Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

10 de Octubre de 2009

Juan Carlos Eichholz, abogado legionario: El regalón de Piñera en Tolerancia Cero

Jorge Rojas
Jorge Rojas
Por

Por Jorge Rojas y Claudio Pizarro • FOTOS: ALEJANDRO OLIVARES

Juan Carlos Eichholz está en todos lados. Fue jefe de gabinete de Sebastián Piñera en el Senado, miembro del consejo editorial de El Mercurio, fundador de Independientes en Red, de la organización “pro vida” Chile Unido y hoy panelista de Tolerancia Cero. Un nombre que en la Alianza causa resquemor y que amenaza con formar una nueva camada de dirigentes que reemplacen a los que perdieron todas las elecciones de la transición. Es, dicen, el tipo de gente con que Piñera quiere llenar La Moneda. Y ojo, que es legionario y no viene solo.
_____________

El lunes 5 de enero de 2009 Juan Carlos Eichholz recibió un llamado de Sebastián Piñera. Era temprano y el candidato presidencial de la Coalición por el Cambio estaba molesto por la columna que Eichholz había publicado ese mismo día en El Mercurio. El texto se titulaba “El desafío de Piñera” y en ella el columnista emplazaba al candidato a jugar en otra cancha para poder ganar las elecciones. Decía que el electorado tenía desconfianza de la derecha clásica y que Piñera no sólo debía representar la alternancia del poder, sino que encarnar una nueva forma de hacer política: más emocional que racional, más por la participación ciudadana que por las decisiones cupulares y más por escuchar que por hablar. Juan Carlos Eichholz terminaba preguntándose si el empresario estaba dispuesto a jugar en esta nueva cancha y si era capaz de hacerlo. Pero estas dos interrogantes expuestas públicamente enojaron a Piñera.

-Recibí un llamado de Sebastián sacándome la cresta, diciéndome que por qué tenía que decir cuestiones así… que le estaba pegando por dentro. Pero le dije que eso era lo que opinaba, que no era incondicional de nadie y que lo que había dicho eran las cosas que él tenía que cambiar. No fue una conversación tensa, pero sí fue directa y sin rodeos. Él sintió que si de alguna manera yo estaba dentro del sector debía remar para el mismo lado y no decir otras cosas –recuerda Juan Carlos Eichholz.

La relación entre ambos es definida por el mismo Eichholz como de amor y de odio. Se conocieron en octubre de 1992, cuando por ese tiempo Eichholz era un abogado recién egresado de Derecho de la Universidad Católica y Piñera vivía sus días más duros luego del caso Piñeragate.

-Llegué a trabajar con Piñera porque me llamó Alfonso Sweet que era su jefe de gabinete y me dijo que me integrara al equipo como asesor legislativo. Entré por ese contacto, pero Sebastián Piñera siempre llama a las universidades para preguntar por los mejores estudiantes de las generaciones que egresan, para que formen parte de sus equipos financieros y políticos, porque lo que él busca es gente inteligente y joven –cuenta Eichholz.

En ese puesto estuvo hasta 1995, fecha en la que partió a Estados Unidos a hacer un master en políticas públicas en la Universidad de Harvard, donde tomó un curso que cambió radicalmente su percepción del quehacer político.

EL GURÚ

Fue en Washington donde Juan Carlos Eichholz, recomendado por Claudio Orrego (DC), actual alcalde de Peñalolén, tomó el curso de liderazgo del profesor Ronald Heifetz, en la escuela de gobierno de Harvard. Desde entonces, el académico estadounidense se ha transformado en una especie de gurú, tanto que según cuenta el mismo Eichholz, “el 70% de la gente que pasa por esa escuela toma el curso”.

-Juan Carlos se cree el modelo a pie junto, es casi una filosofía de vida -asegura Cristóbal Bellolio, profesor del Centro de Liderazgo Estratégico de la Universidad Adolfo Ibáñez.

También otros chilenos tomaron el curso en Washington como la periodista Consuelo Saavedra, el actual Ministro de Hacienda, Andrés Velasco, y los abogados Andrés Bernasconi y Jaime Vargas.

-Lo admito, soy parte de la secta. Conozco bien los ritos y domino el lenguaje de los iniciados. Sé lo que significa “subir al balcón”, “orquestar un conflicto” y “escuchar la música detrás de las palabras”- comentó una extasiada Consuelo Saavedra, en una columna, a propósito de la visita a Chile de Heifitz.

La filosofía, sin embargo, no parece algo de otro mundo.

-Se basa en que el líder, desde el punto de vista de la posición del gerente general no existe, es paja, lo que existe son ejercicios de liderazgos que movilizan a personas – cuenta Bellolio.

