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Opinión

30 de Junio de 2013

Carta abierta de José Antonio Gómez a sus adherentes: “no tenemos recursos, estamos fuera de la elite, pero tenemos sueños y esperanzas”

El precandidato del Partido Radical, José Antonio Gómez, escribió una carta abierta a sus adherentes antes de llegar a Antofagasta, región por la que es senador. En la carta, Gómez habla sobre la formación cívica que obtuvo de su abuelo durante su niñez y de su madre, la escritora Cecilia Urrutia Concha. “Comparto esto con […]

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El precandidato del Partido Radical, José Antonio Gómez, escribió una carta abierta a sus adherentes antes de llegar a Antofagasta, región por la que es senador.

En la carta, Gómez habla sobre la formación cívica que obtuvo de su abuelo durante su niñez y de su madre, la escritora Cecilia Urrutia Concha.

“Comparto esto con ustedes, porque eso es el signo de lo que hemos construido entre todos, por eso nos hemos denominado los valientes” dice Gómez, quien luego desligarse de las cúpulas, dejando en claro que no está cerca de las élites.

Finaliza haciendo un llamado a fortalecer el bloque que su candidatura ha creado: “nada nos puede dispersar, tenemos que formar un gran movimiento ciudadano que nos permita mantener nuestras voces.”

CARTA A LAS Y LOS VALIENTES POR UN CHILE DIGNO.

Voy en el avión rumbo a Antofagasta para votar. Es un buen momento para reflexionar. Leía la biografía que escribió Carolina y decía que ella concluía después de conocerme que le “había ganado a la vida”.

No se sí esa es la frase correcta pero algo de verdad tiene. Cuando era un niño siempre me gustó leer, el deporte, escuchar a los mayores, leer los diarios y escuchar con mi abuela la radio, en esa época a Luis Hernández Parker, eran comentarios políticos que me hacían interesarme en lo que pasaba en mi país.

Sin duda era un ave rara en medio de otros niños que no tenían abuelos que compartían de esa manera con sus nietos.

Han pasado los años y tengo un tremendo agradecimiento de esos viejos que me formaron, en la rectitud y el honor. Siempre mi abuelo me decía que el honor distinguía a los hombres, que la verdad era el camino correcto y que no dejara de hacer lo que creía correcto así me costara lo que me costara.

Mi madre, jefa de hogar, luego de darnos desayuno, nos dejaba encima de la mesa dos pesos para la micro para ir al Colegio. Trabajaba duramente por nosotros, sus tres hijos, y dejó de lado sus propias inquietudes y sus propios desarrollos. Sin embargo era una gran lectora, inteligente y la más culta que he conocido en mi vida. Sólo cuando la vida se lo permitió pudo cumplir su sueño de escribir. Era perseverante y lo logró sola, sin ayuda, con su máquina de escribir y sus hojas, circulaba por las casas nuestras mostrando lo que hacía. Pocos le tenían fe a lo que ella hacía. Nunca se amilanó, nunca se detuvo. Logró finalmente publicar dos libros y ganar premios por ellos. Esto fue al final de su vida.

Comparto esto con ustedes, porque eso es el signo de lo que hemos construido entre todos, por eso nos hemos denominado los valientes. Contra toda la adversidad, contra todos los poderes, decidimos avanzar en un sueño, en una esperanza de hacer algo diferente en nuestro País. Algo que cambie los miles de dolores y desesperanzas que hay en la
calle.

Siempre lo supimos, nada es fácil para nosotros en la vida. No tenemos recursos, no tenemos conexiones, estamos fuera de la elite, pero tenemos sueños y esperanzas. Tenemos voluntad y pasión por lo que luchamos. Esa épica, esa voluntad y esa mística no la tiene nadie. Al lado nuestro se han agrupado miles y miles de personas que han sentido que existe convicción y que nuestro mensaje es honesto. No hemos recibido y no recibiremos aplausos de la opinología y de sus medios. Es natural, buscamos que la sociedad sea más justa y menos abusiva. Eso es ir al corazón de los que tienen el poder.

Les escribo ahora, porque pase lo que pase hemos ganado. Hemos conformado un gran equipo que surge de la convicción. Se han unido a los 300 espartanos miles que surgen desde lo virtual, valientes que han salido públicamente a opinar y por supuesto y como siempre las más valientes son las mujeres. Eso es parte de nuestra historia.

Como lo dije ganemos o perdamos ya hemos triunfado. Nada nos puede dispersar, tenemos que formar un gran movimiento ciudadano que nos permita mantener nuestras voces.

Tengo una tremenda alegría de haber recorrido las calles de Chile, ver que hay esperanzas de cambio y no podemos dejar que los mismos asuman el liderazgo de Chile. Es nuestra obligación, de todos nosotros mantener esa esperanza que encendimos. Vienen días difíciles, nuestras propuestas dieron en el corazón del modelo y no podemos ser ingenuos que esto no ha sido escuchado. La esperanza de ellos es que no ganemos y lo hagan los
que van a proponer cambios que no serán cambios. Esperan que pase lo mismo de siempre, hacer que parece que se cambia, pero todo sigue igual.

Tengo una gran esperanza de que ganaremos y que podremos construir ese país con justicia al que aspiramos. Un abrazo muy fuerte a cada una de las valientes y a cada uno de los valientes que me han acompañado en este difícil camino, a mi familia que cada cierto tiempo tiene que aceptar estar al borde del barranco, muchas veces esperando la tranquilidad del tiempo, pero saben que esto no es posible y ahí están todos, incluidas los nuevos Gómez, hijos de mis hijos.

Ha sido pedregoso pero creo que hemos logrado hacerlo con alegría y convicción. Y como dice Kramer: ¡A votar con convicción!

Un abrazo fraterno, se despide.

José Antonio Gómez.

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