
Entrevistas
1 de Junio de 2025Gonzalo Winter, candidato presidencial del Frente Amplio: “Carolina Tohá tiene una posición y la mitad de quienes la apoyan tienen otra”
En esta entrevista, el parlamentario marca diferencias con sus principales contendores de la primaria presidencial oficialista. Sobre Jeannette Jara, menciona que sus discrepancias en política internacional “no son menores”; y sobre Carolina Tohá, afirma que, a diferencia del PPD, el FA es “un partido que tiene más convicciones en los cambios y en el liderazgo que yo represento”. Además, explica su crítica al Gobierno respecto a la falta de fuerza en la disputa de ideas y, como ejemplo, asegura que hubo un error de táctica política en el plan del Gobierno para sacar adelante la fallida reforma tributaria. También dice: "Prefiero a esta versión de Gonzalo Winter, hablando en tercera persona, que a una versión de 30 años entrando recién al Congreso".
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“Ven, ven, conmigo ven”, canta Gonzalo Winter mientras camina por los pasillos de la sede del Frente Amplio, ubicada en la calle Esmeralda, donde recibe a The Clinic para esta entrevista. La melodía —Vamos por ancho camino, de Víctor Jara— parece ser una arenga en una mañana de viernes, cuando acaba de comenzar oficialmente la campaña para las elecciones primarias del oficialismo.
A pesar de tener una agenda apretada, opta por tomarse un tiempo más e ir a tomarse las fotografías para esta entrevista en la calle, pues detrás de eso, dice, hay una intención política: dar cuenta de que no está pensando desde una oficina. En Esmeralda, de hecho, se le acercan un par de vecinos. “Yo soy gabrielista, me encanta tu candidatura”, le dice un transeúnte que tiene a un chihuahua en brazos. Otro, que asegura venir de Puerto Montt, le concede el punto de los políticos en la calle: “¡Vamos!, hay que estar en la micro entregando los flyer”, le celebra.
El viernes 30 de mayo comenzó el periodo oficial de campaña para las elecciones primarias, y Winter dice estar contento con este proceso. “En la calle se ha sumado mucha gente a la campaña, es como si hubiese una renovación de la esperanza”, dice al comenzar la entrevista. Si bien reconoce que hay una frustración en la ciudadanía, el candidato sostiene que esta se da “porque los cambios profundos por los que se ha luchado durante muchos años no se han logrado implementar”.
La semana, sin embargo, estuvo marcada por los preparativos de la última Cuenta Pública de Gabriel Boric, en la que Winter hoy tendrá un rol estelar dado que figura entre los parlamentarios que estarán a la entrada de Parlamento, recibiendo a la máxima autoridad del país.
“Nuestro adversario en esta batalla no son ni siquiera las personas más ricas de Chile, son personas de las más ricas del mundo”
—¿Cuál será el legado del Presidente Gabriel Boric?
—El Presidente Boric asumió en un momento muy complejo: pandemia, crisis migratoria, crisis de inseguridad, fragmentación de la izquierda y la derecha, inflación, minoría en ambas Cámaras, etcétera. Dos, creo que se han avanzado en cosas que son bien importantes. El royalty minero que convirtió ganancias de tres de las mineras más grandes del mundo en dinero para las comunas más pobres del país: en seguridad, en cámaras, en recursos para los Cesfam, es decir, en bienestar del pueblo de Chile.
La ley de cumplimiento efectivo de la pensión alimenticia ha hecho que familias que habían sido abandonadas por el padre y por el Estado, que no era capaz de cobrar la deuda, hayan visto por fin que el pan llega a la mesa que corresponde, justicia. El sistema nacional de cuidado pone el énfasis en el futuro y creo que la creación del área litio de Codelco, que espero transformar en la empresa nacional del litio, son cuestiones sumamente relevantes y que en la Cuenta Pública se verá todos estos avances.
—A pesar de todos estos avances y a propósito de que usted ha dicho estar orgulloso de esta administración, el Gobierno no atraviesa por buenos números en las encuestas y estas muestran, además, que hay tres liderazgos de oposición bien posicionados. ¿Cómo lo explica?
—Las encuestas son expresiones de un momento y yo creo que esta elección está completamente abierta. Si vamos a la metáfora, este es un partido que no ha empezado, que la cancha es plana, se juega 11 contra 11 y los arcos son del mismo lado. Me da la impresión de que la mayoría de los chilenos no ha decidido por quién votar en noviembre y, por lo tanto, es una elección completamente abierta. Creo que se va a tratar de propuestas, se va a tratar de ideas y, en ese sentido, los chilenos van a ver que la derecha lo que está haciendo es básicamente apostar a la agitación, pero propuestas no tiene.
