Cultura
26 de Junio de 2010Carlos Cabezas y Marcelo Cicali: ¿Qué chucha es un bolero?
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POR PATRICIO FERNÁNDEZ • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES
Hace un par de semanas, el bar-restaurante Liguria de Manuel Montt cerró sus puertas al público y se convirtió en un estudio de grabación. Ante un grupo de amigos, Carlos Cabezas, ex líder de Los Electrodomésticos, junto a 9 músicos, grabó un disco de boleros: “Has sabido sufrir”. Marcelo Cicali, dueño del bar y apasionado seguidor del género, fue el más entusiasta impulsor del proyecto. El sello bajo el cual saldrá editado aún no tiene nombre. Una noche, que se alargó más de lo presupuestado, conversamos con ambos acerca de esta música “cebolla”, sus reminiscencias, y la vida en general.
PF: ¿Qué chucha es un bolero?
CC: Es un espacio donde la gente puede dar rienda suelta a sentimientos intensos, es un lugar amistoso que describe momentos fatales o sublimes en la vida de una persona. Y la honestidad que tiene hace que no tenga el humor, por ejemplo, de la cueca.
PF: ¿Dónde partió el bolero?
CC: En Cuba. En el bolero tú cantas como entonando un poco la manera en que uno habla normalmente. Un bolero se parece a hablar entonadamente. Son como las canciones de la Violeta, que pueden decir las cosas con una simpleza enorme.
MC: Yo escucho a Nick Cave y también tiene esa profundidad del bolero, casi de música de cuna, pero con unas letras que son suicidas, asesinatos en masa.
CC: Y, por algún motivo, esa exageración no le quita verdad.
MC: Es que la gente antes buscaba en la música algo que ahora no encuentra, aunque lo siga buscando: cierta calma, cierta luz, cierta orientación para su despecho.
PF: Tiempo atrás, cuando renació un poco la cueca, se la sacó de un lugar falso en el que habitaba -digamos el de la cueca valseada-, y fue devuelta a escenarios más reales… Lo que yo quiero saber es cuál es el ambiente natural del bolero.
MC: El lugar común del bolero son los lugares comunes. La casa de putas, por ejemplo. Siempre habitó ahí, en lugares como ése, más allá de las caricaturas.
CC: La canción protesta, por ejemplo, tiene visiones ideológicas que son externas al ser humano; el bolero tiene visiones internas, habla de la república interna de lo humano. El bolero es el precursor de las teleseries…
MC: Perdona que tire la talla, pero en el Japening había una teleserie que se llamaba “Una casa sin marido” y su presentación era un bolero.
CC: Claro, las teleseries son boleros visuales.
PF: Yo creo que ustedes están tratando de ser muy inteligentes, y saben mejor lo que es el bolero de lo que están hablando. El bolero y la huevá cebolla, si algo tienen es que le hacen sentido tanto al filósofo como al obrero de la construcción.
MC: Es que es transversal poh, huevón.
CC: Yo no sé si al filósofo le hace mucho sentido el bolero, al obrero sí.
MC: Perdóname Carlos, pero había un bolero, no digamos de filósofos pero sí de salón, que estaba más orientado a la biblioteca de la casa, el de Javier Solís, de Lucho Gatica, un bolero más señorial.
PF: ¿Por qué no le hace sentido al filósofo el bolero?
CC: Me da la sensación de que la filosofía puede encontrar un poco gruesas o básicas las ideas que muestran los boleros.
MC: Es que son las mismas dudas que ha tenido el hombre hace años.
CC: La mirada de la filosofía es disectadora, casi, del ser humano; el bolero va por otro lado, habla de dramas, amor, semen, traición.
PF: ¿Son casi siempre de amor?
MC: A veces son shakesperianos, del amor a la madre, del amor a tu descendencia.
PF: Cicali, háblame de la mamá.
MC: En el bolero, la madre es un referente. Es el amor más cercano que pudiste tener y al cual aspiras: a una mujer que cuide a tu descendencia como te cuidaron a ti.
CC: Creo que también tiene que ver con el amor incondicional.
PF: ¿Pero ustedes son mamones?
CC: Para nada.
CC: Los boleros son las grandes epopeyas sentimentales de cada persona: “Réntame un cuartito / en el hotel de tu alma/ quiero estar cerquita/ de tu corazoncito”: esa imagen puede ser de un león hablándole a un conejo.
CULTURA AM
PF: ¿Tú tienes onda con el bolero hace tiempo?
