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Cultura

12 de Enero de 2012

Perla, tan caliente como tú

Un amigo tuvo una profesora que le hacía clases de no sé qué cosa de género. Según el amigo, la profesora veía picos en el universo: la dominación fálica sobre el mundo en la forma de los postes de luz, la forma de las velas, la forma de las botellas, la forma de los edificios. […]

Camila Gutiérrez
Camila Gutiérrez
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Un amigo tuvo una profesora que le hacía clases de no sé qué cosa de género. Según el amigo, la profesora veía picos en el universo: la dominación fálica sobre el mundo en la forma de los postes de luz, la forma de las velas, la forma de las botellas, la forma de los edificios.

Debe haber sido -buena teórica de género- una mujer seria: una vez la vimos comprando en el kiosco de la universidad. No pidió un completo. Yo sí. No quiero ser una mujer seria. No quiero que éstas suenen a palabras de mujer seria. No quiero que suene a un intento de lectura feminista sobre la tele. Ni siquiera a un intento de lectura inteligente. Quiero decir, nada más, por qué amo a Perla.

Como no soy una mujer seria, tengo las razones de todos: me calienta. Tiene las medias tetas, se las toca cada tres segundos, habla de ellas, tiene la cinturita así, el medio culo, es divertida, baila con cara de fantasía porno/gitana, tiene lindo acento, sabe ser mala.

Pero Perla es más que una mina para culear, culiar o como sea que es el verbo.

Parto del principio de los tiempos-reality: Protagonistas de la fama. En esos días, el mundo se dividía entre Janis Pope y Cata Bono. Janis Pope era la mina que amaba a Álvaro Ballero, no andaba cartucheando y actuaba como el hoyo (para el que no se acuerde, Protagonistas de la Fama era de actuación). Cata Bono pololeaba con un perno-facho, le calentaba la sopa a Ballero, no se la tomaba nunca, cantaba canciones de Jesusito con guitarra y -se supone- tenía talento. En resumen: la guerra de la caliente hueona contra la piola inteligente.

En resumen: la división clásica de los últimos diez años de las minas en la tele.

Perla, la serie -y ya suena a cliché decirlo – también trabaja con estereotipos: la lais, la embarazada adolescente, los flaites, el cola. Pero Perla -la mina- tiene más fuerza que un esquema.

Hace eventos en la disco Entre Diablos -la misma en la que ha estado la ex de Edmundo, Adriana Barrientos, Arenita, bla bla bla. Pero, si Adriana Barrientos -tierna- tuiteó, para los días en que Piñera parecía todavía no meterle el pico a los estudiantes: “A mis seguidores, hoy no asistan a la marcha de las 18.30 va a hacer una masacre”; Perla tuiteó ayer el link de la noticia Sabat-puterío con esta frase: “La noticia del cabrón Sabat para que se informen”.

El tuiter de Perla habla de las nanas, de la educación, se ríe de Piñera y -parece que es tan impresionante que una mina se agarre las tetas, cobre palo y medio por evento discotequero y diga hueás avispás- que algunos le comentan que qué increíble que no tenga faltas de ortografías, que si el tuiter de verdad es de ella y etc etc etc.

Pero lo mejor de Perla no es que sepa farandulear y ser inteligente (si, al final, Adriana Barrientos -a su manera- también es la raja). Lo mejor de Perla es que, por ejemplo, en un capítulo invierte la típica nota playera en la que se miran los culos y es ella la que le mira las espaldas a los hueones y chilla: “Qué bonitos cuerpos”.

Lo mejor de Perla es que es sexuada. Lo mejor de Perla es que no es la mina que se pretendía: la que buscaba el amor todo lo que duraba el docu-reality. Es una mina que ya lo encontró, que se casó, que se separó -pecado número 1: para los gitanos no es nada bueno separarse-, que se enamoró de un hombre casado -pecado número 2: cualquier mina, gitana o no, es muy maraca si hace eso-, y el hombre era casado, además, con su mejor amiga, es quince años mayor y se fue a vivir con él (pecado 3, 4 y 5).

Es una mina que -aunque suene a la mujer seria que no quiero ser- hace cosas que sólo pueden los hombres.

Como cualquier mina quisiera

PD: Aunque igual podría sacarse la falda.

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