Ellos hablan de seguridad, pero gobernaron dos veces y las dos veces fracasaron en seguridad. Por el contrario, es este Gobierno el que realmente aumentó los recursos y creó una nueva institucionalidad para darle seguridad al país. Ese tipo de cosas se van a discutir cuando empiecen realmente las campañas y va a hacer decantarse a la gente por una opción progresista.
—Pero al principio no era una prioridad y el Gobierno invirtió sus prioridades al poco andar. ¿Hubo una pérdida de la batalla cultural del progresismo, de la izquierda o hubo un reconocimiento de una situación que se presentó?
—En materia de seguridad, no. El bienestar de los chilenos siempre es la prioridad de todo gobierno. El que se propone gobernar bien, tiene que procurar que el pueblo esté bien. Y cuando el pueblo está amenazado por un narcotraficante, por un criminal, por una persona que lo pueda asaltar, cuando tiene miedo de caminar del paradero a la casa, eso es prioridad y va a ser prioridad siempre porque es el bienestar de la gente.
Esto, mientras nos enfrentamos a una derecha que dice que no hay lavado de activos en Chile, que no hay que perseguir el dinero porque los narcotraficantes no tienen cuenta bancaria. Cuando todos los chilenos que viven en poblaciones saben qué local es lavado de dinero y cuál no. Nos enfrentamos a una derecha que dice que hay que armar a los civiles.
Donde la batalla cultural ha sido dura, por ejemplo, en pensiones. Seis empresas extranjeras de EE.UU. y Europa se asocian en una cosa que se llama asociación de AFP e invierten mucho dinero en una campaña política para intoxicar el debate político con mentiras, transmitiendo que la solidaridad es una palabra prohibida, cuando en Chile la solidaridad era considerada identidad y orgullo nacional. Es ahí donde sí hemos tenido dificultades para enfrentar a quienes, desde fuera de Chile, quieren intoxicar y modificar la forma en que los chilenos vemos las cosas
—Y a propósito de la batalla cultural, ¿cree que se ha perdido terreno por conformismo o inmovilismo de su propio sector?
—Por dos motivos. El primero, porque nuestro adversario en esta batalla no son ni siquiera las personas más ricas de Chile, son personas de las más ricas del mundo, como Metlife. Ellos tienen tal claridad de la batalla cultural, que saben que deben invertir muchísimo dinero en propaganda política. También veo que dentro del progresismo hay personas que no le han dado prioridad a la necesidad de ganar las reformas en la sociedad.
—¿Le dan la prioridad a ganar en el Congreso?
—No han comprendido a cabalidad que el Congreso es permeable por la discusión que se da en la sociedad y que, por lo tanto, las reformas no se ganaban en una reunión privada con un diputado sino persuadiendo a la sociedad chilena que estaba viendo los comerciales de la sociedad de las AFP.

“No hay ninguna posibilidad de que mi candidatura quede en tercer lugar”
—¿Está resultando atractiva la primaria oficialista para la ciudadanía?
— Sí, efectivamente. Recién hoy, mientras tenemos entrevista, acaba de comenzar la campaña oficialmente, y eso evidentemente aumenta la atención de la sociedad sobre la elección, pero sí veo a una sociedad chilena que está con muchas ganas de discutir sobre su futuro y que en el debate polarizado, de la chimuchina chica, de las polémicas mentirosas que inventa José Antonio Kast todos los días, la sociedad chilena está muy harta de eso.
Cuando nosotros decimos hablemos del futuro, hablemos de cómo crear una economía del futuro, de cómo capacitar a los trabajadores chilenos para los empleos que vienen con la inteligencia artificial, por ejemplo, la sociedad chilena está con muchas ganas de discutir. Esta primaria le va a entregar al país una oferta de debate político que tiene, primero, a un bloque progresista unido, dispuesto a gobernar juntos, y, segundo, cuatro candidaturas que tienen ganas de discutir sobre el futuro en serio, y no a través de chimuchinas y polémica de baja estofa.
—Se ha hablado harto de cuánta gente se pretende movilizar para estas primarias. ¿Sería un fracaso, por ejemplo, llevar menos de dos millones de personas? ¿Cuál sería un número óptimo?
—No, yo no sé cuál es el número. Obviamente que nosotros queremos llegar a la mayor cantidad de gente posible y en particular nos gustaría llevar a mucha gente que vote por mí.
—¿Cómo se diferenciará de las otras candidaturas?
