Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Poder

12 de Marzo de 2013

Los diez mandamientos para entender el cónclave

Dos cortinas de terciopelo rojo recién instaladas le dan al balcón central de la Basílica de San Pedro en el Vaticano un aspecto teatral. Desde ese escenario, el futuro Papa realizará su primera aparición pública y pronunciará su primera bendición Urbi et Orbi. Este martes, en torno a las cuatro y media de la tarde, […]

Por

Dos cortinas de terciopelo rojo recién instaladas le dan al balcón central de la Basílica de San Pedro en el Vaticano un aspecto teatral. Desde ese escenario, el futuro Papa realizará su primera aparición pública y pronunciará su primera bendición Urbi et Orbi.

Este martes, en torno a las cuatro y media de la tarde, los 115 cardenales electores marcharán en procesión desde la Capilla Paulina hasta la Capilla Sixtina.

Después, la sala será sellada y empezará el cónclave, que literalmente significa bajo llave. A partir de ese momento, el proceso electoral quedará bajo estricto secreto.

Y para entenderlo, hace falta un seguir un “manual de instrucciones” que nos oriente en un proceso complejo y lleno de matices.

BBC Mundo le propone diez mandamientos para no errar en la comprensión de la elección del futuro Sumo Pontífice.

1) Asumirás por qué este cónclave es diferente a los demás

Por primera vez en casi 600 años se produjo una renuncia papal. Esto implica que el cónclave no estará precedido de los funerales del anterior Sumo Pontífice, sino que habrá un Papa emérito.
Benedicto XVI argumentó razones de salud y falta de “vigor físico y espiritual” para su dimisión. Sin embargo, también se ha especulado con que Ratzinger abandonó su puesto por problemas con la curia.

“Se dice que optó por una estrategia de shock que obligue a la elección de un Papa lo suficientemente fuerte como para impulsar una reforma tras los escándalos recientes”, le dice a BBC Mundo Paolo Mastrolilli, experto en temas vaticanos del diario italiano La Stampa.

Mastrolilli habla de un cónclave en que los temas de “gobierno y no los doctrinales” serán claves en la elección. En la medida que la renuncia de Benedicto XVI fue una sorpresa y a falta de un candidato claro, se especula con que el cónclave sea largo, a diferencia del anterior, que duró solo dos días.

2) Aceptarás que -si eres católico- tú mismo podrías convertirte en Papa

No hay ninguna normativa concreta al respecto. El Papa es el obispo de Roma, por tanto, cualquier católico que pueda ser ordenado obispo de Roma podría convertirse en Sumo Pontífice. No obstante, el último Papa que fue elegido sin ser cardenal fue Urbano VI, en 1378.

“De hecho es seguro que el Papa está entre los cardenales. Es una hipótesis abierta, pero el Papa está entre los cardenales”, le comenta a BBC Mundo Javier Otaduy, profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, en España.

3) Conocerás a aquellos que pueden elegir al Sumo Pontífice

Quizá una de las razones por las que el Papa suele ser elegido entre los cardenales es que éstos -en concreto aquellos que no han cumplido 80 años en el momento de la sede vacante- son los únicos con derecho a voto.

En este caso son 115 electores. De ellos, 60 son europeos, 14 de América del Norte, 19 de América Latina, 11 de África, 10 de Asia y 1 de Oceanía. El país más representado es Italia, con 28 electores.

Todos fueron nombrados por Juan Pablo II o Benedicto XVI, por lo que, en palabras de Mastrolilli, “la continuidad ideológica de la Iglesia está garantizada”.

4) Aprenderás las razones por las que el elegido cambia de nombre

Según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis -la ley que rige los cónclaves- una vez un candidato resulta elegido, debe responder a dos preguntas: “¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?”. Y, en caso de respuesta afirmativa, a: “¿Cómo quieres ser llamado?”.

La contestación de Karol Wojtyla fue Juan Pablo II, la de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI y la de Angelo Giuseppe Roncalli, Juan XXIII, por citar sólo tres ejemplos recientes de Papas que cambiaron de nombre.

Sin embargo, esto no siempre fue así. El primer Papa en cambiar de nombre fue Juan II, quien anteriormente se llamaba Mercurio, apelativo de un dios romano. Esta coincidencia le pareció improcedente y eligió un nombre más afín a su nueva función.

El último Papa que usó su nombre de bautismo como Sumo Pontífice fue Marcelo II en 1555. Desde entonces, señala Otaduy, “esto es una praxis consuetudinaria que no cambia”.

“En el fondo, el nombre va muy unido a la función. Cuando uno cambia su situación, cambia su nombre. Lo mismo ocurre con Pedro, quien se llamaba Simón. Cristo lo elige y lo llama Pedro, adaptado a su función, porque serás piedra”, sentencia.

5) Recordarás que siempre hubo papas…

“El Papa es el sucesor del obispo de Roma y en Roma siempre ha habido obispo. El que sucede a Pedro, en Roma, que es donde murió, es el que hace las veces de Pedro. Y eso siempre ha habido. La sucesión de los obispos de Roma está perfectamente establecida desde Pedro hasta Benedicto XVI”, señala Otaduy.

6) … pero no olvidarás que no siempre hubo cónclaves

No siempre hubo cónclaves. Según la fe católica, San Pedro fue designado por el mismo Jesucristo como su sucesor al frente de la Iglesia. Después, durante siglos, el Papa elegía a una persona de su confianza para sucederle.

El primer cónclave como tal -bajo llave- tuvo lugar en 1276 y en él se eligió al papa Inocencio X. Dos siglos más tarde, en 1492, se celebró la primera elección en la Capilla Sixtina, aunque este emplazamiento no fue “obligatorio” hasta que así lo disctaminó Juan Pablo II.

Hasta entonces, los cónclaves se podían celebrar en otros lugares de Roma o incluso en ciudades diferentes.

Seguir leyendo el BBC Mundo

Notas relacionadas