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Nacional

14 de Agosto de 2018

Columna de El Tío Mamo: Las 90 horas más oscuras de Mauricio Rojas

“Hay tres cosas que toda persona debería hacer durante su vida: Tener un hijo, escribir un libro y renunciar a un ministerio”. Proverbio Chileno-Sueco. Escribo esta columna a solo horas de que se hizo efectiva la renuncia de Mauricio Rojas (por Dios que apellido más desagradable), y en su lugar ha asumido Consuelo Valdés Chadwick, […]

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“Hay tres cosas que toda persona debería hacer durante su vida: Tener un hijo, escribir un libro y renunciar a un ministerio”.

Proverbio Chileno-Sueco.

Escribo esta columna a solo horas de que se hizo efectiva la renuncia de Mauricio Rojas (por Dios que apellido más desagradable), y en su lugar ha asumido Consuelo Valdés Chadwick, cuyo alcance de apellido, entiendo, es mera coincidencia con el del estilizado ministro del interior (como es hombre no hay multa por el piropo. Guichipirichi alcalde Lavín).

A decir verdad, la elección de un familiar en cargos de poder no me llama demasiado la atención. En mis tiempos mozos el apellido Chadwick solía ser bastante común. Recuerdo que en el colegio municipal donde estudié los Chadwick eran tan comunes como los González, los Pérez o los Gutiérrez. Incluso recuerdo que en los últimos cuatro años de liceo la vicepresidenta de curso fue la Andrea Chadwick (maceteada y amorosa), el secretario era el Cecilio Pérez Chadwick (un tipo no muy agraciado y que hoy está a cargo de la seguridad de los juegos de Fantasilandia) y el tesorero era un cabro de apellido Jadue, quien de un día para otro se fue a vivir a Miami junto su familia.

Lo recuerdo perfecto porque no tuvimos gira de estudios.

Dispénseme el lapsus, pero es que los lazos que se forman en el colegio son fuertes, sino pregúntenle a los ministros que componen el actual gabinete.

Mauricio Rojas, ex ministro, ex escritor de discursos para el presidente, ex izquierdoso, ex escritor de libros (pésimos todos) asegura haber sido inscrito en el MIR (Montoneros Izquierdosos y Rufianes), pero no nos precipitemos a apedrearlo por ello: yo mismo una vez firmé para liberar a las ballenas, y meses después aparecí inscrito en el Partido Humanista (cosa que me valió una fuerte reprimenda por parte de Augusto José Ramón). Otros aparecieron como miembros del partido de MEO, a quien una vez me lo encontré saliendo de la oficina de un amigo en común. Pero esa es otra historia que les contaré en una próxima columna (Lerou lerou).

Al zurderío que rechaza la supuesta militancia de Rojas en sus filas quiero decirles lo siguiente: Primero, que estuve revisando mis apuntes y no lo tengo anotado; y segundo, que aunque no fuera así es hasta el momento, el hombre que más daño le ha hecho a Piñera en estos 6 meses de gobierno, ergo, deberían ser más agradecidos, tropa de zánganos.

Sobre la génesis de toda esta trifulca, eso de que este famoso “Museo de la Memoria” carece de contexto, la verdad es que prefiero no ahondar en ese tema. Básicamente porque la Fundación Pinochet me ha pedido que omita detalles al respecto, sobre todo esa parte en la que el tío Agustín (así le dicen los tuiteros a los millonarios que los maltratan) se reúne con Henry Kissinger a planificar el Golpe Militar.

Para finalizar quiero contarles que estoy trabajando en una solución integral para transformar a Chile en un país del primer mundo, y que para desarrollarla he reunido a intelectuales de todo el espectro político: José Antonio Kast, Axel Kaiser, Fernando “mani larga” Villegas, Alberto Mayol y Pepe Auth , este nuevo “think tank” lleva por nombre “Chilacago me Boys”.

Busqué a gente de la Democracia Cristiana pero parece que ya no existen. Y si bien no puedo ahondar en muchos detalles por ahora, sólo les diré que uno de los ítems consiste en delegar (no importando quien esté en el poder) la elección del ministro de cultura a la izquierda (básicamente porque no nos importa y siempre va a ser un cacho), y la del ministro de Hacienda a la derecha, que es lo que realmente le importa a los jefes.

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