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Opinión

9 de Octubre de 2008

“Los empresarios chilenos son tacaños”

Joaquín Riveros
Joaquín Riveros
Por

Leonardo Farkas casi candidato.

Le han dicho de todo, desde que es el empresario más rajado de Chile, hasta que es un candidato populista que no teme sacar billetes de 10 lucas para convencer a la gente. Como sea, Leonardo Farkas ha empezado a hacer un ruidito algo molesto en el ambiente político al punto que varios lo han llamado para convencerlo de lo malo que sería para su buena vida presentarse. ¿Va en serio? ¿Le salió la competencia a Piñera? Farkas sólo se ríe y contesta con una carambola. “En esta vida lo único seguro son los taxes (impuestos) y la muerte”, dice muy gringo.

Por Joaquín Riveros • foto: Alejandro Olivares

Leonardo Farkas Kleinn dice que no quiere ser presidente, pero se deja querer. Una hora antes de esta entrevista, se reunió en un Starbucks de Las Condes con los promotores de su candidatura en Facebook, varios sitios que en total ya suman 10 mil adherentes y cuya insignia principal es una foto suya con una banda tricolor cruzada en el pecho.

“Me dijeron que había 10 mil personas que me apoyaban y que según datos que manejaban estoy segundo, detrás de Piñera y sobre Bachelet, Lagos y los otros”, explica.

¿La candidatura te la plantearon en términos serios?
-Sí, pero les dije que esto no es de un día para otro. Soy perfeccionista y cuando me enfoco en algo, lo hago de lleno. Una cosa así tengo que estudiarla. Nunca me ha gustado la política y de chico quería ser Jimmy Connors pero no presidente. Me dijeron que el 40% de los chilenos no votaba y yo les planteé que si tenía que escoger entre dos candidatos malos, yo tampoco votaría.

¿Hubo reacciones sobre tu postulación en facebook?
-Me han llamado políticos, senadores y diputados, para decirme “oye, Leonardo, dedícate a empresario, no te vayas a meter en política porque es asquerosa”.

¿De dónde te llamaron?
-De ambos lados. Me dijeron: “eres un buen empresario y si te metes en política vas a tener enemigos, sigue como eres”. Les dije que no me estaba candidateando a nada y que no era una iniciativa mía. Incluso hace poco, en un vuelo, la gente se me acercaba y me decía: “yo voto por ti, Leonardo”. En el avión iba Foxley y se me acercó y me dijo que tuviera cuidado con la política. “No, ¿yo presidente? De mi casa, nada más”, le dije.

Suenan a advertencia los llamados.
-Puede ser… Varios me dijeron, cuidado porque te quieren pero cuando dices acepto, ahí ya no te quieren; me decían que la política no era para un gallo al que le gusta la buena vida como yo y que si lo hacía, iba a haber gente revisando hasta lo que comía.

Dicen que eres el único que puede hablar de tú a tú con Piñera…
-Gracias a Dios no le debo un peso a nadie, ni a un banco. Todo lo que he ganado ha sido con mis manos, no tengo que chuparle las patas a nadie, ni a la Presidenta. Entonces claro, puedo hablar de tú a tú con cualquiera. Pero soy respetuoso con todo el mundo.

¿Qué respuesta le diste a los que te postulan?
-Igual les prometí que lo iba a pensar por lo menos hasta después del año nuevo, porque una cosa así implica dejar todos mis otros proyectos y lo más importante, no quiero perder mi vida familiar. Pero uno nunca sabe. Lo único seguro en esta vida son los taxes (impuestos) y la muerte.

DISCRIMINADO

En chile está mal pelado el chancho…
-¿Que quiere decir eso?

Mal repartido.
-En Chile y en el mundo entero. No es sólo política de gobierno sino de los privados. Porque no hay leyes que obliguen a eso. Por ejemplo, la ley de donaciones. Acá sólo puedes dar hasta un 2% de tus utilidades, cuando hay empresas multinacionales que ganan 10 billones de dólares. En EE.UU. puedes dar el 50% si quieres. ¿Por qué las leyes están hechas para ayudar a los ricos, my friend? Cuando salió el royalty, fui el primero en estar de acuerdo y todos me miraron como un loco. Por último yo soy chileno, ¡pero estos son gringos que vienen y sacan el cobre! Si acá todos tienen buenos abogados para pagar menos impuestos.

