Opinión
3 de Diciembre de 2009

Carta de Blanca Lewin a theclinic.cl
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Sr. Director:
Escribo porque quedé bastante inquieta con la actitud que tuvo The Clinic conmigo. Primero me pidieron escribir una columna sobre Arrate, a lo que accedí pues me pareció un gesto importante de pluralismo y me dio la oportunidad de llegar a sus lectores. Sin embargo, inmediatamente después www.theclinic.cl publicó una “carta abierta” que considero de bajísima calidad desde varios puntos de vista. Desde el contenido, porque está llena de imprecisiones y faltas a la verdad. Desde lo escrito, pues está llena de
errores ortograficos y sin mayor destino que ser un comentario visceral de alguien a quien le caigo mal. Desde lo periodístico, porque no cumple con unmínimo estándar de interés ni de crítica bien fundada.
No entiendo el motivo de esa decisión y me gustaría que me lo explicaran.
Si me querían cuestionar o criticar, está bien, no tengo problemas, pues sé que a eso me expongo si tomo la decisión de pertenecer a una campaña política, pero exijo un mínimo de respeto, lo que se traduce en que lo hagan de frente, en una entrevista por ejemplo, o a través de un escrito que cumpla con lo mínimo: un responsable detrás y un reporteo que permita exponer argumentos verídicos y no especulaciones al voleo y al gratín.
Algo que amerite reflexión y diálogo. Por ejemplo, si quieren cuestionarme por sustentar una candidatura de izquierda y me consideran demasiado burguesa para eso, lo podemos discutir, y yo tendría la justa oportunidad de refutar con las biografías de los mismos prohombres de The Clinic, como
Patricio Fernández Chadwick, a quien escuché en Vía X decir que su aspiración era “ser millonario haciendo lo que me gusta”.
Entonces, también podríamos discutir sobre qué es ser de izquierda hoy, y ahí yo podría contar cómo me siento particularmente cómoda con un tipo como Arrate, que no anda alardeando de tardorevolucionario, y que entiende que un proyecto de cambio no pasa por hacer autos de fe sobre el amor al proletariado, sino por construir un país justo, diverso y libertario.
Atentamente,
Blanca Lewin