Igual que en tiempos de los Chicago Boys, el modelo del profesor Heifitz encontró sus epígonos en Chile. Es precisamente esta doctrina la que Eichholz intentó replicar cuando regresó al país. Contactos no le faltaron. Tampoco ambición política.

De inmediato se puso a hacer clases de liderazgo en la Universidad Católica. El curso fue un éxito y en menos de dos años llegó a tener 80 alumnos. Pese al interés de los estudiantes, él no estaba satisfecho.

-Uno puede hacer muy buenos papers pero después quedan archivados y lo que a mí me motivaba era combinar la acción con la reflexión por eso me vine a la universidad Adolfo Ibáñez a montar el centro de Liderazgo Estratégico en el año 2004 -cuenta.

El principal mecenas del proyecto fue Pedro Ibáñez, dueño de Corpora Tres Montes y miembro del directorio de la misma universidad. Rápidamente los cursos de liderazgo se apoderaron de la malla curricular de todas las carreras, casi como una marca de fábrica, y los talleres y consultorías a empresas se multiplicaron. Copec, Angloamerican, CMPC, Codelco, Procter & Gamble y DyS son algunas de las 50 empresas que el Centro de Liderazgo ha asesorado durante estos años.

Pero no sólo en el mundo empresarial Eichholz extendió sus redes. También lo hizo en la política. Luego de la derrota de Joaquín Lavín en las presidenciales del 2000, fundó junto a Cristina Bitar y Axel Christensen el movimiento Independientes en Red, intentando canalizar un segmento de votantes que no comulgaban con la rigidez de los partidos tradicionales. El networking implementado por Eichholz funcionó a la perfección y logró reunir a cerca de tres mil adherentes, en su mayoría jóvenes sub 35, vinculados a diversos ámbitos del quehacer nacional. La consolidación del movimiento le abrió otras puertas. Poco tiempo después ingresó al consejo de redacción de El Mercurio y participó activamente en la elaboración del listado de los 100 líderes jóvenes que aparecen publicados cada año en la revista El Sábado.

-Juan Carlos lo mejor que sabe hacer es el reclutamiento y el trabajo de redes, conoce todas las manos, sabe perfectamente quiénes la llevan, se maneja en ese ámbito -asegura Cristóbal Bellolio.

Las suspicacias en torno al conglomerado no escasearon. Muchos pensaron que se trataba de una plataforma oculta del lavinismo o una especie de Think Thank estilo Expansiva pero de centro derecha. Para Bellolio, sin embargo, quien también milita en la agrupación, se trató más bien de hambre política y ganas de desmarcarse de la derecha tradicional.

-Ellos estaban haciendo valer el derecho de su generación, que no carga con las heridas de la dictadura, de meterse en la cuestión política porque siente que su vida útil está empezando -cuenta Bellolio.

Pero, como suele suceder en política, la hora de las definiciones no tardó en llegar. Cuando las encuestas señalaron a Piñera como una seria carta en la carrera presidencial Eichholz intentó que Independientes en Red se alineara con él. El grupo se negó categóricamente. Algunos, incluso, se fueron con Marco Enríquez-Ominami. Pero había algo más de fondo. El grupo de jóvenes representaba, afirma Bellolio, “ una derecha más chascona dispuesta no sólo a influir sino a instalar temas más “chúcaros” como un discurso duro sobre la renovación, una propuesta de inscripción automática y voto voluntario desde los 16 años”. Temas que para el fundador del movimiento no pasaron inadvertidos. Había algo que hacía clic entre esos dos mundos: la militancia legionaria de Eichholz.

MACIEL

En el año 1987, tras una ruptura amorosa, Juan Carlos Eichholz ingresó a los Legionarios de Cristo. Tenía 19 años y las ansias de reconquistar a su polola, militante activa de la congregación, lo llevaron a pedir consejos a un sacerdote que la conocía. La estrategia no prosperó, pero Eichholz ganó a cambio una fe inquebrantable. De ahí en adelante se esforzó por canalizar eso. Se acercó al sacerdote John O’Really y, una vez que ingresó a estudiar derecho en la Universidad Católica, participó en la formación de Gente Nueva, una organización que se define como apolítica y arreligiosa, pero cuya finalidad es promocionar los valores de Legión de Cristo. “Esa era la bandera que enarbolábamos”, recuerda.

Es por esto que hasta el día de hoy se considera a Eichholz como uno de los responsables directos de la expansión en Chile del Regnum Christi, el ala laica de los legionarios.

Hermógenes Pérez de Arce, el ex columnista de El Mercurio, recuerda que durante este período Eichholz lo invitaba a hablar de “temas de actualidad ante la juventud secundaria y universitaria de clase alta”. Pero las invitaciones, asegura, no se prolongaron. “Una vez coincidí como orador con Sebastián Piñera y no se renovó más la invitación”, cuenta.

