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Poder

28 de Agosto de 2016

Frente Amplio: La nueva fuerza de izquierda

El fin de semana tuvieron su primer encuentro para diseñar sus lineamientos programáticos solo un día después de la Encuesta CEP y la atención mediática se les vino encima. El incipiente –y aún sin nombre oficial- “Frente Amplio de Izquierdas”, formado por las organizaciones que lideraron el movimiento estudiantil de 2011 y 2013 y hoy representadas en el Congreso por Gabriel Boric y Giorgio Jackson, golpeó la mesa del bipartidismo y anuncian, que sí participarán como alianza en las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales. Aquí los detalles, la visión y objetivos de la que pretende ser la tercera fuerza de la política chilena, en las voces de sus protagonistas.

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Todo calzó. Un día después del resultado de la encuesta CEP que dejó a los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson, entre los mejores evaluados con 37% y 36% de aprobación, el Movimiento Autonomista y Revolución Democrática (RD) se reunieron públicamente con Izquierda Libertaria (IL), Convergencia de Izquierda, el Partido Humanista (PH) y la naciente plataforma política Nueva Democracia, para empezar a diseñar los lineamientos programáticos del hasta el momento llamado “Frente Amplio”, que busca unir a la izquierda que no participa de la Nueva Mayoría.

Las ansias crecieron rápido. Con sus dos parlamentarios liderando las encuestas, el encuentro del sábado pasado en Santiago, en el Hotel Los Fundadores, se interpretó como el lanzamiento oficial de una nueva alianza. “Los resultados de la CEP son resultado de un trabajo colectivo y justamente ese trabajo colectivo es lo que estamos empezando a consolidar aquí hoy” dijo ese día Gabriel Boric, intentando bajar las ansiedades.

La encuesta marcó un hito para esta nueva fórmula de izquierda. La crisis de representatividad de los partidos alcanzó su punto más alto y Michelle Bachelet, que obtuvo 15% de aprobación, se transformó en la mandataria con peor nivel de respaldo desde el regreso de la democracia.

-La CEP refleja que una mayoría se cansó del modo en que se hace la política tradicional. Para eso es el “Frente Amplio”: convocar a todos a hacernos cargo del desafío de construir una política distinta, para pasar de un país de privilegios, a uno de derechos- afirma Giorgio Jackson, líder de RD.

Parte de las organizaciones políticas que se dieron cita, se reunieron meses antes para unir fuerzas en las elecciones municipales, donde tienen pactos y listas de concejales y alcaldes. Pero a propósito de la efervescencia política, evaluaron nuevos escenarios. Revolución Democrática, Movimiento Autonomista, Izquierda Libertaria, recientemente Izquierda Autónoma –reagrupada luego del quiebre-, y otras colectividades, se plantearon la posibilidad de unir fuerzas y pensarse a sí mismos como una tercera vía, a la izquierda de la Nueva Mayoría.

-No queremos ser una suma de siglas ni un pegoteo entre partidos y movimientos. Queremos un proyecto sólido y convergente, capaz de entregar la posibilidad de imaginar un país distinto-, explica Marcela Sandoval, secretaria general de RD.

Las discusiones internas en cada conglomerado no fueron fáciles. La disyuntiva entre seguir anclados en la lucha social o dar el salto a la lucha política, generó debate y roces, pero finalmente llegaron a acuerdo. Junto a estas organizaciones, se suman otras plataformas como Convergencia de Izquierdas, Nueva Democracia -vinculada a la Fundación Crea, cercana a la Unión Nacional Estudiantil (UNE) y a la Fundación Emerge, fundada por el exlíder sindical, Cristián Cuevas- e incluso el Partido Humanista.

“La idea no es vetar a nadie, queremos sumar a los que compartan nuestro diagnóstico y quieran cambiar el modelo”, agrega Sandoval. El golpe a la mesa del bipartidismo es oficial. El “Frente Amplio” quiere disputar elecciones parlamentarias y también, presidenciales.

LA CONFLUENCIA

Las elecciones generales del año 2013 marcaron un hito para las organizaciones que nacieron en el movimiento estudiantil. Revolución Democrática, Izquierda Autónoma y el Frente de Estudiantes Libertarios, dieron el paso: salieron de las universidades y lanzaron sus propias candidaturas.

Izquierda Autónoma, fundada el 2008 en la U. de Chile y con sus bases en la Surda -movimiento marxista y autonomista de los 90-, disputó desde el 2009 federaciones universitarias, hasta que en el 2013 decidieron ir a parlamentarias. Se la jugaron por Francisco Figueroa (Providencia-Ñuñoa), Daniela López (Valparaíso-Isla de Pascua – Juan Fernández) y Gabriel Boric (Magallanes), quien finalmente resultó electo diputado a pesar del binominal. Este año, tras meses de tensión, Izquierda Autónoma se dividió en dos. Izquierda Autónoma se quedó liderada por Andrés Fieldbaum y se conformó el Movimiento Autonomista, liderado por Gabriel Boric. Hoy ambas empiezan a trabajar y reanudar conversaciones en el marco del “Frente Amplio”.

