
Entrevistas
1 de Marzo de 2025Julio César Rodríguez y Andrea Arístegui, sobre el presente de los matinales: “La elite no acepta la condición democrática de la tele, le molesta”
El conductor de Contigo en la Mañana defiende a los matinales frente a críticas sobre el contenido que transmiten, y le da la bienvenida a su nueva dupla en el matinal más exitoso de los últimos años. The Clinic conversa con ambos periodistas sobre la nueva etapa del programa de CHV, que el lunes 3 de marzo verá el debut de la experiodista de Mega. Respecto al peso de mantener el liderazgo en la guerra por los ratings, Arístegui afirma que "no siento que la presión esté puesta sobre mis hombros, ni mucho menos. Creo que sería darme demasiada importancia". Julio César Rodríguez reflexiona además sobre su futuro en la televisión, en el año en que vence su contrato con Chilevisión, y el éxito de sus programas.
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Este lunes debuta oficialmente Andrea Arístegui en la conducción de Contigo en la Mañana, de Chilevisión, junto a Julio César Rodríguez. A solo días del estreno de la nueva dupla del matinal más exitoso de los últimos cinco años, conversan con The Clinic sobre la nueva etapa del programa y el presente de los matinales ante la reñida batalla por triunfar en el rating.
Antes de que se oficializara la llegada de Arístegui a CHV, no se habían conocido, salvo encuentros fugaces en los pasillos de TVN, cuando ella cubría el área internacional y Rodríguez se desempeñaba como editor de programas en el canal. “Nos topábamos, pero no habíamos tenido la oportunidad de conversar, y menos trabajar juntos”, comenta la nueva conductora.
Julio César Rodríguez menciona a ratos su experiencia de conducción junto a Monserrat Álvarez. No en profundidad, pero sí destacando la química que lograron desarrollar tras cinco años trabajando juntos. Al respecto, destaca que espera lograr un vínculo al aire con su nueva dupla. “A veces tu compañera te dice sin decirte ‘ayúdame’. Eso tú lo vas adquiriendo. Mi sueño es que con Andrea lo adquiramos lo antes posible”, afirma.
—En un programa la relación es súper importante y se nota inmediatamente. ¿Cómo están trabajando eso?
—Andrea Arístegui: Hay una parte de trabajo que efectivamente tiene que ver con la práctica y lo que se va dando con el tiempo, pero también hay algo que es natural. Hemos estado ensayando, compartiendo en otros espacios, almorzado juntos, en comidas de equipo y eso siempre es súper bueno. Siento que esa parte natural que uno espera se nos dio desde el primer día.
—Julio César Rodríguez: Sí, se nos dio bien. También esto pasa por valorar y admirar el trabajo del otro. Siempre estoy muy atento a lo que pasa con los colegas en materia profesional y siento una profunda admiración por la carrera de Andrea. Mantiene una línea, la gente la aprecia. Tener la oportunidad de trabajar con ella para mí es un agrado.
“Va a reflejarse esa buena onda que es real y honesta en pantalla”
Julio César Rodríguez comenta que los 23 años de carrera de Andrea Arístegui en televisión vienen a complementarse con las dinámicas de Contigo en la mañana, donde se mezcla, contingencia, política y humor.
El presentador afirma que su nueva compañera tendrá la oportunidad de aplicar un estilo que nunca antes había podido explotar. “La invitación a Andrea, que ya tiene toda la otra experiencia, es que tenga la libertad de decir algo que pensó en las noticias y que nunca la dijo, pero que aquí sí la puede decir”, remarca.
—¿En qué minuto los periodistas se convirtieron en las estrellas de televisión y de los matinales? Pasamos de Margot Kahl o Tonka Tomicic a que todos los matinales están conducidos por periodistas.
—A.A.: Es un proceso que se dio naturalmente, forzado por la contingencia. Lo que estaba pasando a nivel nacional primero y después a nivel internacional. Creo que tiene que ver con el interés de la gente de informarse. Quizás no solo a través de los formatos tradicionales de información que eran los noticieros o los diarios, sino que también con reflexiones o con un punto de vista de parte de los comunicadores.
Es súper interesante ver que ahora el principal espacio de los canales durante toda la mañana está liderado por periodistas, pero periodistas que pueden también reírse, bailar y tirar chistes. Lo que es una persona en su integridad. Ha quedado demostrado que la credibilidad de un comunicador no tiene que ver con lo serio que es en pantalla, sino que con lo consecuente y responsable que es a la hora de entregar información y de poder comunicar.

—¿Hoy hay espacio para volver a los matinales más “livianos”, no tanto de periodismo informativo?
—A.A.: Depende del interés que tenga la audiencia. No es que los matinales impongan el tema de ser un espacio solo de información, sino que están pasando tantas cosas que la gente quiere y tiene interés.
