Entrevistas
5 de Enero de 2025Johannes Kaiser, diputado y precandidato presidencial: “Creo que José Antonio Kast está cerrando un ciclo”
El líder del Partido Nacional Libertario (en formación) afirma en esta entrevista que no ha debido "moderar" su discurso luego de anunciar su aspiración presidencial y asegura que sin variar sus principios puede alcanzar mayorías para transformar Chile. El legislador también profundiza en sus diferencias con los republicanos y descarta ser de la extrema derecha. "Extrema derecha sería llegar, salir y fusilar a cualquiera", sostiene. También destaca que no está dispuesto para una candidatura testimonial y desliza que Chile Vamos y los republicanos no lo quieren validar como opción, al no invitarlo aún a unas primarias.
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Johannes Kaiser es fotografiado para esta entrevista con The Clinic cuando, casi al mismo tiempo, un hombre le sonríe y le grita “grande Jou”, mientras otra mujer desde el camino opuesto le comenta en voz alta a su acompañante: “Mira, me carga ese gallo”.
Kaiser no parece hacerse algún problema de la situación y continúa indemne. Y es que cada vez, dicen sus cercanos, es más reconocido en la calle, sobre todo luego de que manifestara su aspiración presidencial y empezara a sumar algunos puntos en las encuestas. En la última medición de Cadem, por ejemplo, obtuvo un 5%, su mejor marca, mientras que en Activa Research llegó a alcanzar 8% de intención de voto durante noviembre.
La entrevista la concede en un restaurante de Providencia poco después de participar en el programa Sin filtros, donde es panelista habitual. Lo acompañan dos asesores que suelen andar con él. Si bien no se trata de ellos, Kaiser cuenta que en general anda acompañado por razones de seguridad. “Soy un tipo que genera cierta controversia”, asume.
Durante la hora de conversación no beberá una sola gota de agua o de bebida, mientras aborda —a ratos con mucha pasión— varios temas, en particular cuando habla del futuro de la derecha chilena o de sus propuestas contra la inmigración irregular.
También Kaiser habla de su colectividad en formación, el Partido Nacional Libertario, que espera constituir formalmente de aquí a marzo y que será la plataforma para competir en la elección presidencial, si es que sus números en las encuestas le demuestran que no será una carrera testimonial, dice. Aborda su pasado en republicanos, sus diferencias y acercamientos con Chile Vamos, pero también de sus ideas y creencias. Como la de autocalificarse como un paleolibertario.
—¿Qué es ser un paleolibertario?
—Es alguien que es conservador en lo social y que cree en el Estado pequeño. Ser conservador en lo social siendo paleolibertario no significa que quieras utilizar el Estado para impulsar el conservadurismo. Creo que para que una sociedad sea lo más libre posible, necesitas que la gente se autocontrole. Mientras más adhesión hay a un set de principios y valores que permiten una convivencia pacífica, menos represión estatal necesitas. Y si quiero menos Estado, necesito una sociedad más empoderada, pero que se comporte bien por convicción, no por miedo. No soy partidario de un sistema que se base solo en la represión, prefiero que la gente respete sus espacios, su forma de vida y no tenga que estar utilizando el garrote estatal para ordenar a las personas.
—¿En qué momento aparece la idea de conformar un partido?
—En el momento en el cual me tengo que separar de los republicanos, debido a un conflicto durante el segundo proceso constitucional.
—¿Por qué eran irreconciliables las posiciones con los republicanos?
—A ver, yo soy libertario y nacionalista en el sentido siglo XIX, es decir, creo en la Nación como soberana en el derecho individual de votos. No creo en los derechos colectivos, soy de la idea de una persona, un voto. Y lo que proponía aprobar el Partido Republicano en ese proceso eran los derechos colectivos indígenas. Eso no corresponde. Yo soy igual a cualquier otro chileno y otro chileno es igual a mí en dignidad y derechos. No puedo hacer distinciones odiosas y arbitrarias.
—Parte de esas decisiones se tomaron, por un lado, para convocar a sectores fuera de la derecha y que el texto tuviera mayores chances de ser aprobado.