—Las diferencias van a ir saliendo al calor del debate y algunas ya las conocemos, pero una de las formas de diferenciarnos son también las fuerzas políticas que cada uno representa, por ejemplo, con la candidatura de Jeannette Jara nos hemos diferenciado en temas de política internacional que no son menores y con la candidatura de Carolina Tohá, en el caso nuestro, mostramos un partido que tiene más convicciones en los cambios y en el liderazgo que yo represento.
—Sin embargo, ambas candidatas están bien posicionadas. ¿Ve un riesgo en que su candidatura, la del partido del Presidente, quede en tercer lugar?
—No hay ninguna posibilidad de que mi candidatura quede en tercer lugar. Sin embargo, esto no es un asunto de análisis electoral, esto es un asunto de análisis político. Nosotros lo que vemos preocupante es que el liderazgo de Carolina Tohá respecto del PPD es poco claro, entonces no se entiende bien qué fuerza política va a tener.
—¿En qué sentido?
—Por ejemplo, en materia de aborto, Carolina Tohá tiene una posición y la mitad de quienes la apoyan tienen otra. En materia del genocidio en Gaza, Carolina Tohá presenta una posición y su partido presenta otra. Carolina Tohá está en contra de los retiros, pero son parlamentarios del PPD quienes los impulsan. Carolina Tohá está de acuerdo con el acuerdo entre CODELCO y SQM y son parlamentarios de su partido quienes lo rechazan. Entonces uno no entiende bien cómo funciona ese liderazgo si en materias que son fundamentales Carolina Tohá y el PPD están en desacuerdo.
—A pesar de eso, Jeannette Jara dijo en Estadio Nacional de TVN que su rival a vencer era la candidata Tohá. ¿Por qué la candidatura de Tohá, si es que es un liderazgo tan confuso, aparece como uno de los mejores posicionados?
—Porque Carolina Tohá lleva tres años como ministra del Interior del Presidente Boric, apareciendo en televisión todos los días, literalmente todos los días, en una parte importante del noticiero. Razón por la cual, si uno analiza las tendencias, hace un mes Carolina Tohá marcaba, qué sé yo, 9 puntos y yo 0. Un mes después Carolina Tohá marca 9 y yo 6. Por lo tanto, yo lo invito a que analicemos la tendencia.
Winter por opción de Carolina Tohá: “Veo una fuerza política que no tiene claras sus convicciones”
—Carolina Tohá fue diputada, alcaldesa y como dijo, fue ministra también del interior. ¿Por qué podría decir usted que está mejor preparado que ella para asumir un desafío presidencial?
—Por una razón bien específica. Yo respeto tremendamente el trabajo, la historia, el currículum de Carolina Tohá. Pero en la enumeración que yo le hice anteriormente, de que ella piensa una cosa respecto al aborto, parlamentarios del Socialismo Democrático, otra. En materia de la estrategia nacional del litio, ella piensa una cosa, los parlamentarios del PPD, otra. En materia de retiro y, por lo tanto, pensiones, ella piensa una cosa, parte de sus parlamentario otra, veo una fuerza política que no tiene claras sus convicciones y en mi candidatura hay convicción de implementar los cambios que Chile necesita y no dudas de si acaso debiésemos retroceder o frenar esos cambios. Nosotros no queremos meramente administrar la actual realidad sino que queremos realizar esos cambios profundos cuya ausencia generan frustración en la población
—¿Y cree que Tohá no será capaz de alinear a quienes la respaldan?
—Carolina Tohá es una tremenda política por la cual tengo el mayor respeto, pero que representa un mundo que tiene convicciones demasiado diversas, por decirlo de alguna forma.
—¿No le parece extraño que hayan dos candidatas que fueron ministras de este Gobierno, Jara y Tohá, que tuvieron la exposición por dichos cargos, que tuvieron también responsabilidades muy importantes como, por ejemplo, la reforma de pensiones y el Ministerio de Seguridad, y que hoy se diferencien del Gobierno?
—Me causa extrañeza. Ellas han adquirido visibilidad por ser parte de este Gobierno y porque la coalición completa las apoyó muchísimo y el Gobierno completo en que sus agendas fueran prioritarias y contaran con todo el apoyo de la coalición completa y del Presidente Boric en particular. Entonces efectivamente me causa extrañeza cuando, siendo que son candidatas por la visibilidad que adquirieron con esa agenda, se tratan de desmarcar.

“Prefiero a esta versión de Gonzalo Winter, hablando en tercera persona, que a una versión de 30 años entrando recién al Congreso”
—¿Cuál cree que ha sido el aprendizaje del Frente Amplio después de haber sido gobierno? ¿Por qué puede decir que en un segundo periodo se podría hacer mejor las cosas?