—J.C.R.: El matinal es un mundo en sí mismo. No es que de pronto sea más denso o menos denso, o que sea más político o menos político. Para nosotros es como una ciudad, un mundo. Todos los días puede pasar de todo. Si muere el Papa, nos tenemos que poner serios y cambiamos panelistas. Si hay un incendio, lo mismo. Pero si no hay nada y entra un tema farándula, por ejemplo, tenemos que adaptarnos.
El éxito del Contigo… es porque tiene una gracia diferente, que siempre lo cruza el humor. Nosotros en los momentos más difíciles de contingencia, en momentos de cruce político, siempre aparece un chiste, una talla. Eso no lo podemos perder, y sabemos como equipo que no lo podemos perder.
—El formato matinal, que viene de los programas estadounidenses, tenía siempre un hombre y una mujer que jugaban a ser un matrimonio sin serlo. Acá se replicó durante más de una década con Margot Kahl y Jorge Hevia. Hoy en día, ¿cuál creen que es el rol que tienen que proyectar como dupla?
—A.A.: La gente espera otra cosa, espera buenos partners televisivos, buenos compañeros. Efectivamente no tienen que ser los mejores amigos afuera, pero sí tiene que haber una relación, porque eso se nota, no se puede fingir. Cuando las cosas no funcionan, inevitablemente, salvo que sea un muy buen actor o actriz, las cosas se notan. Creo que va a reflejarse esa buena onda que es real, que es honesta, y espontánea en pantalla.
—J.C.R.: La palabra clave ahí es complicidad. La gente espera en pantalla la complicidad de un equipo. La gente se pone tensa cuando ve tenso a los conductores y al panel, le traspasa una tensión.
—¿Y cómo trabajan la posible competencia en pantalla, de que quizás se pueda dar que uno de los dos sea más destacado que el otro?
—A.A.: Nunca he tenido ese problema en pantalla con algún compañero. Aquí nadie tiene que demostrar al otro que es más o menos. Siempre he tratado de ser generosa en pantalla, no solamente con mi compañero, sino que con el resto que está participando. Eso es lo entretenido de un panel y de una conversación que va más allá de una sola persona.
—J.C.R.: La gracia de todo esto es hacer brillar a mi compañera. Siempre he trabajado para hacer brillar a mi compañera. Esa parte no está escrita ni está guionizada, pero tú te vas dando cuenta con el paso de los meses, del tiempo la fortaleza de los demás, la fuerza de los demás o en qué brilla más tu compañero, panelista. Eso también forma parte de ser un buen conductor, cuando logras sacar lo mejor a tus compañeros. Cuando tú trabajas para brillar solo se nota demasiado.
Julio César Rodríguez: “Me he preguntado muchas veces si este es mi último año en las mañanas o en la tele abierta”
Previo a iniciar la entrevista de ambos, Julio César Rodríguez se da un tiempo para abordar su trayectoria no solo en el matinal, sino en la radio, en los programas de streaming que lidera, y hablar sobre su pasado en prensa escrita.
En una interrumpida entrevista, que se da en tandas comerciales del matinal, reflexiona sobre su presente en la televisión. A fin de año termina su contrato con Chilevisión, lo que le hace entrar en duda sobre su futuro, pero que también le permite valorar los momentos que le ha tocado vivir liderando el matinal.

El día previo a la entrevista grabó el capítulo 103 de La Junta, y después de esta conversación viajaba a Viña para participar del Festival -como público- precisamente junto a Andrea Arístegui. Entre medio, debe conducir su programa Podría ser peor, de Radio Bío Bío, el cual, afirma, le pavimentó el camino para consagrarse en televisión.
—¿Cuál es la vuelta de tuerca para usted, en términos profesionales, de seguir en un trabajo que es agotador y maratónico como un matinal?
—Es una pregunta demasiado profunda para contestarla tan en breve. Es con la pregunta que yo amanezco casi todos los días en el último tiempo. Porque también creo que uno tiene que saber cuándo cerrar ciclos. Y yo me he preguntado muchas veces -porque se me vence contrato este año en CHV el 31 de diciembre del 2025- si este es mi último año en las mañanas, o en la tele abierta. Y la respuesta está en la calle. Cuando voy a animar festivales, voy a regiones, en los aeropuertos, en los bares, en los restaurantes, cuando hago radio y se llena de gente a abrazarme, a decirme “no pares de decir esto”, o “lo necesitamos en la tele”.
En el matinal hemos sido capaces en estos cinco años de modificar muchas vidas, de pavimentar muchas conversaciones, de ser críticos, de tener mucha mirada crítica de la sociedad en la que estamos para poder ponerla arriba de la mesa y discutirlo al menos. Eso tiene un valor que creo que otras pegas, otra actividad, incluso dentro de la misma televisión en otros formatos no te dan.