—Pero es que esa es la cuestión. Ese ejemplo, entre otras cosas, fue lo que hizo que la parte más dura de la derecha votara en contra. Y calcula: el 44% sacó de aprobación el segundo proceso constitucional. Eran solo 6 puntos para ganar, y no olvides que la derecha más dura era por lo menos un 10%. Así que cuando la izquierda dice que le ganaron al proyecto de ultraderecha, yo les diría que no: aquí ganó la supuesta ultraderecha que no estaba de acuerdo con un proyecto que veía asumiendo principios y posiciones de ultraizquierda, ni siquiera de izquierda.
Kaiser: “El Partido Nacional Libertario es uno más tolerante a la interna que muchos otros”
Johannes Kaiser asegura que su partido, practicamente, no se financia y que se ha formado con una inversión total entre $4 millones y $5 millones. “Con puros voluntarios y aportes a mi Cuenta RUT, que funciona ahora como la cuenta del partido”, precisa.
Por otra parte, sostiene que su cuenta personal de Youtube, en la que tiene casi 140 mil suscriptores, está “más o menos desmonetizada” y que es un tema personal que tiene radicado en Europa. “Esa cuestión va en beneficio de lo que son mis cuentas allá”, dice.
Hasta ahora, el Partido Nacional Libertario cuenta con cinco diputados —Kaiser entre ellos— que se coordinan para abordar la discusión legislativa. Ahí tiene liberales como Gonzalo de la Carrera y evangélicos como Leonidas Romero.
—¿Se siente cómodo con esa mezcla?
—Perfectamente. Soy un conservador, pero estamos de acuerdo en no utilizar el Estado para impulsar una agenda de instrucción obligatoria de Religión (…). Somos un partido mucho más tolerante a la interna que muchos otros. Nos pusimos de acuerdo en que liberales, libertarios y conservadores queremos un país donde todos nosotros podamos llevar una vida de acuerdo con los principios que consideramos correctos sin por ello utilizar el Estado para apartar a los otros.
—¿Dice entre líneas que en republicanos no se encontró esa tolerancia?
—No, yo creo que existía tolerancia a la diversidad de opinión. Pero había un problema de gestión política.
—¿De parte de quién? ¿De la directiva?
—No sé de quién. Sé que la negociación que hubo respecto al segundo proceso constitucional rompió los amarres. Eso no lo pudimos digerir. Pero para mí el tema republicano está cerrado y ahora estoy concentrado en mi partido.
“Con nuestros principios podemos ganar las mayorías democráticas necesarias para transformar a Chile”
El diputado Kaiser dice que su aspiración presidencial surgió en 2023, cuando ya comenzaba a marcar incipientemente en las encuestas y cuando ya se había alejado definitivamente del Partido Republicano, tienda con la que entró al Congreso en 2022, representando al distrito 10 de la capital.
—¿A qué atribuye su crecimiento en las encuestas? Hoy suma más que Camila Vallejo y Carolina Tohá juntas, como dijo Roberto Izikson, de Cadem.
—Primero, a la debilidad de este Gobierno, con una gestión muy mala, sin ser capaz de promover liderazgos. Luego, por nuestro lado, está la consecuencia en la defensa de ciertos principios en el Congreso. Además, está la gestión; yo he peleado cada una de las batallas importantes en el Congreso. He levantado temas que no eran de mi sector, como los derechos humanos.
—¿En qué sentido?
—Fui yo quien levantó el tema de los detenidos desaparecidos que estaban en el Servicio Médico Legal y quien ha denunciado de manera sistemática el que no se haga nada por identificarlos. Fui yo el que presentó un proyecto de ley para facultar al SML a identificarlos de oficio. Ese es un ejemplo de la gestión que he realizado, de la mano con lo que ha sido el debate por las reglas de uso de la fuerza, aspectos de la ley de infraestructura crítica.
—¿Cree que sus números no son solo por un electorado descontento de José Antonio Kast?
—No. Tiene que ver mucho con el trabajo sistemático que he hecho en el Congreso.
—¿Y en qué se diferencia con Kast?
—Creo que con nuestros principios podemos ganar las mayorías democráticas necesarias para transformar a Chile de acuerdo con lo que nosotros creemos que es el camino correcto.
—¿Kast no defendió sus principios?
—No digo que no los haya defendido, sino que los entregó en una negociación pensando que era cien por ciento necesario llegar a un acuerdo con otras fuerzas políticas. Es decir, ofrecer gobernabilidad de la mano de lo que son acuerdos, en un momento en el cual nosotros, defendiendo nuestra línea, lo único que podíamos hacer era ganar. Nosotros teníamos dos opciones (en el Consejo Constitucional): ser la locomotora o ser el vagón de cola. Podíamos forzar al resto a seguirnos o a ponernos a la cola a esperar lo que dijera el resto que era aceptable para ello.
