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LA CALLE

22 de Agosto de 2009

Roberto Jacob Helo vuelve a las pistas: El regreso del Mago de la Polla Gol

Ana María Sanhueza
Ana María Sanhueza
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POR AMS • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES

Tiene 87 años, dos matrimonios, dos hernias testiculares, dos infartos, semi hemiplejia a su brazo y pie izquierdo y un tumor en la próstata. Pero también ha sacado 94 veces los 13 puntos en la Polla Gol y su premio máximo ha sido 8 millones de pesos. Hoy, el hombre que fue ícono en los 70 y 80 por su buen ojo en el juego y que aún vive de las apuestas, está de vuelta en el Paseo Ahumada para llenar la cartilla que le pidan. “Mi familia cree que esto es una locura”, dice. Y tienen toda la razón.

Un titular de La Cuarta, del 6 abril de 2001, está entremedio de los cientos de recortes de prensa que Roberto Jacob Helo tiene plastificados y ordenados en forma de medialuna en el Paseo Ahumada: “Murió Mago de la Polla Gol”, dice. La gente lo lee, y pese a que supuestamente estaría muerto, se forma una larga cola para que él les juegue una cartilla de Polla Gol por si la suerte les llega como a él: 94 veces sacó los 13 puntos y otras 218, los 12. “Récord mundial”, se jacta Jacob.

Pero ojo: lo que La Cuarta anunciaba esa vez era la muerte de El Mago, el personaje, “no de Roberto Jacob Helo”, aclara el mismo el titular. “Fue un golpe publicitario”, se apura en explicar Jacob, que hoy tiene 87 años, sufre varias enfermedades y tiene 36 kilos menos. Fue la única forma que encontró de refrescar la memoria de los chilenos aprovechando que, justo ese día, la Polla cumplía 25 años.

-Yo hice que volviera la Polla Gol. Empecé a promoverla para que regresara.

Tres años más tarde, otra noticia del mismo diario pop lo daría por grave y terminal: “Desahuciado Mago de la Polla Gol, recibió la extremaunción en su lecho”, decía el diario, que ilustraba la nota con una foto suya en que aparecía moribundo en su cama junto a su esposa Carmen, 34 años más joven que él, con un hilito de sangre -del color de la témpera- chorreándole por la boca.

-¿Y ese también fue un golpe publicitario para volver?

Jacob Helo, primo del humorista Carlos Helo (Q.E.P.D.), sonríe enigmático.

-Me han dado tres veces la extremaunción y al otro día siempre amanezco mejor- dice.

Esta vez, la crónica del diario era certera: Al Mago, estrella en los 70 y 80 por achuntarle a la Polla Gol y al Pollón de Oro en la hípica, le habían dado recién la extremaunción. Para que se haga una idea, su diagnóstico era y es catastrófico: un tumor a la próstata, dos hernias testiculares, dos infartos y semi paralizados brazo y pie izquierdos. Eso, sin contar una bronconeumonia y una malaria contraída de joven en Ecuador.

Los médicos lo han desahuciado dos veces y ambas le han parecido de pésimo gusto. Una vez, una doctora de la Posta, con cero tino, le dijo “¿por qué no se va a morir a la casa, mejor?”. Y un urólogo, tras examinarlo y detectar que su tumor a la próstata es inoperable, le dijo: “mejor tírese a la piscina”.

-Le dije “¿Por qué tan grosero?”. El médico está para mejorar a la gente, para darle por lo menos un calmante, pero no para desahuciarlo ¡El único que desahucia es Dios!. Me dijo “tírese a la piscina”, como queriendo decir “mátese, no tiene remedio”. Una falta de respeto.

En cambio, su actual médico, del Hospital San Juan de Dios, lo trata como a un amigo.

-No me operó la próstata porque me dijo: “te vas a quedar en la operación”… Es que he tenido dos infartos.

¿Y le tiene miedo a la muerte?
-Nada. La espero con cariño. El ayudar a la gente es un sacerdocio del juego. Sé que me voy a morir un día 13 o un 18, porque son mis números de suerte.

LA OVEJA NEGRA

En su familia, Jacob Helo aún es considerado la oveja negra. Tres hermanos fueron médicos, tres ingenieros y otras tres profesoras. Uno de ellos, cuenta, es un multimillonario productor de maíz en México y Miguel, que murió en febrero pasado, llegó a ser un importante concesionario de automóviles.
“Pero si me pongo a pensar, yo soy el que tengo nueve ovejas negras”, dice.