—Impuso un sello que luego fue imitado por los otros matinales y los otros rostros ¿En algún momento vio a gente imitando su estilo?
—No sería tan pedante de decir eso. Recojo lo que dice José Antonio Neme, que llegamos a hacer un estilo de matinal que es el que impusimos en Chilevisión, más que yo. Es un estilo que yo traía de la radio a la televisión, y Chilevisión tuvo el valor y el ojo en ese momento, y ha tenido la nobleza de dejarme ser yo en los momentos más duros. Porque había gente que me criticaba desde el poder, de las más altas autoridades de este país, que pedían que yo no fuera tan inquisitivo o que no dijera cosas que molestaban a algunos.
—¿Tener ese poder en algún momento lo marea?
—Nunca.
—¿Y cómo lo hace para que no lo maree tener ese poder en los medios de comunicación?
—Lo que no te marea es finalmente entender que tú eres un medio solamente, que no solo en ti radica ese poder, sino que es una serie de elementos que se conjugan. Un canal de televisión o una radio o un formato que te apoya, que te sostiene, un grupo de gente, de público que sostiene tu programa o lo que tú estás. También un espíritu inquieto de estar siempre creando cosas, de estar siempre saliendo del estado de confort.
—¿Este diversificar es porque siente que la tele puede ser efímera?
—No, me gusta pensar que en cada uno de estos formatos hay nuevas audiencias. Para mi la experiencia de La Junta ha sido muy importante, porque me doy cuenta en la calle, me doy cuenta con los niños, con los jóvenes, es muy poderosa esta plataforma. Entonces creo que tiene que ver con llegar a distintos públicos. Potencia muy bien tu carrera como comunicador.
—¿No echa de menos la prensa escrita?
—No echo de menos la prensa escrita en virtud de lo que es la cotidianidad del laburo. Lo que echo de menos es escribir, que creo que se parece, pero no es lo mismo. Porque la prensa escrita tiene toda una dinámica. Las pautas, la revisión, los reportajes, los espacios que tienes. A veces tenía muy buenos reportajes y se metía una marca de café a auspiciar y te bajaban los centímetros inmediatamente.
—Ahora, con lo digital, son los banners.
—Claro, pero ahora luchamos contra otra cosa que es que la gente no lee tanto. Hay que ser un poquito más conciso. Pero echo de menos escribir. Creo que lo que siempre hice mejor fue escribir, ese era mi gran potencial, según mi gran amigo Mirko Macari.
“Siempre hay una una parte que le gustaría que los matinales fueran mejores, pero van por el camino de la audiencia”
—Los matinales son la plataforma principal junto con los noticieros centrales de los canales de televisión. Pero al mismo tiempo hay mucha gente que los critica bastante y que consideran que es lo peor de la televisión chilena ¿Cómo ven eso?
—Andrea Arístegui: Es súper legítimo que haya cuestionamientos y que haya críticas a cualquier producto en televisión. Algo que se arrastra desde el estallido es que hay un distanciamiento de cierta parte de la ciudadanía, no solamente los matinales, sino que con la televisión y los medios de comunicación tradicionales. Y que tiene que ver con la diferencia que hay entre lo que la gente ve en sus redes sociales y lo que aparece como mainstream como los medios de comunicación más masivos. Ahí entramos en un terreno que es bien complicado porque cada uno tiene su burbuja informativa y quiere quedarse con lo que aparece en esa burbuja.
—J.C.R.: Yo creo que son opiniones, no lo veo tan así. En las últimas encuestas los matinales han sido lo más valorado de la televisión. Siempre hay una una parte que le gustaría que fuera mejor, y a nosotros también a veces nos gustaría que tocara otros tópicos, pero el matinal va por el camino de la audiencia. Ese camino es el equilibrio entre lo que la gente quiere ver, con lo que los medios editorialmente están dispuestos a mostrar. Los temas que los matinales están en la búsqueda permanente de buscar los temas de mayor interés para la gente. No es otro el razonamiento detrás de la agenda del matinal o la pauta como la quieras llamar.
Evidentemente hay temas que son súper importantes pero que lamentablemente no son de interés masivo. A veces nos gustaría estar tocando un tema que podría ser tan clave para el país como la reforma de pensiones y verlo todos los días, pero es algo que estaríamos en el desierto porque nadie nos estaría viendo. No podemos criticar al canal que organiza el festival por dar tres veces la rutina de anoche, si cuando nosotros teníamos el festival hacíamos lo mismo. Y a lo mejor la damos cuatro.