—¿Usted dice que los republicanos eligieron la segunda opción?
—Sí, se tomó la segunda opción y se perdió la dinámica antisistémica o de reforma al sistema que se estaba impulsando con mucha fuerza.
—Pero recordará que en ese proceso se le acusó varias veces a Chile Vamos de ser el “vagón de cola” de los republicanos.
—Sí, pero eso es una crítica intelectualmente deshonesta. Porque los que decidieron qué se aprobaba o qué no, no eran los republicanos. A José Antonio lo convencieron de que tenía que proponer una Constitución aceptable para todo Chile, y la verdad es que ese no es el objetivo de una Constitución. En ese texto tiene que generar una institucionalidad que funcione para todos los chilenos, pero no tiene por qué gustarle a todos. No tiene por qué gustarle a los comunistas o los socialistas.
“¿Ser de extrema derecha? No. Extrema derecha sería llegar, salir y fusilar a cualquiera”
—¿Kaiser está a la derecha de Kast?
—Depende de qué entiendas por derecha. Si es por disminución del tamaño del Estado, sin duda. No sé si en materia de seguridad, ahí yo estoy más dispuesto a aplicar la fuerza del Estado que sea necesaria. Si me pregunta sobre la libertad de expresión, soy defensor acérrimo de la libertad de prensa y la libertad de expresión. Prefiero que la gente diga mentiras a que no pueda decir lo que piensa.
—¿Y usted calificaría dentro de la extrema derecha?
—No, no tengo arsenales.
—Revisando su perfil se ve un discurso antivacunas, por ejemplo…
—No, no soy antivacunas. Soy contrario a ignorar la ley de derechos del paciente. Esta establecía que usted requiere el consentimiento de la persona y que ese consentimiento tiene que ser informado, ambas cosas no se cumplieron con el Covid. Y resulta que el último día del gobierno de Sebastián Piñera aparecieron todos los efectos secundarios de las vacunas, publicados en el Diario Oficial.
—También tiene un discurso anti agenda 2030…
—Sé que la OMS fue un desastre en sus propuestas en esta materia. Creo que hay mucha influencia China y, de acuerdo al último informe del Congreso de EE.UU., hay una responsabilidad compartida entre el gobierno chino y de EE.UU. por la falta de medidas de seguridad del laboratorio de Wuhan del cual se presume salió este virus.
—Y están sus propuestas mucho más duras en materia de seguridad. ¿No califica entonces en la extrema derecha?
—No. Extrema derecha sería llegar, salir y fusilar a cualquiera. Yo no pongo en riesgo el Estado de Derecho ni el derecho a defensa. Lo que sucede es que estoy dispuesto a endurecer más la mano y corregir el sistema. Se puede decir que soy mucho más duro, pero no lo voy a ser más que la República de Chile en el año 60.
Inmigración irregular: “Todos los que me trataban de xenóbofo, o racista, ahora tocan la misma musiquita”
Fue en el marco de su campaña a diputado, en 2021, cuando en redes circularon profusamente algunos volantes de Johannes Kaiser en el que aparecía el mensaje “el que no aporta, se deporta”, acompañado de unas ovejas con pelaje blanco pateando a un perro de tono oscuro. Entonces se le cuestionó por un discurso xenófobo como también por ser similar a la campaña de un partido político en Suiza para defender la seguridad nacional.
“Me acuerdo y lo mantengo. El tiempo me dio la razón”, dice Kaiser cuando se le recuerda ese material de campaña. “Todos los que me trataban de xenóbofo o racista, ahora tocan la misma musiquita y prefieren olvidar que estaban impulsando la idea de que entrara el que quiera y los costos lo asume la población general”, dice.
—¿No es ese un discurso que se puede tildar de populista, entendiendo la dificultad de expulsar 200 mil migrantes irregulares a otros países y el costo que eso implica?
—No. Porque el costo que significa mantener gente acá en la irregularidad es muchísimo más alto que el que sale expulsarlos o mantenerlos recluidos hasta el momento que salgan voluntariamente del país.
