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Opinión

14 de Marzo de 2012

Felipe Ward y aborto terapeútico: “No vengo a imponer los postulados del Opus Dei al Congreso”

-¿Debiera aprobarse el aborto terapéutico? -No. Porque el aborto terapéutico es aborto igual. Tenga el apellido que tenga o el adjetivo calificativo que le pongan, igual implica terminar con la vida de una persona violentamente. -¿Quién tiene derecho a decidir sobre el vientre de una mujer ¿La mujer o el estado? -Mmm… A ver. Lo […]

Daniel Belmar
Daniel Belmar
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-¿Debiera aprobarse el aborto terapéutico?
-No. Porque el aborto terapéutico es aborto igual. Tenga el apellido que tenga o el adjetivo calificativo que le pongan, igual implica terminar con la vida de una persona violentamente.

-¿Quién tiene derecho a decidir sobre el vientre de una mujer ¿La mujer o el estado?
-Mmm… A ver. Lo que pasa es que esa pregunta está mal formulada. Porque a quien no le podemos preguntar es a la mujer o al hombre que está adentro del vientre y aún no ha nacido. Lo que estamos haciendo simplemente es entregarle esa decisión al Estado.

-¿Pero usted considera que el estado debe decidir por las personas?
-¡No! No es que yo crea que tenga que decidir el Estado por las personas, quien tiene que decidir es la persona, pero me refiero tanto a la persona que no ha nacido como a la mujer que está esperando la guagua. Y como nadie puede hablar por la persona que no ha nacido, tiene que hacerlo la ley, protegiendo su vida.

-¿Tiene “derechos humanos” alguien que ni siquiera ha nacido?
-Claro que sí. El ser humano tiene derechos desde el momento de la concepción. Nadie puede hablar por esa mujer o por ese hombre que está adentro del vientre. Pero alguien que no ha nacido, es evidente que quiere nacer. Por eso es que el Estado no puede autorizar que los maten. No queremos que se sienta que la vida de la madre vale más que la vida del hijo y eso es lo que provocaría la ley de aborto terapéutico. Los derechos humanos se deben defender siempre.

-Entonces ¿Por qué los que defienden los DDHH son los mismos que apoyan el aborto?
-Eso es algo muy curioso y se da por un doble standard. Hay gente que levanta con fervor la bandera de los derechos humanos.Hay gente que lucha por la vida de las ballenas pero que está dispuesta a matar a un ser humano. Eso es una contradicción e inconsecuencia que habría que pedirle a la izquierda que lo explicara.

-Pero entonces ¿La derecha sería la principal defensora actual de los derechos humanos?
-No, nadie puede tener el monopolio de los derechos humanos. Eso es algo que la izquierda en el mundo ha intentado tenerlo. Y a nivel comunicacional le ha resultado, pero la defensa de los derechos humanos no son patrimonio de ningún grupo en particular.

-Si una mujer se va morir en el parto ¿Sería más importante la vida del que está por nacer?
-Lo que pasa es que el aborto terapéutico no se justifica con la razón que se justificaba hace 30 años, que era elegir entre la vida de la madre y la vida del hijo. Eso médicamente ya no existe. Hoy día no se necesita una ley de aborto terapéutico para proteger a la madre que tiene algún tipo de riesgo en el caso de que se haga alguna operación a un feto. Está autorizado por los protocolos médicos utilizar medicamentos que protejan a la madre y no se requiere de una ley para eso.

-¿Pero no existe ninguna posibilidad de que la madre muera?
-No, los médicos saben que ya no existe la justificación de que hay que elegir entre la vida de la madre y el feto. Si se le pregunta a un médico que está a favor del aborto terapéutico si es que se requiere una ley para hoy día salvaguardar la vida de la madre, todos van a decir que no, porque hoy los procedimientos médicos autorizan medicamentos que eventualmente pueden poner en riesgo la vida del feto.

-¿Es una perdida de tiempo que se discuta?
-No, es algo fundamental, de suma importancia. Por eso estoy totalmente abierto al diálogo, porque creo que contribuye a reflejar lo que está pasando en la sociedad. Lo que a mi me molesta es escuchar a gente que dice “yo estoy abierto a discutir el tema” e intentan mostrarse como flexibles, pero que en realidad tienen preconcebido votar de una forma determinada sin decirlo. No hay que engañar a la gente diciendo que va a pensar que decisión tomar, si en realidad ya tiene la decisión clara. En mi caso, yo siempre voy a estar en contra de todo tipo de aborto. Pero eso no significa que yo quiera impedir el diálogo.

-Usted es el Opus Dei. El oponerse a toda forma de aborto ¿No tiene algún componente dogmático?
-No, porque el aborto es un delito y no un derecho. Así lo establece nuestra legislatura y mientras el Congreso siga teniendo mayoría pro vida, eso no va a cambiar. Yo creo que religión y política nunca tienen que mezclarse. Yo no vengo a imponer los postulados del Opus Dei al Congreso. Pero la moral y política son inseparables. Y cuando uno defiende la vida defiende principios morales, que son irrenunciables.

-¿Cree que se pueda aprobar alguna ley en el corto plazo?
-No, todas esas iniciativas se van a rechazar. Mientras se mantenga el parlamento con los mismos que estamos ahora, cualquier proyecto relacionado con el aborto se va a terminar rechazando.

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