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Cultura

5 de Septiembre de 2011

Camiroaga: política, medioambiente y educación

Un avión con 21 personas que va a Juan Fernández desaparece, Felipe Camiroaga va ahí, se dice que puede que el avión se haya desintegrado, se dice que no hay sobrevivientes, Piñera explica que quizás no se pueda encontrar a todos y la gente -en twitter, en la tele, en los diarios- hace lo que […]

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Un avión con 21 personas que va a Juan Fernández desaparece, Felipe Camiroaga va ahí, se dice que puede que el avión se haya desintegrado, se dice que no hay sobrevivientes, Piñera explica que quizás no se pueda encontrar a todos y la gente -en twitter, en la tele, en los diarios- hace lo que se hace cuando alguien famoso muere: empezar a recordarlo todo.

Y así, aparecen distintas formas de acordarse: se habla de sus mujeres -Lucerito, Katherine Salosny, Paz Bascuñan, Krishna Navas, Fernanda Hansen, etcétera, etcétera-, se habla de su larga carrera de animador, de su pasado de actor de teleserie -Jaque Mate, Rojo y Miel-, de sus personajes -el Washington, Luciano Bello-, se lo recuerda como un santo, se dice que tal vez está vivo, escondido en una cueva y, al final, se habla de todo, menos de una cosa: el lado político de Camiroaga.

De la trinidad de animadores chilenos -Don Francisco, Camiroaga, Rafa Araneda-, Felipe Camiroaga es el único que no tiene susto a decir sus preferencias políticas y sale de esa suerte de ideología ascéptica de los rostros de tele. En una entrevista a la Revista Caras dijo “Soy Bacheletista. Me gustaría que gane la Concertación”.

También dio a conocer abiertamente su preferencia por Eduardo Frei en las últimas elecciones presidenciales y “amablemente”, reconocen, aceptaba participar de campañas medioambientales.

Este año increpó a Hinzpeter por las termoeléctricas en Punta de Choros.

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Participó en un video a favor de los estudiantes:

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Y pensó, al revés de varios, que el poder que te da la tele para hablar era algo que debía ser usado. Acá, reproducimos fragmentos de una entrevista que le hizo revista Qué Pasa a propósito de las elecciones Piñera-Frei en el que vemos al Camiroaga más político.

“-De Sebastián Piñera usted dijo que destacaba su carácter emprendedor. ¿Sigue pensando lo mismo?.
-Lo pude haber dicho en un minuto, pero no es un análisis muy profundo de lo que es el candidato Piñera.”

“No estoy apostando por el ganador. Si así fuera, hago el ejercicio fácil y leo las encuestas… me parece muy cobarde esa postura. En el país donde hoy vivimos uno puede decir lo que piensa políticamente sin miedo a perder la pega, o a que te cierren la puerta los amigos. Es un Chile totalmente distinto. No hay que tener miedo, pues con criterio uno puede decir las cosas que siente. Antes sucedían cosas horribles, pero ahora no. La pregunta podría ser al revés: ¿Qué espero de Frei si triunfa en la elección? Muchos dicen que la gente de televisión trabaja en las campañas porque quieren ser agregados culturales no sé dónde. Yo no espero absolutamente nada. Creo que al país le haría excelente otro gobierno de la Concertación para que siga consolidando lo que ya tenemos, que es bueno, pero también perfectible. No quiero que una señora que vive en una población y no tiene nada que darle a su hijo diga: “Mira, Camiroaga piensa que todo es maravilloso”.

-Cuesta romper los paradigmas que ha tenido el medio en que me desenvuelvo, donde los animadores tenemos que ser transversales y neutros en algunos temas. Me provoca mucha sorpresa cuando nos hablan de ser líderes de opinión, pero resulta que los líderes de opinión no podemos hablar más que puras leseras y no acerca de los temas profundos que interesan al país. No es que me haya rebelado, pero siento que uno tiene que hacer un cambio de switch.

-¿Por qué?
-Porque un animador es un comunicador social y tiene todo el derecho a opinar.

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