—¿Ha hecho el cálculo sobre cuánto cuesta hacer eso?
—Póngale que sea $1 millón por cabeza, son US$ 200 millones. Un pelo de la cola del presupuesto nacional. Se robaron más en el caso Fundaciones.
—Se necesitan permisos y buenas relaciones con los otros países de la región.
—Aquí la lógica será esta: va a haber incentivos para quedarse en Chile. Si usted no cumple con la ley migratoria, estará retenido hasta el momento en que quiera salir del país voluntariamente si es que no lo puedo expulsar a su país de origen. Punto. No va a haber incentivo para los empresarios para contratarlos, ni para el arrendador para arrendarle un lugar. Usted va a ingresar a Chile y apenas lo pillemos lo colocaremos en un campo de refugiados. Y puede estar la Acnur encima de esta cuestión, me importa un níspero. Pero no van a entrar a nuestras ciudades, a nuestra economía, a Fonasa.
—¿Aunque esto vaya contra la normativa internacional?
—No existe ninguna normativa internacional que esté sobre la soberanía nacional. Si a mí no me conviene un tratado, lo puedo denunciar. Yo no voy a sacrificar a Chile y al pueblo de Chile para cumplir con tratados que beneficien a terceros países.
Propone reducir a 10 las secretarías de Estado: “El Ministerio de la Mujer es perfectamente inútil”
Kaiser pasa raudo a sus propuestas económicas. Dice que está considerando proponer un flat tax (impuesto con valor único) de 15%, siguiendo modelos europeos. También apuesta a eliminar las contribuciones y reducir el tamaño del Estado y que solo existan 10 ministerios los que queden. “Tener una estructura tributaria más sencilla”, dice.
—¿Incluye eliminar también el Ministerio de la Mujer?
—El ministerio en sí no sirve para nada, se puede ir a uno nuevo de Desarrollo Humano que incorpore a otras carteras más.
—Fue una propuesta que en su momento se le cuestionó a José Antonio Kast y lo terminó reincorporándolo en su programa de segunda vuelta.
—Porque Sichel le hizo tremendo escándalo, y de eso se colgó la izquierda. Pero el Ministerio de la Mujer es perfectamente inútil. En Argentina eliminaron el ministerio y les dieron otra protección: los policías. Si ningún burócrata del ministerio va a ir a salvar a una mujer cuando esté siendo agredida. Los hombres detenidos no son detenidos por normas de género, los hombres malos son detenidos por hombres buenos armados.
“¿En qué he moderado mi discurso? No soy un Kinder Sorpresa. Lo que ven es lo que hay”
Fue en febrero de 2024 cuando Johannes Kaiser comunicó formalmente su intención de ser precandidato presidencial, manifestando su intención de participar en una primaria de Chile Vamos. Desde ahí, el diputado ha marcado entre un 4% y un 8% en algunas encuestas, mientras que Evelyn Matthei (UDI) se ha acercado al 30% de las preferencias.
José Antonio Kast, por su parte, si bien en 2023 estaba arriba de Matthei en los sondeos, luego ha caído, quedando a ratos tercero, bajo de Michelle Bachelet. Con todo, la última Cadem le dio un 26% a Matthei, 8% a Kast y 7% a Bachelet. Luego, figuró Kaiser, con un 5%.
—¿Cómo explica la baja de Kast en las encuestas?
—No lo sé. No sé si es equivalente a mi alza.
—¿Pero qué análisis político tiene?
—Le voy a decir una cosa: creo que José Antonio está cerrando un ciclo. Se puede explicar de la mano de eso. Ahora, él también estuvo mucho tiempo muy silencioso en materia nacional, puede ser producto del resultado de su silencio y haberse retirado de la política contingente.
—¿A qué se refiere cuando dice que Kast está cerrando un ciclo?
—Él ha sido dos veces candidato presidencial y su partido en este momento parece tener más respaldo que él. No sé si es necesario que vaya a la presidencial para sacar parlamentarios.
—¿Ya no es la novedad? ¿Dejó de ser el outsider?
—Puede ser eso. Pero es un tema de análisis que se lo dejo a él.
—¿Y usted ha debido moderar su discurso desde que aspira a la presidencial?
—¿En qué he moderado mi discurso?
—Se lo pregunto así: ¿No ha sentido la necesidad de mostrarse distinto o evitar decir lo que tiempo atrás sí hubiera dicho?
