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Opinión

9 de Marzo de 2025
Imagen: Sandro Baeza/The Clinic

El costo de ser soltero en Chile 

Foto autor Gabriela Villalobos Por Gabriela Villalobos

La columnista Gabriela Villalobos aborda el costo económico de ser soltero o soltera en Chile. "La lógica dictaría que dos personas viviendo juntas representan el doble del gasto. Pero la realidad no es así. Algunos desembolsos son iguales para una o dos personas. Piensen en algo tan corriente como una cuenta de una plataforma de streaming, los planes de salud o la bencina en un auto", escribe.

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La vida es cara. Pero si estás soltero o soltera, todavía más. Esto no es un llamado al matrimonio. No busco analizar qué define a una familia. Tampoco he dejado de ser romántica. Pero detrás del famoso dicho “es mejor estar sola que mal acompañada” hay otra realidad: bajo nuestro modelo económico-social, la lógica puede ser completamente al revés. 

A fines de febrero, el medio inglés The Telegraph publicó un artículo extraordinario en el que revelaba el costo de ser soltero. Los cálculos arrojaban que vivir solo y no estar casado significaba un gasto adicional de 10 libras esterlinas diarias. Es decir, $12.000 en moneda chilena. Unos $4.380.000 al año si extendemos la brecha a un período de tiempo más extenso. Un cálculo extraordinario que se permite en ese país porque existen estadísticas precisas sobre ingresos y gastos de acuerdo al estado civil. 

En Chile hay algunos números que nos muestran una realidad similar. Pensemos en una persona que vive sola en el Gran Santiago. Según la última Encuesta de Presupuestos Familiares (publicada en 2023), el ingreso promedio de alguien que vive sin compañía en esta zona es de $964.903 mensuales. Sus gastos son de $957.527, por lo que alcanza justo a solventar lo necesario para vivir. Sin grandes lujos, poco más de la mitad del presupuesto se va en alimentos, vivienda y transporte (en ese orden). Salud, comunicaciones, cultura, cuidado personal, mejoramiento del hogar y vestuario, entre muchos otros gastos, representan alrededor del 48% de los gastos. 

La lógica dictaría que dos personas viviendo juntas representan el doble del gasto. Pero la realidad no es así. Algunos desembolsos son iguales para una o dos personas. Piensen en algo tan corriente como una cuenta de una plataforma de streaming, los planes de salud o la bencina en un auto. Eso explica que en un hogar donde viven dos personas el gasto promedio es de $1.389.806 mensual. Anoten ese dato.

El ingreso tampoco es el doble de alguien que vive solo. En el caso de los hogares compartidos entre un hombre y una mujer, aquello se explica por las históricas brechas salariales. Por eso, en Chile en promedio el hogar donde viven dos personas tiene ingresos por $1.464.566. ¿Se acuerdan de esos  gastos de $1.389.806? La matemática simple nos muestra que pueden ahorrar $74.760 mensuales y si quisieran dividirlo en dos, serían $37.380 para cada uno. Un soltero en cambio sólo puede guardar $7.376 al mes. 

Si tomamos un hogar de dos personas caracterizados por el INE, surge que la brecha de gasto entre un soltero y una pareja es de $262.624. Eso significa que al día, una persona que vive sola gasta $8.754 más que uno que vive acompañado. La diferencia es menor a la que se registra en Reino Unido (alrededor de $12.000), pero de todas maneras es considerable. 

Extrapolemos el cálculo: al año, un soltero ahorra $88.512 al año y alguien que comparte gastos e ingresos lograr juntar $448.560 al cierre del período. Si deciden combinar los bolsillos, son $897.120 al año. Si lo invierten, esto obviamente crecería. ¿Cuánto? Supongamos que se invierte en un depósito a plazo, que en promedio está entregando alrededor del 0,4% mensual y que esto se mantiene en el tiempo. Al cierre de cinco años, contarían con $5.180.078 o 2.590.039 per cápita. Es un cálculo muy simplificado, pero sirve para ilustrar la capacidad de generar patrimonio. Porque en el mismo período, alguien que vive sólo logrará juntar $481.510 en las mismas condiciones. 

Sabemos que actualmente el sueño de la casa propia se ve lejano. Pero lo es todavía más para un soltero. Según la Cámara Chilena de la Construcción, a agosto del año pasado los departamentos promediaron 77 UF por m2 y las casas lo hicieron en 61 UF por m2. Una casa de 100 metros cuadrados costaría alrededor de 6.100 UF, unos $236 millones. Para comprarla, se exige un pie de 10%, es decir $23,6 millones. Una pareja tendría que ahorrar 17 años para lograr. Una persona vivienda sola, debería hacerlo por 52 años. 

Lamentablemente no hay datos en Chile para analizar el estado civil o si hay convivencia entre los dueños de las propiedades. Pero solo mirando los números queda claro que para quienes viven solos será más difícil acceder a una vivienda. Si a eso agregamos el análisis de los bancos para extender el crédito hipotecario, lo es todavía más. 

Todo esto no sería problema si viviéramos en una sociedad de personas que conviven con otras en el hogar. Pero las estadísticas nos muestran que la tendencia va bajando. Desde 2021 el números de matrimonios ha ido en picada. Los Acuerdos de Unión Civil, en cambio, han subido, compensando el retroceso de otros lazos legales. Pero si a esta mezcla le sumamos los divorcios y separaciones, finalmente el saldo es negativo. 

Por diversos motivos estamos viviendo más solos. También con menos hijos. En los últimos treinta años, la tasa de natalidad se ha reducido a la mitad. 

Pensemos en la vejez. Nuestro modelo de sociedad se sustenta por el cuidado de hijos o hijas, lo cual es cada vez menos probable. En algunas sociedades han optado por incentivar la natalidad con fórmulas económicas. Pero tal vez debiésemos estudiar más la forma en que estamos construyendo nuestra sociedad para poder entregar las ayudas adecuadas. Ya hay departamentos pensados en eso: ¿Pero las casas? Los planes de salud, alimentos, los viajes, la entretención apuntan siempre a una especia de economía de escala. Repensemos estos mecanismos para bajar el costo de la soltería. Con esto podríamos vivir mejor solos que mal acompañados. 

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