CC: El bolero está entre esas músicas que escuchaste cuando eras pendejo en la cocina con tus nanas. Entró por la guata, no por el intelecto.
MC: Es la cultura AM. Son cosas para mí muy valorables, porque tienen un eje de honestidad importante.
CC: Estos boleros han aparecido en mi trabajo como música de encargo para películas, como “Negocio Redondo”. Haciendo estos boleros sentí que aparecía algo que estaba metido en el ADN mío. De hecho, la aspiración que tengo es que, como hay verdad en esta manifestación, sea como esas cosas que uno escuchaba cuando chico, sin filtro, y que te quedaban adentro.
PF: Como pasa con algunas comidas…
MC: Yo creo que sí, por eso decía que es canción “cebolla”. Hay un rollo de Chile con la tristeza, la nostalgia, la desesperanza, la traición, que atraviesa generaciones.
CC: Cuando tú eres pendejo crees todo, y después, en la adolescencia, empiezas a descubrir las mulas que te han vendido los viejos durante años. Y el bolero es una de las músicas que nunca cae dentro de esa mula. Porque es de verdad.
MC: La trascendencia que tuvieron grupos como Los Ángeles Negros, Los Golpe, etc., se debe a que supieron aplicarle a los boleros los modelos técnicos que en esos años se estaban ejecutando; agregarles guitarra eléctrica, por ejemplo.
PF: ¿No hay cinismo en el bolero, o ironía?
MC: No, no hay, pero sí hay desprecio. Es una defensa, y a veces una ofensa, una manera de relacionarse. Antes, uno buscaba respuestas en ciertos géneros musicales, que hoy no tienes dónde encontrar. Entonces tienes que irte al pasado, al bolero de Lucho Gatica, porque ¿dónde buscas ahora esa huevá que te tire para arriba? Hoy se lo busca en las farmacias, en el Prozac, en la fluoxetina, no en la música. Y la idea de estos boleros es revivir esa respuesta musical.
CC: ¿Qué diferencia al tango del bolero?
MC: En términos de temática, de letras, el tango apelaba a lo mismo, aunque el bolero tenía mucho más que ver con buscar una recompensa después del sufrimiento, y el tango, al final, es mucho más oscuro, depresivo.
PF: Había crítica social en el tango.
MC: Sí, también. El bolero es más universal que el tango.
PF: Pero yo creo que hasta en Japón toman hoy clases de tango.
MC: Sí, porque es mucho más sensual.
PF: ¿El bolero entró en Argentina?
MC: No, porque el tango es poderoso, y es mucho más sexuado y mucho menos conciliador. El tango es “a la chucha con todo”.
EN EL PASADO
PF: Hay un momento en la música chilena en que esta se vuelve hacia atrás, a hurguetear en la música de antes, en la cueca, en el folclor. Y esto no pasa sólo en la música, también en la cocina…
CC: Sí, es una búsqueda de identidad. Dejar de lado la vergüenza por lo que tenemos, y rescatarlo.
PF: ¿Cuándo fue la gloria del bolero?
CC: Años 40, 50, 60 incluso. En muchos ámbitos de la sociedad ha habido exceso de parafernalia, y la música se ensució, se cargó demasiado de tecnología.
PF: Así como en algún momento estuvo cargada de ideología.
CC: Y el bolero es volver a apreciar las cosas básicas de la música. Uno creció escuchando música en inglés, por lo que las letras no decían nada. Y ahora estamos volviendo a valorar las letras, la simpleza de una buena letra y una buena melodía.
PF: ¿Se está escuchando harto bolero hoy en Chile?
MC: Sí, claro. Lo que pasa es que no en Santiago. Aunque está, sin duda, un poco clausurado el bolero, porque lo que él te daba ya lo tienes resuelto mediante la farmacología.
CC: A partir de cierto momento el bolero quedó escondido debajo de la alfombra, en la categoría de los placeres culpables. Pero si pones un bolero en cualquier parte, la mitad de las minas quedan dadas vuelta.
MC: El bolero “Bésame mucho” lo grabaron los Beatles, Elvis, Nat King Cole. O sea, es transversal.
PF: ¿Se ha perdido el concepto de música cebolla? Lucho Barrios, que acaba de morir, cuando le decían que su música era cebolla, se defendía diciendo que lo era a mucho honra, porque si Neruda le hizo una oda a la cebolla, alguna importancia debía tener.
MC: No sé si se ha perdido, porque la cebolla le da alma y cuerpo a la persona que lo oye…
PF: Ustedes ahora están en este rescate del bolero, del que seguiremos hablando, pero en general, ¿en qué está hoy la música chilena?