—Y la gente ve las cuatro repeticiones…
—J.C.R.: Y las ve, están los números. En el interés masivo también hay un valor. Por algo a tanta gente le interesa algo, no subestimaría eso. Porque de repente son súper elitistas los comentarios contra la televisión, antes decían que “por qué estaba ese programa de Morandé”, y marcaba 30 puntos. Otro canal hacia otro, nada de puntos. Entonces tú dices: ¿Lo que a mí me gusta es realmente lo que le gusta a los demás? ¿Lo que para mí es de interés es realmente para interés de los demás? Hay que salirse siempre de ese ego. (…) Esa es una cuestión que yo tengo que aceptar y que la elite no acepta. No acepta esa condición democrática de la tele, le molesta.


—Pero la elite dejó de ver televisión abierta y por eso los ratings ya no son los mismos que antes.
—J.C.R.: Los ratings no tienen que ver con la elite, tienen que ver con tecnología. La televisión abierta se ve menos porque los cabros más jóvenes no ven tele, y si ven tele la ven en el celular. Están chipeados de una manera completamente distinta. La televisión abierta va en un retroceso de audiencia permanente de hace muchos años que tiene que ver con los nuevos formatos.
—A.A.: Ahora, la elite puede que no vea tele, pero saben todo lo que pasa en la tele y están muy interesados en lo que ocurre en la tele, totalmente.
—J.C.R.: Porque aún la elite quiere dominar los medios. Por eso los dueños de los medios son los que son y por eso todavía está involucrada con los medios y quiere tener potestad con los medios. Y por eso estamos como estamos estamos. Así sigue siendo Chile, no veo un cambio grande. Pero hoy día la gente se informa en otro lado, es riesgoso, pero bueno. Hay una forma distinta de sentarse a ver televisión.
Andrea Arístegui: “No tengo miedo a opinar o tomar posiciones respecto a los temas”
En medio de la entrevista, cuando Julio César Rodríguez vuelve a la conducción del matinal que está al aire, Andrea Arístegui repasa el nuevo desafío que enfrenta desde el lunes.
Habla de que el horario, despertarse a las 4 o 5 de la mañana, no es un tema. Hasta le acomoda. Los flancos que más dudas le generaron fueron el cambio de canal y de formato. Pero pasar de Mega a Chilevisión tras cinco años no le pesó tanto como pasar de TVN a Mega tras 18 años.
En cuanto al paso del noticiero al matinal, le generó más dudas, pero lo toma como un desafío. “No me gusta quedarme pegada en algo que me es muy cómodo, porque creo que ahí uno va perdiendo músculo. Y este era un desafío que tenía que tomar”, afirma.

Con ello, agrega que “siento que Julio es un gran comunicador, que ha sido también súper inteligente en la manera de leer la industria. Eso me va a ayudar mucho en el tránsito hacia este formato que se aleja de lo que he hecho normalmente en noticias”.
—En los matinales hay harta opinología. ¿Eso en particular es algo que está dispuestas a entrar?
—Es que a mí me gusta la opinión, pero siento que siempre tiene que ser con información. El dato fundamental para tener una opinión, creo que no son cosas excluyentes, sino que tienen que ser complementarias. También he podido estar en matinales antes, así que conozco el formato. No tengo miedo a opinar o tomar posiciones respecto a los temas. He hecho radio muchos años de mi vida y la radio también es eso.
—Es una periodista reconocida, sin embargo, estar cinco horas de lunes a viernes da una exposición que quizás no le ha tocado antes. ¿Ha meditado si hay cosas que no sabe cómo manejar, que pueden ser un poco agotadoras?
—La exposición es algo que no lo he vivido directamente con lo que significa un matinal, pero he tenido otros momentos con mucha exposición. Por ejemplo, haciendo programas políticos. Cuando estaba en Estado Nacional todos los domingos tenía que lidiar con barras bravas de distintos sectores y con poco o harto hate en redes sociales. Ya aprendí a manejar eso, no es algo que me complique mayormente. Y lo que tiene que ver con el contacto con la gente menos. Eso es algo que me gusta incluso, si tengo que sacarme fotos con cien personas no tengo problema en hacerlo.
—Hoy en día los matinales están muy igualados en rating. Llega a CHV con la misión de mantener el liderazgo de los últimos años. ¿Cómo siente esa presión?
—Es un tema, pero siempre he creído que el resultado de los programas en televisión no son responsabilidad de una sola persona. El que crea que le va bien solo por esa persona está súper equivocado. He estado en programas súper exitosos y en otros que les ha ido mal, y el análisis que se hace tiene que ver con una serie de factores. Me sumo a un equipo que ha sido líder durante los últimos cinco años, que tiene el conocimiento y el músculo para poder hacer un buen programa, y vengo a aportar, a aprender. No siento que la presión esté puesta sobre mis hombros, ni mucho menos. Creo que sería darme demasiada importancia.