—No. Yo soy el que tienen aquí. Les puedo caer bien o caer mal. Mire, no soy un Kinder Sorpresa. Lo que ven es lo que hay. No me quiero complicar tratando de construir una imagen de algo que no soy.
Kaiser y pensiones: “¿Cuándo algún acuerdo ha movido la aguja hacia lo que nosotros queremos como sociedad?”
—¿Coincide con el diputado Diego Schalper (RN) cuando dice que los republicanos han debido extremar diferencias con Chile Vamos al estar golpeados por los números de Kaiser en las encuestas? Eso a propósito de las diferencias por la reforma de pensiones. ¿Lo comparte?
—Eso le conviene a Diego… Voy a salir a defender a republicanos. ¿Entonces la culpa es de republicanos que Diego Schalper no tenga la tranquilidad de entregar una parte de las cotizaciones a reparto? No po, que sea un poco más honesto intelectualmente. Si él quiere repartir la plata de otra gente, que lo diga.
—Por lo visto, entonces, no es partidario de un acuerdo en pensiones…
—Soy partidario de un acuerdo: que el 6% de cotización adicional vaya a los fondos individuales.
—¿Y se puede llegar a un acuerdo con una posición taxativa?
—Lo que pasa es que no puedo acordar algo que no es mío. No puedo acordar algo con usted si es que es entregar la plata de él para él. Ponlo en mi plata.
—¿Pese a que eso no haga prosperar un acuerdo con la izquierda? Se necesitan votos transversales para un acuerdo.
—Los acuerdos con la izquierda valen… Cuándo han cumplido un acuerdo. ¿Cuándo fue la última vez? ¿En el acuerdo de la Paz y la Nueva Constitución? Se cumplió el intento de nueva Constitución, pero la paz llegó de la mano del Covid.
—¿Y Chile Vamos, a su juicio, ha sido débil en defender sus posturas en pensiones?
—No, no puedes ser débil en la defensa de tus convicciones cuando tus convicciones no están ahí. Hay algunos parlamentarios, algunas dirigencias de Chile Vamos, que creen que los acuerdos son un valor en sí mismo. Y yo creo que un mal acuerdo no es un valor en sí mismo. Mira, ¿cuándo alguno de estos acuerdos se ha traducido en que nosotros hayamos movido la aguja un poco hacia lo que nosotros queremos como sociedad? ¿Cuándo?
“No me interesa una candidatura testimonial. Yo trabajo para ganar”
—¿Va a estar Johannes Kaiser en noviembre en la papeleta presidencial?
—Eso va a depender si tengo entre 15% y 20% de apoyo popular.
—¿Dependerá de las encuestas?
—Sin duda. Pero no de cualquiera, nosotros vamos a hacer nuestras encuestas.
—¿Cómo se entiende la idea de una primaria con Chile Vamos si no hay vínculos profundos con ellos?
—Sí los tengo. No se olvide una cosa: la UDI es carne y sangre de RN, salió de ahí; republicanos sale de la UDI, y el Partido Nacional Libertario sale de republicanos. Si usted ve la declaración de principios de los distintos partidos, en general hay una raíz que está ahí. La diferencia es de operatividad, de cómo lo hacemos para hacer mejor el principio de la sociedad libre.
—Cuando dice que dependerá de las encuestas, ¿es porque no quiere que su candidatura sea testimonial?
—Sí, no me interesa la candidatura testimonial. Una candidatura testimonial no sé si ayudaría en las parlamentarias (…). Pero en esencia yo trabajo para ganar, no para perder. ¿Usted sabe qué es un buen perdedor? Un perdedor.
—Hay varios que asocian su interés presidencial a en realidad postular al Senado…
—Sí, sí. Es la típica, desde Chile Vamos vienen levantando esa tesis hace rato.
—¿No es verdad?
—Están aterrados de que yo vaya a alguna parte como senador y todos tienen miedo de que les quite algún cupo.
—Se dice que podría ir por La Araucanía.
—Mire: voy a tratar de llevar a un Kaiser por La Araucanía… Pero no sé si voy a hacerlo.
—¿A alguno de sus hermanos?
—Hay muchos Kaiser (sonríe).
Idea de primarias: “Quizás Chile Vamos y republicanos no me quieren validar”
—¿Está consciente de que una postulación suya podría complicar un triunfo presidencial del sector, dada la alta fragmentación?
