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Nacional

18 de Marzo de 2013

Universidades privadas con más recursos son las más beneficiadas con la Ley de Donaciones

La Ley de Donaciones, que beneficia al donante con descuento de impuestos, permitió que las universidades con más recursos y que educan a los jóvenes de sectores más acomodados, concentren la mayor cantidad de dinero, según publica esta investigación de Ciper Chile. Lo grave es que parte de estos recursos que acrecientan la desigualdad del sistema educacional los financia el Fisco. Allí también las empresas relacionadas de las universidades han encontrado un mecanismo para incrementar sus ganancias. Esta investigación de CIPER analiza las donaciones entre 2001 y 2011 que totalizan $191 mil millones, de los cuales $88 mil millones fueron a la U. de los Andes y a la Católica de Chile. Un tema clave para la Educación Superior que no ha sido debatido.

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Entre 2001 y 2011, las universidades chilenas recibieron $191 mil millones de pesos gracias a la Ley de Donaciones. Estos dineros no fueron equitativamente repartidos entre las casi 60 instituciones que existen en el país. Más de $88 mil millones (el 46 % del total), se concentraron en sólo dos planteles: la Universidad de Los Andes ($45 mil millones) y la Pontificia Universidad Católica de Chile ($43 mil millones): ambas instituciones privadas, católicas y enfocadas a la formación de jóvenes de altos ingresos. Según datos del Consejo Nacional de Educación (CNED), en 2012 el 85% de los alumnos de primer año de la U. de los Andes provino de colegios particulares pagados. En el caso de la PUC, los egresados de establecimientos particulares pagados representaron el 66,5 % del total de alumnos provenientes de la Enseñanza Media.

En las lista de las 10 instituciones que más donaciones recibieron entre 2001 y 2011, están también, pero bastante más atrás, las universidades de Chile (con $26,3 mil millones), Alberto Hurtado ($9 mil millones), Del Desarrollo ($7,3 mil millones), Técnica Federico Santa María ($6 mil millones), Adolfo Ibáñez ($5,8 mil millones), Austral ($4,4 mil millones), Andrés Bello ($4 mil millones) y Finis Terrae ($4 mil millones).

La sobre representación que tienen universidades dirigidas a educar a los jóvenes de más altos ingresos muestra que la Ley de Donaciones ha tenido la consecuencia de incrementar la desigualdad en la Educación Superior. Un aspecto preocupante de esta consecuencia es que el propio Fisco ha contribuido a financiar parte de los miles de millones que han beneficiado a estas instituciones privadas.

Para entender por qué el Fisco termina financiando a las instituciones que el donante decide,  hay que decir que sin el beneficio tributario a las donaciones, una empresa que desea regalar $200 millones a una institución universitaria, debería pagar, además, un 35% de ese dinero en impuestos, pues el Fisco consideraría la donación como un gasto no necesario para producir la renta. En la práctica, el Fisco lo vería como un retiro de utilidades. Por lo tanto, si el grupo Penta (que es uno de los cinco mayores donantes del periodo 2007-2011) quisiera regalar $200 millones a la Universidad Del Desarrollo (que es controlada por el mismo grupo Penta), eso le costaría a la empresa $270 millones ($200 millones  por la donación y $70 millones por el impuesto). En esas circunstancias, por muy noble que parezca una causa, hay un gran desincentivo para donar.

 

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