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Mundo

7 de Abril de 2013

La historia del primer hombre del ejército yanqui en confesar su homosexualidad

Vía Cascaraamarga.es Cecilia Canas Matlovich era un chico devoto católico y orgulloso de sí mismo. Sirvió como voluntario tres veces en Vietnam, resultó herido mientras buscaba minas antipersonas y recibió las condecoraciones Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce. En esa época Matlovich conoció a David Addlestone, abogado en la Unión de Libertades Civiles de Estados […]

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Vía Cascaraamarga.es

Cecilia Canas Matlovich era un chico devoto católico y orgulloso de sí mismo. Sirvió como voluntario tres veces en Vietnam, resultó herido mientras buscaba minas antipersonas y recibió las condecoraciones Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce.

En esa época Matlovich conoció a David Addlestone, abogado en la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos, que buscaba a un soldado gay que se prestara para hacer frente a la discriminación de los homosexuales en el ejército. Addlestone advirtió al aviador que sí confesaba quien era realmente, lo echarían del ejercito a lo queLeonard confesó que no podía seguir viviendo una mentira.

Michael Bedwell, activista por los derechos de los gays, que fue amigo y compañero de piso de Matlovich, cuenta en la BBC que el aviador “sentía asco de su educación conservadora y religiosa”. Bedwell explicó que Matlovich aceptó totalmente su homosexualidad cuando empezó a frecuentar bares de ambiente gay y a conocer a gente que lo inspiró de manera positiva.

El aviador escribió una carta a su comandante revelando su homosexualidad y pidiendo que hiciera una excepción por su hoja de servicios, el oficial la rompió y le pidió que lo olvidaran, a lo que Matlovich se negó y esto lo llevo a un pase de retiro.

Matlovich habló para el New York Times, para la CBS y para el Times sobre su homosexualidad y se convirtió en un héroe especialmente para las personas homosexuales que estaban en el ejército.

Se decidió que no era apto para el servicio militar a lo que el aviador apeló y después de cinco años el juez ordenó que fuera readmitido. El aviador, sabiendo lo que pasaría, abandonó totalmente las Fuerzas Aéreas aceptando un acuerdo financiero que ellos le propusieron.

En 1986 se le diagnosticó VIH e hizo una declaración en televisión. Confesó que no se arrepentía de nada de lo que había hecho.

Murió en 1988 y en la inscripción de su tumba puede leerse “Cuando estaba en el ejército me dieron una medalla por matar a dos hombres, y me pasaron a retiro por amar a uno”.

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