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Mundo

24 de Julio de 2009

Milicos hondureños se lavan las manos si le pasa algo

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Ayer, arriba de un jeep, Mel Zelaya recorrió los 181 kilómetros que separan Managua, capital de Nicaragua, de la frontera con Honduras, para el peligroso retorno a Tergucigalpa a recuperar su cargo. La cosa se ve color de hormiga, sobre todo luego de que las fuerzas armadas hondureñas advirtieran que no se responsabilizan por la seguridad del depuesto presidente, quien dijo que el máximo jefe militar, el general Romeo Vásquez, sería el culpable si fuese asesinado a su regreso al país.
“No podemos responsabilizarnos por la seguridad de personas que, por fomentar la violencia generalizada en el país, están sujetos a ser atacados, inclusive por sus mismos partidarios, con el exclusivo propósito de constituirlos en mártires”, señaló un comunicado del Ministerio de Defensa, del que dependen las Fuerzas Armadas.
Aunque el comunicado no menciona a Zelaya, el portavoz de las Fuerzas Armadas, el coronel Ramiro Archaga, confirmó que fue emitido “a raíz de las acusaciones de él” contra el general Vásquez, jefe del Estado Mayor Conjunto de la institución.
El comunicado oficial fue emitido, según el texto, “ante declaraciones personales, en las cuales se pretende atribuir responsabilidades futuras a las Fuerzas Armadas y sus miembros por la posible lesión a la integridad física de determinadas personas”.
“Esta institución y sus miembros son respetuosos de los derechos y las garantías individuales de los ciudadanos en general, lo cual ha quedado plenamente demostrado en el curso de los actuales acontecimientos”, añadió.
Indicó que “oficiales, tropa y personal auxiliar han sido capacitados en todos los niveles en la observancia de los derechos humanos, por lo cual su actuar siempre ha sido en función de dichos principios”.
Las instalaciones militares “están abiertas” para que las autoridades y organismos de derechos humanos verifiquen “el cumplimiento de la misión constitucional y el respeto a la vida e integridad física de las personas”, apuntó el comunicado, emitido poco antes de que
Más temprano, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, anunció su regreso a Honduras acompañado del ex guerrillero sandinista Edén Pastora, el canciller venezolano Nicolás Maduro y la ex canciller de su país Patricia Rodas.
Zelaya dijo que hoy por la noche permanecerá en la ciudad de Estelí, y sin revelar mayores detalles agregó que mañana temprano o en el resto del día se trasladará a su país por alguno de los puestos fronterizos.
Los pasos fronterizos más cercanos entre Estelí y Honduras son Las Manos y El Espino, en los departamentos de Nueva Segovia y Madriz, respectivamente.
El depuesto mandatario quien espera reunirse con su familia, hizo un llamado a las Fuerzas Armadas de su país ha deponer las armas y a evitar cualquier conflicto.
Durante la conferencia de prensa, realizada en la embajada hondureña en Managua, Zelaya dijo que espera que la cúpula militar recuerde que él es el Presidente constitucional de Honduras y que no levante los fusiles en su contra.
Al respecto, Pastora reiteró que acompañara a Zelaya hasta donde se lo permitan.
Extraoficialmente se conoció que Zelaya y sus acompañantes pernoctarán en la casa del alcalde de Estelí, Francisco Valenzuela, del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Zelaya acusó desde ya a la justicia del gobierno de Micheletti de fraguar delitos en su contra, sin embargo aseguró estar dispuesto a enfrentarla.
De igual manera hizo un llamado a la comunidad internacional para que aumente la presión sobre el gobierno de facto, para que éste cumpla con las resoluciones emitidas por la OEA.

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