CC: Yo no sé si se puede hablar de música chilena hoy.
MC: La música chilena debe estar como el Transantiago: esperas que esté cada vez mejor, pero la realidad es como una cachetada.
CC: Da la impresión que la música chilena está como en el ejercicio de estilo. Está esta camada de nuevos cantautores…
PF: ¿Cuáles?
CC: Camila Moreno, Manuel García, Chinoy…
PF: ¿Qué los caracteriza?
MC: Volver a lo más primitivo, que es reflejar claramente una intención del autor de querer decir algo, sin eufemismos, sin grandes arreglos, yo y mi guitarra.
CC: El peligro que tiene esa aproximación a la música es la pretensión.
MC: Algo medio mesiánico.
PF: ¿Y Américo, La Noche?
MC: Eso es súper popular, y hablan de lo que tú quieres encontrar y no puedes.
PF: ¿Son herederos del bolero?
MC: De los sentimientos que reflejaba el bolero, a los que apelaba el bolero.
CC: Sí, tienen que ver con el bolero; son versiones perfumadas del bolero. Medios estereotipadas.
PF:¿Qué tiene la música chilena en su alma, qué aparece?
CC: La melancolía histórica, atávica del chileno. Afuera somos reconocidos como melancólicos. Ni un grupo chileno llega a subirle el ánimo a nadie.
MC: Piensa en los nombres: Los Ángeles Negros, Los Bunkers… Son oscuros, hablan de dolor, no brillan, no es shining.
PF: A estas alturas del partido, ¿te interesa que la música tenga alguna ambición política?
CC: Sin duda la tiene, aunque no le corresponde ni al músico ni al que escucha entenderlo.
PF: A mí no me queda tan claro eso.
CC: Es que la política es una cuestión muy amplia. Hay gente que dice que lo que hacíamos en los 80 con los Electrodomésticos era mucho más político que la canción ideologizada.
MC: Yo creo que cualquier actividad del hombre tiene un valor político. ¿Por qué si no todos los géneros musicales fueron prescritos por Pinochet? Pero no creo que en el compositor haya una voluntad de influenciar la conducta del que te escucha. Aunque a largo plazo interfiere.
PF: ¿Y por qué ahora están grabando un disco de boleros?
CC: Es un lenguaje donde no existe estrategia, es vulnerable.
PIÑERA
PF: ¿Qué opinan de Piñera?
MC: Con Piñera me pasa algo que se me manifestó el otro día, cuando vi a la Rosa Ramírez en La Moneda, y es que yo sabía que Pîñera había sido uno de los financistas de La Negra Ester en la época de Pinochet. Y caché que Piñera tiene un trabajo largo que hacer y que puede trascender a los que representa, que es la derecha, la gente que votó por Pinochet: a Allamand, a Larraín, a todos los huevones que defendieron no sólo a Pinocho, sino lo que él significa, y a mí todo eso me produce una gran alergia, pero igual entiendo que debe ser un caos asumir un gobierno después de 20 años de existir otra forma de gobernar. Debe ser un caos político, administrativo. Piñera, en todo caso, se equivoca en cosas grandes y en huevadas chicas, siempre. Y eso me provoca una cierta simpatía, porque yo también me equivoco siempre.
PF: ¿Y para ti, Carlos?
CC: No le creo nada de lo que dice… la gente que votó por Piñera es la gente que cuida el plasma en el maremoto, que sienten que con él tienen la posibilidad de concretar las aspiraciones a las que la sociedad nos está sometiendo a todos. En el consumo, en lo que se supone que hay que tener para ser feliz…
MC: Pero eso lo propició la Concertación.
CC: Bueno, pero creo que la gente que vota por Piñera lo hizo porque ven a un tipo exitoso que gana plata y piensan que al votar por él puede llegarles algo del aura suya.
MC: No, no.
CC: Yo a Piñera no le creo, todo lo que habla no lo siente de corazón, es un huevón falso, pero sí creo que es eficiente en su pega, y que podrá ordenar muchos males endémicos en la parte administrativa. Él habla de memoria…
MC: Pero al final fue elegido por la mayoría y eso yo lo respeto.
CC: Sí, sí, pero no estamos hablando de eso, sino de lo que pensamos de él.
MC: Pero la idea de administrar el país de una manera presidencial, personal, y no a través de partidos, encuentro que es una manera que hay que explorar.
CC: Pero no le puedes pedir a alguien que estuvo toda la vida trabajando en pos de la eficiencia de una empresa que tenga sensibilidad a los aspectos sociales del país.