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Poder

25 de Agosto de 2009

Piñera, un político como los de antes: La vieja tradición del cohecho

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“En marzo de 2010 otorgaremos el “Bono Marzo”, de $40 mil pesos por cada carga familiar, que favorecerá a más de 4 millones de personas y tendrá un costo cercano a los 290 millones de dólares”. Sebastián Piñera, 2009.

“El gobierno cometió un cohecho legislativo, porque ofreció dinero a cambio de un voto. Ayer René Cortázar prometía y otorgaba cualquier subsidio “. Julio Dittborn, 2008.


“En Chillán pasearon una ternera asada en carretón con dos barriles de mosto y música convidando al pueblo”. El Independiente, Santiago, 25 de Septiembre de 1876.

“Electores que se venden a uno i a otro, i a cuantos encuentran dispuestos a comprarles su voto, sin que al fin de cuentas se sepa con seguridad por qué partido han votado”. Juan Bautista González, 1900.

”Según un profesor de derecho constitucional, el cohecho era un justo correctivo del peligroso sufragio universal. ¿Cómo iba a tener el mismo valor el voto de un “roto” que el de un aristócrata?”. Rafael Gumucio Rivas, 2007.

“Yo creo que en Chile apenas existe una sombra de derecho electoral. Aquí no hay diversos partidos, grupos u hombres que se disputen con armas iguales y en un terreno común las opiniones y los votos del pueblo”. Enrique Mac Iver, 1888.

“Toda la democracia chilena se fundamenta en el cohecho”. Juan Bautista Rossetti, 1946.

“Se reunía a los votantes en las secretarías de los partidos el día de la elección o bien en algún lugar determinado (fundo) y se les entregaba un sobre con el voto listo (“sobre brujo”). Luego eran llevados a sufragar. El elector entraba a la cámara secreta retiraba un voto y lo escondía junto con el sobre recibido en la mesa de votación. Acto seguido depositaba el voto entregado por el partido y se retiraba para recibir su “premio”. Otras maneras de cometer fraude era la elaboración de votos del candidato opositor con errores, para que de esta manera fueran declarados nulos. Otra manera era realizar “encerronas” (comida, trago y mujeres) de votantes proclives al candidato opositor para que de esta manera no sufragaran”. Nazer & Rosemblit, 2000.

“Sin reserva mental alguna, el clero practicó en gran escala la intervención electoral, el cohecho, el asalto a las mesas receptoras, la falsificación de actas de escrutinios, la presión moral. Favorecido todo ello, con el prestigio del hábito”. El periodo parlamentario, Julio Heize González, 1974.

“Manipulaban un voto cautivo de hombres pobres, los que —por implicación— hubieran votado de otro modo si no fuera por las circunstancias apremiantes en que se encontraban. (…) A pesar de que en cada elección era vox populi cuánto pagaban por los votos las candidaturas tales o cuales (salvo las del Partido Demócrata que no tenía los fondos necesarios), no cuesta mucho encontrar comentarios contemporáneos que indican que quienes más pagaban no siempre ganaban”. Juan Samuel Valenzuela, 1998.

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