Revolución Democrática por su parte, nace como movimiento el 2012 bajo la idea de construir un proyecto socialista y una democracia participativa en Chile. Sus bases están en diversos grupos universitarios, sin embargo, la UC es su alma mater. El 2013, lanzó la candidatura de Giorgio Jackson como diputado por Santiago Centro y ganó, gracias a un pacto por omisión con el PPD. Hoy, son la única fuerza constituida como partido político.

El camino de Izquierda Libertaria fue distinto. Está formada por la confluencia de tres grandes fuerzas: el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), la Organización Comunista libertaria (OCL), la Unidad Muralista Luchador Alberto Miranda y diversos estudiantes que pertenecían a colectivos menores. El 2013, el FEL se fragmenta, porque parte de su militancia decide apoyar la candidatura de Marcel Claude como abanderado del movimiento Todos a la Moneda. “A pesar de que hoy nos arrepentimos del candidato, en ese momento decidimos apoyar, creando una estructura que llamamos Red Libertaria. Eso generó un quiebre, porque éramos anarquistas disputando elecciones. Muchos decidieron irse”, cuenta Felipe Ramírez, secretario general.

Esta generación, a diferencia de dirigentes estudiantiles anteriores, se mantuvieron fuera de la Concertación. No siguieron el camino del G90 bajo el alero del PPD ni tampoco el de los líderes de la Revolución Pingüina. “Para mí y creo que para todos los compañeros y compañeras de mi generación, la Concertación siempre fue lo mismo que la Nueva Mayoría. Los intereses sociales que hay detrás, sus vínculos con el empresariado, su ideologismo neoliberal jamás podrán cambiarlo. Por eso nosotros nunca vamos a ser parte de eso”, afirma Andrés Fieldbaum, vocero de Izquierda Autónoma.

Las inspiraciones de este nuevo referente de izquierdas vienen de experiencias en América Latina, principalmente de Uruguay y Colombia. El Frente Amplio Uruguayo, que desde su fundación se declaró democrático, antioligárquico y antiimperialista, llevó a José Mujica a la presidencia el 2009 y mantener por años una mayoría parlamentaria. El otro referente es el Congreso de los Pueblos en Colombia, un conglomerado de izquierda que nació el 2010 y que actualmente es el mayor articulador de los movimientos sociales en ese país.

Ante las elecciones presidenciales del 2017, que hasta el momento configuran a Ricardo Lagos y Sebastián Piñera como candidatos, el “Frente Amplio”, es claro. “El binomio Lagos-Piñera es un retroceso. Esta no es una foto que nos guste para el país. No queremos contribuir al bipartidismo. Hoy tenemos un desafío grande por delante, abriendo conversaciones a distintos actores”, afirma Marcela Sandoval de RD. Y agrega, que ese llamado se puede extender a partidos que hoy sí forman parte de la coalición: “Nos interesa tensionar algunos sectores que están hoy en la Nueva Mayoría, como el partido Comunista. Sabemos que no se van a retirar en un corto plazo, pero sentimos que es un actor que debiera ser parte del “Frente Amplio””.

Aunque Cristián Cuevas suena como posible candidato en la izquierda extra Nueva Mayoría, ninguno de los líderes de estos conglomerados se la juega con nombres para las presidenciales. Para las parlamentarias confían en candidatos propios para ganar terreno en el Congreso, sin embargo, todas las candidaturas serán discutidas en encuentros generales, que se llevarán a cabo en noviembre de este año.
El camino de esta nueva izquierda recién se está forjando.

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Andrea Salazar (30), Coordinadora Nacional del Movimiento Autonomista
“Ya no queremos vivir nuestra vida capitalista”

“Debemos dejar el peticionismo al Estado. Debemos pasar a la crítica y ser una alternativa política. Dejar la marginalidad y apelar a todos que sufren y padecen el malestar del neoliberalismo. Por ejemplo, sobre las marchas No+AFP, no tenemos que pedirle a aquellos que nos han representado, que resuelvan el tema de las pensiones. Nosotros debemos levantar propuestas para la conducción del país y no quedarnos con las posibles soluciones, como lo son un sistema de reparto o mejorar el pilar solidario.

Para nosotros el ciclo electoral es una forma de poner el pie, para que no nos cierren la puerta en la cara. Frente a esta ventana de oportunidad, tuvimos la discusión eterna de la izquierda, del huevo o la gallina: si constituir luchas sociales o tomar lucha política. Concluimos que la lucha política es ir dinamizando actores sociales en lugares donde no hay constitución todavía. Queremos constituirnos como una fuerza de disputa a nivel estatal, pero no nos podemos olvidar de la organización social para ir construyendo esta alternativa.