Fue también en aquel período que Eichholz conoció a Marcial Maciel, el más que controvertido fundador de la Legión, durante su primera visita a Chile. Las versiones de prensa lo sindican como uno de los laicos más cercanos a Maciel. Hoy, en el infierno de los Legionarios, luego de sus múltiples escándalos sexuales, las descarta de plano.

-Esa vez que vino se hizo un evento en el auditorio del Duoc de Antonio Varas, me subí al escenario a entregarle una cuestión simbólica, le di la mano, cruzamos tres palabras y eso fue todo -cuenta.

Las acusaciones posteriores en contra de Marcial Maciel por abuso sexual y una oculta paternidad financiada por la orden religiosa no lo dejaron indiferente, como a todos los cercanos al mundo legionario, que han visto desmoronarse la figura del fundador tal como cayó el Muro de Berlín. “Fue doloroso”, admite.

-Cuando aparece lo de los abusos la organización se cierra en una especie de defensa corporativa pero después, con lo de la hija, la cuestión fue súper clara. Esto sirvió para que se le diera crédito a las otras acusaciones y ha sido súper bueno como proceso interno- relata.

Eichholz vive el proceso con dolor. “Claro que es legítimo que muchas personas se sientan traicionadas si los hicieron rezar por este señor y después les dicen que es un tal por cual. La pregunta es quién te traicionó; en la práctica no hay nadie que te ha traicionado, porque tendría que haber habido alguien que supiera a ciencia cierta esto. Si alguien traicionó, es el propio Maciel”, dice.

Separar al fundador de la obra, confiesa, es la tarea que por estos días lleva a cabo la congregación. Y Eichholz tiene una mirada tecnocrática para mirar esto. “El ejercicio más difícil de liderazgo es ir en contra de tu propia gente y eso súper necesario”, señala.

-Es un proceso de maduración y eso es lo complejo: cómo separamos un poco las dos cosas, cómo entendemos que, a pesar de que hay un lado maligno, también hay un lado bueno. Yo creo que, mirado desde afuera, estas cosas dan para cualquier tipo de interpretaciones- cuenta.

Y vaya que ha tenido que lidiar con todo tipo de comentarios. Una fuente cercana a Eichholz admite que “lo han hueviado caleta”.

-Imagínate las tallas, una vez hicimos pico a Maciel y Juan Carlos estaba mudo en una esquina. Lo complejo para él es que Maciel es el fucking padre fundador. Si fuera un cura más del rebaño sería un degenerado más, pero cuando se funda un movimiento a base de la figura de su fundador se te triza todo -comenta.

Pese a las críticas en torno a la figura de Maciel, Eichholz continúa firme en sus convicciones y, a través de Chile Unido, una fundación “pro vida” creada en 1998, ha encabezado una cruzada en contra del aborto. Hasta ahora, sin embargo, ha mantenido un perfil bastante bajo. Si bien su postura es aparentemente dogmática, casi talibán para algunos, sus cercanos reconocen que con él se puede discutir de todo, pero “si le hablai de la píldora, el huevón se descompone”, asegura Bellolio.

El mismo Eichholz admite que para él no es un tema fácil de resolver.

-Soy contrario a la píldora del día después, pero trato de entender al otro. A Croxatto le dije una vez que me gustaría tener certezas que la píldora no es abortiva. Si fuera así haría pancartas para que la gente las comprara, pero no puedo -asegura.

¿Y en caso que su hija sufriera una violación?

-Es súper difícil, porque tengo cuatro hijas. Lo primero que haría es evitar que la concepción se produzca pero, si pasa, creo que ella tendría que tener la guagua. Sé que es difícil pero si allí hay vida humana, la criatura es la menos culpable. Eso sí, me darían ganas de matar al gallo -dice.

GABINETE

A sus 40 años, la carrera de Juan Carlos Eichholz parece haber sido trazada con la precisión de un orfebre. Tanto que algunos creen que a todas luces es un “winner”, por los contactos que ha acumulado.

Un perfil que recién se ha comenzado a vislumbrar desde abril del año pasado, cuando Eichholz apareció en las pantallas de Chilevisión como reemplazo en Tolerancia Cero del decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y hoy miembro de los equipos programáticos de Piñera, Felipe Morandé. Llegó allí pese a que, como le contamos a principios de este perfil, Sebastián Piñera le llamara la atención en enero de 2009 por la columna que publicó en El Mercurio.

-Me llamó Jaime de Aguirre, pero creo que Sebastián Piñera estaba de acuerdo. Él se mete poco en la línea programática del canal, pero en este caso particular del programa creo que sí incide o al menos tiene algo que decir cuando se opta por un panelista –cuenta Eichholz.

