. “Les pusimos los ‘Frente Amplio’, porque tenían un discurso anti-elite, anti-cúpulas, decían que Evópoli era muy Vitacura”, me dice. 

Otro militante rebate: “Fueron un aporte de diversidad”.

Dicen que San Martín era la guaripola del lote.

En 2022 se la jugó por Gloria Hutt en la elección de presidente de Evópoli. “Se ganó la confianza de ella”, cuentan. Hutt, dicen sus cercanos, valoraba su capacidad de trabajo e inteligencia. “Todavía la estima”, dicen en el partido.

San Martín fue elegida jefa de la bancada de concejales de Evópoli y también se integró al equipo que Hutt armó para la Convención Constituyente.

Gloria Hutt y Catalina San Martín
Gloria Hutt y Catalina San Martín

Al hueso de Peñaloza

“Siempre tuvo entre ceja y ceja la alcaldía de Las Condes”, aseguran en Evópoli. “Yo vivo y trabajo acá, mis hijos están siendo educados en la comuna”, decía ella. 

En 2021 fue elegida concejala: tuvo la quinta votación más alta de los 10 electos, con 5.516 votos (3.85%). 

Alcanzó relativa notoriedad porque se abocó a fiscalizar a la alcaldesa Daniela Peñaloza con un encomio -y obsesión- que cuesta encontrar en una buena parte de los complacientes concejales criollos. 

Su “gran caso” fue en marzo de 2023. Denunció -junto a otros concejales de la comuna: Patricio Bopp,  Leonardo Prat y Sergio Melnick- que se habría pagado un sobreprecio de cerca de $342 millones por una de las diez viviendas compradas para construir un Cesfam, a lo que se sumaría el pago de comisiones que cuestionaron y una presunta adulteración de un acta del concejo. 

Esta denuncia debilitó la imagen de Peñaloza, que navegó bajo “fuego amigo” durante buena parte de su gestión.

San Martín de nuevo era la guaripola. Estaba en el radar de la opinión pública, lejos, pero estaba.

¿Cómo le haces esto a Chile Vamos?

En octubre de 2023 renunció a Evópoli. Envió una carta por WhatsApp a los distintos chats del partido. A la prensa le entregó su versión:

 “El trabajo que requiere Las Condes, con el nivel de fiscalización que estoy llevando, requiere independencia de los partidos políticos. Me pasa que he visto que el tema del Cesfam no ha sido tan criticado o tan cuestionado por la centroderecha, tal como sí lo fue el caso de Sierra Bella en Santiago… Chile Vamos no ha estado a la altura en los casos que se investigan”.

Agregó: “Además voy a correr como candidata a alcaldesa de Las Condes, como independiente”. 

La historia de la renuncia, según los Evópoli, tiene varias versiones.

Una: “Nos enteramos de la denuncia por la prensa. No le dijo a nadie, ni siquiera a Gloria (Hutt). Y justo estábamos en plenas negociaciones con los otros partidos. Eso no se hace”.

Otra: “Nos molestamos porque consideramos que debería haberle informado, antes de hacer pública la denuncia, a la alcaldesa Peñaloza, militante de un partido aliado”.

Y otra: “Ella renunció porque la Ley anti-díscolo impide a una persona competir por un partido distinto al que militó, salvo que haya más de un año de renuncia a su militancia. Ella quería ser candidata sí o sí, pero sabía que no contaría con el apoyo de la UDI. Nadie vetó su fiscalización o trató de impedir su trabajo. Eso no es verdad”.

“Sería bueno si ella precisa quién no la apoyó, dejaría más claras las cosas”, dijo, luego de las elecciones, Gloria Hutt.

“Hubo gente que me apoyó sin duda, quiero hacer la aclaración y decir que hubo valientes que sí estuvieron por defender el trabajo que estaba haciendo, pero una frase que me quedó grabada fue: ¿cómo le haces esto a Chile Vamos”, precisó esta semana San Martín a Radio Universo.

El momentum

A la campaña se lanzó sola. 

-¿Cómo financió la campaña?, le preguntó Iván Valenzuela esta semana.

-Con plata mía. Bueno, no mía tanto, en verdad… es de… mi marido… te mando un beso, guatón. Además pedí el crédito Servel del Banco Estado, y luego el Banco de Chile me dio un crédito más grande-, respondió.