—Yo lo he dicho en otros momentos, me han dicho si acaso perdimos la frescura de lo nuevo y he dicho que prefiero nítidamente la experiencia adquirida que la frescura de ser lo nuevo. Más específicamente prefiero a esta versión de Gonzalo Winter, hablando en tercera persona, que a una versión de 30 años entrando recién al Congreso.
—¿Por qué prefiere esta versión?
—Porque hemos aprendido mucho y no tengo ningún temor a decir que aprendemos.
—¿Y qué cosa aprendieron?
—Eso no significa una crítica a quienes éramos. Yo entré al Congreso porque representaba a la gente. Creo que hemos adquirido experiencia. Hoy día el Frente Amplio cuenta con alcaldes de comunas grandes como Viña del Mar, Valparaíso, Maipú, Peñalolén, Valdivia. Esa es una tremenda experiencia de administración específica, de administrar salud, de administrar seguridad. Tenemos gente que ha trabajado en los ministerios y ustedes podrán decir, bueno, ahora sí son responsables en parte de la realidad. Sí, estamos en política para cambiar las cosas, no para denunciar lo que está mal solamente. Por eso hoy día estoy orgulloso del actual Estado del Frente Amplio. Mucho más que cuando se lo consideraba más impoluto, pero que no tenía tanta experiencia en trabajar realmente en cambiar la realidad.
—¿Qué cosas se harían distinto o mejor de lo que se ha hecho en este Gobierno?
—Obviamente que nosotros queremos avanzar con mayoría parlamentaria y nosotros pondríamos mayor énfasis en persuadir a la sociedad chilena de las reformas que queremos implementar en el Congreso.
—¿Ir por la disputa cultural, por decirlo de alguna manera?
—Perdóneme, pero una reforma tributaria puede significar construir un hospital. ¿Cómo no le va a cambiar la vida a la gente con eso? Una reforma tributaria puede construir un puente, una disputa ideológica fue la abolición de la esclavitud, dígame que no le cambió la vida a los esclavos esas disputas.
“En este período se nos instruyó evitar entrar en conflictos respecto a la reforma tributaria (…). Fue un error de táctica política”
—Entendiento que usted, orgulloso de este Gobierno, se ha declarado incluso como el candidato a continuidad, si le pudiese hacer una crítica a esta administración, ¿cuál sería?
—Creo que ya lo dije.
—¿La falta de disputa de las ideas en la sociedad?
—No se puso suficiente énfasis en disputar las ideas en la sociedad y no se puso suficiente énfasis en frenar las mentiras de la derecha con carácter y celeridad. Un ejemplo concreto es la reforma tributaria. Lo voy a decir con toda claridad, se nos instruyó a los parlamentarios que evitamos entrar en conflictos respecto a la reforma tributaria porque se iba a negociar uno a uno con los parlamentarios. Y mientras tanto, cientos de miles de cuentas de TikTok establecían mentiras sobre el Gobierno, sobre el ministro, sobre la reforma, al mismo tiempo que se discutía la reforma de pensiones y la asociación de AFP intoxicaba el debate público chileno con mentiras.
Se nos decía que no entráramos en discusión porque eso se hacía en privado negociando. Eso es un error de táctica política, que es, se lo voy a decir bien en concreto, aplicar al año 2025 una forma de hacer política diseñada para 1995. Y que en 1995 era exitosa, porque el mundo funcionaba distinto, porque el Congreso funcionaba distinto, porque la comunicación política funcionaba distinto, si tenemos un gobierno que no comprende eso, no se puede avanzar.
—¿Esta instrucción de dónde provino?
—Hacienda.
—¿Y del Socialismo Democrático?
—Vino del Ministerio de Hacienda, del gabinete del ministro Mario Marcel.
—¿Pero hubo una mala planificación de la estrategia, entonces?
—Me dijeron, ‘claro, se perdió por tres votos’, como si eso fuera poco. Para una reforma tributaria, en donde tú tienes el manejo de las urgencias, en donde el oficialismo tiene la presidencia de la Cámara, es decir, tú tienes la posibilidad de elegir cuándo se vota y cuándo no, es porque tienes, entonces, muchísimo. Entonces, tienes que llegar con una holgura de 10 votos por lo menos, entendiendo que puede haber enfermos, etcétera. Ponerla en votación estando tres votos abajo es negligencia política.
—¿Hubo algún reproche de su sector por esos días?