Para llegar a esa lucha electoral, debemos prepararnos. Obviamente necesitamos líderes, nombres. Hay muchos factores que dificultan nuevos liderazgos. Por eso el movimiento Autonomista quiere levantar nuevas voces y haremos un Congreso abierto a fin de año, para pensar líderes y concretizar el programa. Debemos construir desde el movimiento político. Formar organizaciones laxas para que cualquiera pueda participar según sus capacidades. Así lograremos expresar fuerte y claro que ya no queremos vivir nuestra vida capitalista”.

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Andrés Fieldbaum (29), Vocero de Izquierda Autónoma
“Una nueva educación, no implica un Chile nuevo”

“Estamos saliendo de un proceso interno y por eso, estamos renovando conversaciones. Compartimos la creación de un “Frente Amplio”, como proyecto de izquierda a largo plazo para poder llegar a la gente más allá de los movilizados y la universidad. Muchas veces hemos dicho que el conflicto político más relevante del país es la reforma educacional, pero sabemos que una nueva educación, no implica un Chile nuevo.

El rol de la Concertación en el desarme del mundo social, popular y de izquierda fue brutal. Cooptó dirigencias sociales, estudiantiles, de trabajadores, arrasó todo a su paso. Si uno no es capaz de plantearse como una fuerza que se enfrente a la Concertación, es permitirle que se rearmen y tomen esos espacios de conducción, en vez de que nosotros conduzcamos nuevas formas, autónomas y propias de ver el mundo expresado en las luchas sociales, culturales y políticas. Especialmente ahora con la figura de Ricardo Lagos, que a diferencia de Bachelet, tiene la capacidad de unir a la vieja guardia. No vamos a quedarnos sentados, hay que tomar iniciativa escogiendo bien las batallas que vamos a dar, porque cada triunfo que tengamos finalmente nos fortalece a todos nosotros.

Creemos que hay tres características claves para enfrentar el próximo año: autonomía política completa de la Concertación y del empresariado, conquistar una bancada parlamentaria –de 8 o 10 diputados- que provengan de los movimientos y ser capaces de definir ejes principales sobre los conflictos por derechos sociales universales que han demostrado ser el tremendo tejado de vidrio de la coalición”.

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Marcela Sandoval (42), Secretaria General Revolución Democrática
“Necesitamos una bancada fuerte para disputarle poder al duopolio”

“Tenemos una ventaja con la Nueva Mayoría: no cargamos con promesas incumplidas. Pero también es un desafío mayor, porque debemos ser capaces de ofrecer gobernabilidad, una opción que no sea marginal y transformar el modelo de desarrollo. Buscamos la participación igualitaria de mujeres y hombres, tema que la izquierda no ha hecho parte de sus prácticas. Lo mismo pasa con la seguridad social, los modelos de producción, el desarrollo sustentable. Estas luchas son una parte del objetivo político y por eso necesitamos una bancada fuerte para ir a disputar poder frente al duopolio.

Como fuerzas sociales emergentes, tenemos que instalar esos mensajes no solo a nivel de discurso, si no también de práctica. No podemos ser soberbios y decir que esto es a corto plazo, porque si pensamos un proyecto de transformaciones, debemos idear una estrategia que nos permita ir a disputar el poder a largo plazo.

Tenemos que evitar caer como izquierda, en divisiones por diferencias mínimas (estratégicas o coyunturales), porque eso lleva a marginalización. No podemos tener cinco listas de izquierda compitiendo con las dos coaliciones. Vamos a apostar a un proyecto de unidad más grande, que tenga como frente no caer en los vicios de la Nueva Mayoría como tomar las decisiones en la cocina y entre cúpulas de poder. Nosotros queremos aumentar los canales de participación, promover nuevos liderazgos, generar una dirigencia coherente con los estándares que queremos alcanzar”.

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Felipe Ramírez (27), Secretario de Izquierda Libertaria
“El protagonismo tiene que residir en las masas”

“No queremos ser como la Nueva Mayoría, una alianza por la desesperación de mantener el poder. La historia demuestra que los proyectos que se basan solamente en la utilización de la estructura estatal, no dan el ancho para dar las transformaciones que el socialismo implica. Un socialismo con un modelo productivo sustentable, que incorpore el feminismo y las demandas de la disidencia sexual, entre otras cosas.

El partido es una herramienta, el protagonismo tiene que residir en las masas. Para nosotros el sujeto es la clase trabajadora, no entendido como la clase obrera industrial, si no como el conjunto de los asalariados que hoy son la mayoría de la población de Chile. Si integramos a los independientes y a las mujeres que tienen trabajo doméstico no remunerado, ese porcentaje es gigantesco. Ellos venden su fuerza de trabajo, reciben sueldos miserables, pensiones indignas, y tienen condiciones de precariedad laboral que les impiden cotizar 30 años para tener una pensión a lo José Piñera.

Este ciclo electoral tiene varios objetivos: sentar las bases de una alternativa política respecto al bloque en el poder, visibilizarnos como alternativa, ganar experiencia, ser responsable y por último, construir un programa en conjunto superando el sectarismo y desconfianzas naturales que han tenido que disputar los movimientos sociales”.

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