Su momentum fue cuando se filtró el sueldo de Cubillos. Actuó rápido, olfateó la oportunidad, atacó al callo.

“Sí, es cierto. Dije acá hay una oportunidad, hay una esperanza. Absolutamente. Más que sacarle partido, lo que hice fue demostrar que había una alternativa. Dentro de los sondeos internos que teníamos, la tasa de rechazo que ella tenía era muy alta, y la mía muy baja. Por lo tanto, sabía que mi debilidad era esa: tenía que hacerme conocida. Y bueno, pasó lo del sueldo y efectivamente aparece la oportunidad de decir “yo también estoy acá, también soy candidata, llevo trabajando cuatro años por ustedes, queridos vecinos”. 

¿Fiscal o alcaldesa?

Dicen en la centroderecha que el principal riesgo para San Martín es que sea más fiscal que alcaldesa. “Es distinto disparar cuando uno es concejal, que cuando se es alcaldesa”, agregan.

Esta semana en Mesa central de Tele13radio anunció auditorías forenses que indagarán las gestiones “desde el 2018 hasta el 2024”. O sea, Joaquín Lavín y Daniela Peñaloza. O sea, la UDI.

Ella ganó con el apoyo de Amarillos y Demócratas, que no parecen ser un búnker en caso de fuego cruzado desde la UDI. Evópoli es pasado –“no volvería a Evópoli”, le dijo a Iván Valenzuela esta semana-, aunque le brindaron indirectamente sus venias cuando dejaron a sus seguidores en libertad de acción tras los dichos de Cubillos por la revelación de su sueldo.

Es sabido que no es bueno pelearse con todos los rugbistas al mismo tiempo. Menos cuando no se tiene partido y equipo musculoso. Las Condes es un buque insignia de la derecha, por porte y simbolismo. Es como su casa matriz. Por eso, en “el sector” miran con incertidumbre cómo se moverá la nueva alcaldesa.

“Ella es inteligente y muy ambiciosa”, me dicen en Evópoli. Cuesta entender a los políticos cuando tratan a la ambición como un defecto del adversario: es como un chef criticando a otro chef por el buen paladar. “Cierto: la ambición es crucial para el político, pero cuando se combina con ansiedad, suele ser un problema”, me responde una Evópoli. 

En su expartido, quienes no la tragaban, dicen que es confrontacional, demasiado vehemente y ansiosa. Según aquellos, “si entra en un guerra permanente, puede quedar sola. Es muy valorable su intención de fiscalizar, pero tiene que ser cauta. Ella llega a un municipio que tiene ADN UDI. Si es muy agresiva, emergerán los quinta columna”.

En simple, si quieren ponerle un palo en la rueda, se lo pondrán. Sobre todo, si busca hacer cambios drásticos.

“Mi plan es trabajar con los funcionarios que tenemos. Por supuesto revisar aquellos que no están realizando su trabajo, pero además quiero ir un poco más allá y en algunos cargos que son estratégicos y de confianza llamar a concursos públicos”, explicó esta semana. 

Botón de pánico para la burocracia municipal.

Además, una parte de su caudal de votos, es furtivo. Sabe que gente de izquierda votó por ella para aniquilar a Cubillos. Ergo, son -por defecto- infieles y -por esencia- cariño malo.

Esta semana la nueva alcaldesa trató de clavar banderas: valoró el liderazgo de Evelyn Matthei y repitió una y otra vez que su domicilio es la centroderecha.

Sorpresa positiva

Este miércoles Cadem publicó la primera encuesta posmunicipales. 

A la pregunta: ¿Cuál es el alcalde que le generó mayor sorpresa positiva? El primer lugar se lo llevó Matías Toledo -nuevo edil de Puente Alto- con el 28% como primera mención y 36% con el total de menciones. Luego se situó San Martín con el 16% y 28% respectivamente.

Si hacemos doble click sobre los apoyos a la edil de Las Condes, sus mayores adhesiones son en los mayores de 55 años; en los segmentos altos y bajos; y, obvio, en la derecha, pero también en el centro y la izquierda. 

Final

Capítulo 1) San Martín erosiona a Peñaloza.

Capítulo 2) Cubillos elimina del escenario a una debilitada Peñaloza.

Capítulo 3) San Martín erosiona a Cubillos. 

Capítulo 4) San Martín elimina del escenario a una debilitada Cubillos.

¿Cómo se llama la obra? 

Alguien sabe para qué y para quién trabaja.

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