En cambio, él fue actor (en los ’40 y ’50 llegó a ser galán de teatro con Arturo Moya Grau y protagonizó la película “Llampo de sangre”), recitador y mago de los juegos de azar. Y hoy, a tres años de cumplir los 90, vuelve a llenar cartillas de Polla en la calle.

-En mi familia están molestos, todos enojados conmigo, porque saben lo enfermo que estoy y dicen que para qué vuelvo a la calle. Para ellos esto es una locura “¡Estás haciendo el papel de loco! Te estai matando”, me dicen. Pero a mí me gusta ayudar a la gente.

Su familia no deja de tener razón: desde que volvió la Polla Gol, hace un año, el Mago se la pasa sentado en una banca del Paseo Ahumada los jueves y viernes de 9 de la mañana a 9 de la noche.
Apenas se para una vez en todo ese tiempo para ir al baño.

-Voy al café del frente a hacer mis necesidades y vuelvo. Y no como durante todo el día, porque no siento deseos. La gente me lleva sándwiches, churrascos o bebidas, pero no me gusta recibir nada de nadie. No sé, es un sacrificio que hago.

Esta semana, sin embargo, el Mago anuncia que no irá al Paseo Ahumada. El viernes 7 de agosto terminó agotado y medio enfermo y no alcanzó a cumplir su meta de 12 horas en la calle: la energía sólo le dio para quedarse hasta las 8 de la noche.

-Hoy mismo no me iba a levantar porque se me hinchan las hernias.

Pese a sus sufrimientos, insiste en que hace lo que quiere y que no va a dejar de llenar cartillas en la calle, donde la gente incluso le besa las manos y la cara en agradecimiento.

-Eso es lo lindo, ayudar. Porque yo no cobro, jamás he recibido dinero de nadie. No acepto que me paguen, porque yo regalo sueños, no vendo sueños. Es la posibilidad de dar un golpe de suerte que arregle los problemas.

CABALLO BUENO, REPITE

Hasta antes que volviera la Polla Gol, Roberto Jacob Helo estaba tranquilo en su casa, jugaba al Pollón de Oro y se despachaba comentarios en la Radio Portales. Pero cuando vio que su concurso favorito regresaba, de inmediato se convirtió en El Mago y regresó a la calle.

-Mi técnica es el estudio total de los jugadores, el estado de la cancha. Y si la pista está pesada, pasa lo mismo que en las carreras de caballos. Lo mío no es suerte, es estudio.

El Mago asegura que vive de los aciertos al Pollón de Oro y ahora con la Polla Gol. En total, desde 1976 hasta hoy, ha ganado distintas cifras, pero jamás se ha hecho rico porque comparte sus cartillas en la calle.

-He ganado 8 millones, 5 millones, 3 millones, 800 mil pesos y también cantidades chicas. Yo vivo al día, y me defiendo bien. Gano una cantidad suficiente para vivir. Si me hubiera quedado callado, sería multimillonario, pero nunca gano solo. Y cuando creo que una cartilla va a ganar, la doy por todos los medios de difusión posibles.

Su segunda esposa siempre ha aceptado esa forma suya de ganarse la vida. Además, así fue como lo conoció, en 1976, cuando la Polla Gol recién había nacido y ella le llevaba una cartilla para que él se la jugara. El Mago había enviudado seis años antes.

-Mi primera esposa, Marta Maluje, era reina de las playas y piscinas de Cartagena. Le dieron cinco ataques de epilepsia, y al último le falló el corazón.

Años después, cuando estaba recién casado por segunda vez, descubrió que su nueva mujer también tenía epilepsia. Pero encontró una salida “hípica” a la desgracia.

-Hay un dicho que se usa mucho en hípica: Caballo bueno, repite.

Es ella la que más sufre cuando el Mago sale a la calle en pleno invierno a adivinar la Polla Gol.

-Es porque yo he sido muy picaflor y mi señora me conoce.

Pero ya estará tranquilo…
-No crea… El que nace chicharra, muere cantando ¡Si no me veo tan viejo!… A pesar de mis años, todavía tiro mis petardos.

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