—Para eso existe la segunda vuelta. Existe una razón por la cual yo estoy proponiendo primarias con Chile Vamos o republicanos: esa es la forma profesional de hacerlo para llegar con equipos electorales consolidados. El ideal de los mundos es llegar a primera vuelta con un programa consolidado, que haya sido acordado y con un candidato común. Pero, en realidad, lo importante es el programa.
—¿Ha habido conversaciones con esos partidos?
—No.
—Pero estamos en enero. ¿Cómo se explica?
—Esta gente no es capaz de hacer la pega antes. Siempre es hasta último minuto y el perro me comió la tarea. Eso también explica los desastres administrativos y políticos en los cuales ha estado involucrada la derecha en los últimos 30 años.
—¿Percibe que no lo toman como una opción seria para la presidencial?
—No sé si es eso. Creo que saben perfectamente que soy una opción seria, y puede ser por eso: no me quieren validar.
—Supongamos que se da una segunda vuelta entre Kast y Matthei, como muestran por ahora algunas encuestas. ¿Por quién votaría?
—No sé, vamos a ver quién me da mayores garantías. ¿Usted cree que los apoyos son gratis? No hay almuerzos gratis. Si va a haber un apoyo, no va a ser a cambio de ministerio, subsecretaría o cargos en el Estado. No me interesa. Lo que a mí me interesa es que se haga política que sea buena.
—¿Se siente un candidato con techo?
—No me siento un candidato por techo. Pienso que es un engaño electoral que distrae el potencial que uno tiene para buscar votos fuera de lo que son las propias trancas mentales. Para mí, el futuro de la derecha está en los sectores populares, en defender los principios y los derechos esenciales de la gente humilde: defender su sistema de propiedad y un sistema abierto para que puedan salir de la pobreza y llevar una vida mejor. Ahí está el futuro de la derecha, mientras que la izquierda se está concentrando en un grupo de pudientes que le da un respaldo irrestricto. Esa gente que no pasa hambre y no tiene problemas para pagar las cuentas a fin de mes.
Dichos contra las mujeres: “Será lo único que me van a poder levantar”
Tras la primera vuelta presidencial de 2021, en redes sociales se divulgaron una serie de mensajes donde el diputado electo ponía en duda el derecho a voto de las mujeres y relativizaba las violaciones, las cuales provenían de su canal de Youtube.
“Las mujeres dejan de ir al parque a trotar porque tienen miedo a inmigrantes que las pueden violar, pero siguen votando por los mismos partidos que están trayendo a esa gente y tú realmente te preguntas si el derecho a voto (a las mujeres) fue una buena idea”, fue una de las frases.
—¿Cuánto le pesan esas declaraciones?
—Me va a pesar todo lo que tenga que pesarme, porque será lo único que me van a poder levantar.
—¿No ha faltado mostrar arrepentimiento?
—No, no.
—¿Porque dice que fue en tono de broma?
—Sí, eso es una cosa. ¿Y quién me va a decir: estás perdonado? Nadie. Para qué. Que lo usen todo lo que quieran. Yo, por lo menos, no he nombrado a un subsecretario que termina siendo acusado de violación.
—¿Reconoce al menos como un error que en su minuto señalara eso más allá del contexto que le da?
—Es un error solamente en tanto nunca pensé que la situación en Chile la situación de abuso fuera tan grave que llegara incluso a La Moneda. Uno puede hacer chistes, y los chistes son chistes. Ahora, si me van a levantar un mal comentario de hace ocho años, adelante, todo lo que quieran. A diferencia de otros, yo no le miento a la gente. Búsquenme…
—La derecha cuestiona a Boric por no tener el título de abogado. ¿No cree que eso es algo por lo que pueden apuntar a usted también?
—Sin duda. Y espero que también critiquen a Evelyn Matthei por lo mismo.
—En su caso, ¿a qué se debió?
—Hay muchas razones. La mayoría de índole personal. Hice mi camino como quería hacerlo, y asumo las ventajas y desventajas de haberlo hecho así. Qué le voy a hacer. Son decisiones que tengo que asumir este momento como lo que son. Ahora, le digo una cosa: si hubiese terminado mis estudios, me habría dedicado a trabajar en una universidad con cabeza gacha, o en una oficina, y probablemente no estaría conversando con usted.