¿Al empresario chileno le preocupa la cosa social?
-No, para nada. Son tacaños, avaros, les gusta para ellos y no para el resto. No todos, claro, pero la mayoría. Siempre se preocupan del centavo, de cuánto puede ahorrar al darle zapatos al trabajador. Yo soy un poco más macro, me interesa el “big picture”. Hago fiestas cada 5 barcos que llegan al norte, con bar abierto y medio kilo de carne para cada uno. Y dos o tres veces al año en las minas. No lo hago para ser famoso, sino para tener contenta a la gente. En esas fiestas bailo con ellos. ¿Crees que otros empresarios lo hacen? No, porque dicen que son rotos, que qué dirán los clientes. En mi empresa todos son importantes. Los pobres en Chile tienen mucha más conciencia social que los ricos. Si vas a un bar a un pueblo del norte y pides algo, te invitan a una cerveza.

¿Cuál es la principal virtud y el mayor defecto del empresario chileno?
-La verdad, no me veo mucho con empresarios chilenos porque son muy enchaquetados. ¿Cómo se dice cuando tú tienes la piel morena, prejuici…?

Prejuiciosos…
-Eso, muy prejuiciosos, creen que porque tengo el pelo largo soy tal cosa, que soy loco. Además, son muy aburridos. Para pasarlo bien, prefiero salir solo con mi señora. En la cosa social empresarial uno se aburre de la pura lata… Todos te pelan, no veo sinceridad. El empresario chileno tiene un buen auto, pero no lo usa, sale en uno más rotoso, para que no le pidan ayuda.

Pero salir en un Rolls-Royce Phantom es ostentación…
-Ese es el punto. Si tengo un reloj de diamantes y soy avaro y no ayudo a nadie y le pago mal a mis trabajadores, entonces bien que me pelen. Pero si le pago bien a mis trabajadores, ayudo, y me puedo dar un gusto, ¿qué problema? Esa es la diferencia.

¿Te han segregado en el mundo empresarial chileno?
-Sí, ellos son muy clasistas. Dicen un pelo largo, judío, hijo de inmigrantes no va conmigo. Acá pesa mucho el apellido y la clase. Cuando me invitaron para la comida de la minería, me pusieron en la última mesa, al lado del baño. Fueron los mozos, que saben que soy propinero, los que me llevaron a las mesas importantes, donde estaba la Presidenta. En un club de golf me pidieron que me cortara el pelo y en otro, donde me aceptaron, me dijeron que por tener todos mis hijos rubios me iban a dar seis meses gratis porque querían subir el pelo a los clientes… Mi señora, que no habla español, me preguntó qué tenía que ver el pelo con la clase.

CRISIS Y CHOCOPANDA

¿Cómo va a impactar la crisis a Chile?
-Gracias a Dios creo que cuando llegue a Chile no será como en otros países porque tenemos mucha plata por el precio del cobre y recursos naturales: exportamos más salmones que Noruega, tenemos la fruta, el vino, etc. Aunque creo que esa plata se pudo gastar en infraestructura, en pobreza, colegios, hospitales. No quiero criticar, pero por lo que he visto y hecho en tres años, creo que se pudieron hacer muchas más cosas.

¿Te afectó la crisis?
-Sí, tenía 3 proyectos de US$200 millones en el norte conversados con empresas para asociarme. Pero con la crisis no tuvieron liquidez para una nueva inversión en Chile.

¿Y en patrimonio?
-Tengo muy poco en acciones, un 8 o 9% nada más. El riesgo lo tomo en el negocio, compro minas nuevas, etc.

¿Qué opinas que los fondos de jubilación de los chilenos hayan entrado al sistema financiero?
-No creo que esté bien que se especule con los fondos de jubilación de la gente. Claro, depende de cuánto tiene cada uno. Yo tengo más plata de la que necesito, y prefiero poco interés, y si alguien tiene poca plata va a querer arriesgar más, pero no estoy de acuerdo. Si fuera tan fácil ganar plata, todos lo harían. Siempre que traté con bolsas de valores perdí. Siempre que fui al casino, perdí. Y aprendí: si voy al casino juego Black Jack para entretenerme, no para ganar plata. Lo mismo ocurre con esto. No estoy de acuerdo con que se juegue con la plata de otros.

¿Sabes cómo le dicen a tu corte de pelo en Chile?
-No. ¿Cómo?

Corte choco pandero…
-¿Sí, por qué, qué es eso?

El corte de pelo de los heladeros que vendían choco panda a 100…
-Ah, una colita, no lo sabía. Yo mismo me corto el pelo, porque siempre me gustó largo, porque no cambio. Uso el mismo perfume hace 15 años; me gusta usar corbata. Cada uno con lo suyo.

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