También en esta instancia el panelista ha recibido llamadas telefónicas de Piñera.

-Estando en Tolerancia Cero, Sebastián me llamó dos veces para explicarme como él entendía el tema del fideicomiso ciego. Lo hizo tal como mucha gente lo hace desde todas las tendencias. Creo que eso no es malo porque escucho las preferencias de la gente e incorporo más elementos y sensibilidades al análisis. Eso sí, nadie me llama para indicarme lo que tengo que decir y cuando Sebastián me llamó no lo hizo como dueño del canal. Por eso nunca me he sentido presionado -afirma.

Eichholz dice que está buscando su rol en el programa. Partió opinante, reconoce. Y eso pareció algo frontal. Con algunos entrevistados se ha notado. Como por ejemplo con el ex Presidente Lagos, que lo trató de “niño”.

-Lagos se plantó a decir que todo lo que había hecho era el descueve. Que los trenes malos fueron culpa del trienio de la presidenta, que el puente sobre el Canal de Chacao estaba financiado con inversionistas privados. Yo le dije que no era tonto y que la gente tampoco. Reconozco que en su gobierno se hicieron cosas buenas, pero reconozcamos las malas porque si no lo hago, después no hay forma de mejorarlas. Esas cuestiones hacen que yo salte. Con Arrate tuve diferencias cuando me dijo que las cosas se arreglan estatizando.

Ha sido desde esta tribuna que Eichholz se ha empezado a perfilar como uno de los hombres fijos que acompañarán a Piñera en el gobierno si gana las elecciones.

-Él no es el empleado de Piñera, sino que es un gallo absolutamente libre pensador. No anda buscando puestos, pero si llega a la vocería del gobierno es un tipo que dará mucha seriedad. Aunque también sería un muy buen asesor del segundo piso -cuenta Roberto Ossandón, director del Instituto Libertad de RN.

Otros, que también lo conocen, no creen que la vocería sea su fuerte: “es tan cuico que cuando habla tiene una papa en la boca. No es el vocero indicado para Piñera, pero si hay que elegir entre él y Hinzpeter, me quedo con Eichholz”, dice un piñerista que prefirió no identificarse.

Otro de sus cercanos profundiza las diferencias:

-Juan Carlos es todo lo contrario a Rodrigo Hinzpeter que es un tipo que no baja de Plaza Italia. Eichholz trabajó en Chile Unido donde quienes buscan ayuda son de clase baja. Además no está dispuesto a llevarle el amén a Piñera, porque es un gallo que tiene su juicio, pero siempre te va a escuchar y no te va a imponer nada.

Esa tolerancia y apertura a escuchar ha hecho que una buena parte de los jóvenes reunidos en Independientes en Red se sientan cómodos con él debatiendo temas como la legalización de la marihuana, el matrimonio homosexual o el mar para Bolivia. Además, el que no sea uno más de los “chupa medias de partido” -como dice Bellolio-, hace que Eichholz tenga varias posibilidades de convertirse en el perfil con el que Piñera va a medir a las personas que quiere para el gobierno.

-No anda buscando el cargo ni cagarse a otro huevón, pero cumple todas las condiciones para ser un tipo de confianza de Piñera. Hace un tiempo alguien me contó que los parlamentarios de RN, estaban comiendo en el Senado, y echaban la talla de que cuando llegue la hora del gobierno van a aparecer los “Eichholz”, porque ya cachan que ése es el perfil -cuenta Bellolio.

Pese a eso, Eichholz no se aventura. Ante cualquier proposición, dice, lo primero que hará será evaluar desde dónde hace más cosas por el país, si desde todas sus redes que ha construido o desde un ministerio.

-Cuando era chico soñaba con ser Presidente de la República y hoy soy suficientemente libre como para no buscar cargos o poder formal. Si operara en la lógica del sueño presidencial, sería de vida o muerte buscar un cargo en el gobierno de Piñera, pero no tengo aspiraciones presidenciales. No me estoy negando a las vueltas de la vida, sino que simplemente mi realización no está solamente en ser presidente -dice.

Por cosas como éstas es que Eichholz poco a poco ha ido generando en RN y en la UDI un desafío que a algunos los tienen con los pelos de punta. Para muchos, él no encaja en ninguno de los dos partidos y de perder Piñera su nicho estaría en potenciar Independientes en Red, que amenaza con convertirse en partido político. Su forma de ver la política ha causado ruido en los viejos estandartes de la derecha, más aún la forma en que ha ido mostrando sus cartas, sin que todavía haya dejado ver una agenda política propia.

Notas relacionadas