—Eso es superinteresante porque no pasó nada, sino que se siguió con la misma táctica y se dijo vamos a avanzar de manera posterior con la ley que modifica el impuesto a la renta. Se negoció con la oposición sin dar la disputa en la sociedad. ¿Resultado? No hay propuesta. O sea, después de perder sin dar la disputa en la sociedad, se decide usar la misma técnica y el resultado es que la reforma no llega ni al buzón de la Cámara. Evidentemente, ahí hay una táctica que no funciona en el 2025.

“Debemos ser los progresistas los que debemos tomar la bandera de hacer que el Estado sea verdaderamente eficiente”
—¿Qué haría usted si es que es presidente con el cargo de Primera Dama?
—(Ríe). Primero lo hablaría con mi señora, que es algo que hago antes de una decisión importante. Sin duda, mi posición es que no retomaría la administración de las fundaciones. Creo que es más eficiente que estén donde están y sobre el cargo simbólico de Primera Dama, me parece una tradición que no es dañina, pero partiría por conversarlo con mi señora.
—Una vez llegó el Presidente Boric, se instalaron asesoras de género en los ministerios, ¿las mantendría?
—Sí.
—¿Considera que Estados Unidos es un aliado importante para el gobierno?
—Mire, voy a partir por decirle algo. Como tengo la convicción de que terminado este proceso yo voy a ser el Presidente de la República de Chile, me veo en la obligación de contestar con las declaraciones que correspondan a un Jefe de Estado. Cuando yo sea Presidente actuaré en función del principio del máximo interés nacional. En ese sentido, las guerras comerciales son un problema para un país que tiene una economía abierta de exportación e importación.
Para eso, creo que es fundamental que ante la inestabilidad Chile trabaje e invierta en diversificar qué produce para no depender de los vaivenes de pocos productos y es fundamental que Chile invierta en diversificar a quién le exporta para no depender de los vaivenes de una u otra nación.
Ahora bien, siendo sincero, es efectivo que me va a decir que los Estados Unidos se han vuelto un actor impredecible en la economía internacional. Pero ante eso, uno puede hacer juicios morales, no tengo problema con hacerlo, pero lo más importante es tomar acciones que protejan a la economía chilena.
—¿Hay una autocrítica respecto al manejo del caso Procultura? ¿le afectaba su candidatura, a propósito que The Clinic reveló unos correos en donde Alberto Larraín hacía referencia a una campaña del candidato Boric en esa época?
—Yo no siento que haya afectado mi candidatura. Me parece muy importante que el caso Procultura se investigue a fondo. Me parece muy importante que todo lo que ocurrió sea esclarecido. También me parece sumamente preocupante el fallo de la Corte de Antofagasta. Creo que no se le ha dado la relevancia que tiene. El fallo de la Corte de Antofagasta es muy profundo y muy grave, al igual que el caso Procultura.
No me he sentido afectado en mi candidatura, no tengo relación con el caso Procultura, no conozco a Alberto de Larraín, por lo tanto no se vinculan directamente. En los encuentros en la calle, en general, la gente nadie me habla de eso.
—¿Cómo definiría usted el caso de las licencias? ¿Qué espera que ocurra?
—El caso de las licencias es extremadamente grave y extremadamente profundo. Me causa indignación, se lo quiero transmitir así. Ayer, una mujer mayor, de unos 75 años, me saluda y venía con un hombre de unos 50 años y me dice algo que he escuchado 100 veces yo creo. ¿De dónde viene?’, “del médico’ ‘¿Cómo le fue?’ ‘No me atendieron’. Y el hombre que la acompaña me dice ‘yo soy su hijo y me pedí el día en la pega para acompañar a mi mamá al médico y no la atendieron’.
Eso… me causa una indignación tal que es del tipo de cosas que me hace desear ser Presidente. Además, me indigna porque pone un manto de duda sobre todas las personas que toman licencia, lo cual me genera rabia porque el derecho a no trabajar cuando estás enfermo es un derecho que se conquistó y yo no quiero que el que está enfermo sienta que se está dudando de él. Dos, porque es fraude. Tres, porque que haya personas que deben trabajar en el Estado y no estén ahí trabajando, hace que el Estado no funcione y cuando el Estado está a cargo de la seguridad y de la salud, un Estado eficiente es de vida o muerte. Debemos ser los progresistas los que debemos tomar la bandera de hacer que el Estado sea verdaderamente eficiente.
¿Por qué es importante? Porque cuando esa mujer no tiene dinero, el mercado no tiene ningún interés en solucionar esos problemas de salud. Es solo el Estado el que puede acudir a mejorar sus condiciones de salud. Por eso es que debemos ser los progresistas los que debemos tomar con fuerza la bandera de la eficiencia del Estado
—¿Y de paso la señora deja de creer en el Estado y se pierde la batalla cultural?
—Exactamente.