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Cultura

4 de Mayo de 2012

La no-actriz que llegó a Cannes de la mano de Pancho Casas

Foto: Javiera Eyzaguirre Tal vez el mundo de las modelos se divida en dos. Las que dicen soy modelo y qué, y las que sienten esa imposición más o menos tácita en la que se les exige no quedarse tranquilas con sólo ser modelos porque qué carrera más corta, qué frivolidad, porque hay que validar […]

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Foto: Javiera Eyzaguirre

Tal vez el mundo de las modelos se divida en dos.

Las que dicen soy modelo y qué, y las que sienten esa imposición más o menos tácita en la que se les exige no quedarse tranquilas con sólo ser modelos porque qué carrera más corta, qué frivolidad, porque hay que validar que se puede ser linda y también inteligente y porque quién sabe qué. Como si a los futbolistas se les pidiera algo más que ser futbolistas. Como si tuvieran que pedir perdón.

Al escuchar eso, Loreto Greve, 29 años, mira con los ojos que tiene -no hace falta adjetivar: para eso está la foto- y dice:

-Es que ser modelo no me llena.

Loreto puede ser modelo. También puede ser fotógrafa, estudió Arte, puede ser actriz y, en su primera actuación, puede llegar al “Short Film Corner” de Cannes protagonizando un corto -El Arrebato- dirigido por Yura Labarca y producido/escrito por su novio, Francisco Casas -ex Yeguas del Apocalipsis- que pronunció la primeras frases mágicas para que el corto existiera.

-Con Yura habíamos hecho una fotonovela. Después nos encontramos en la calle. Yura es súper tímido. Yo también soy súper tímida. Entonces toda la conversación era medio tímida hasta que Pancho dijo: “Y nos tomamos un vino, ah”. Ahí nos hicimos bien amigos-, dice.

Las segunda frase también fue de Pancho.

-Pancho me dijo que para sellar cualquier amistad había que hacer un trabajo en conjunto. No juntarnos a puro…

-Chupar.

-Claro. Jajaja. Entonces él dio la idea y yo dije “ya bueno hagámosla” y nos juntamos un domingo, como buenos amigos, cada uno aportaba algo y ahí salió.

-No te imaginaste en Cannes, supongo

No, estai loca. Sería como si te dijera ya hagamos algo, hagámoslo, pasémoslo bien y listo. Y de repente me llaman por teléfono: “Vamos a Cannes”. También el estreno iba a hacer en una salita chiquitita, piola, con los más amigos y después fue en una sala grande.

-Todo se desproporcionó…

-Y yo que soy un pollo pensé: “ni cagando voy”. Pero fui. Tenía que ir.

En el corto Loreto mira. No habla. Mira a un hombre bañarse, mira hacia la calle y pasan cosas que no suelen pasar en el cine chileno: la mujer es la que mira, la que desea, la que siente asco del cuerpo del hombre. Cuando en el rodaje a Loreto se le veía un hombro, Pancho le decía que se tapara porque era el tipo el que tenía que salir en pelota. Ser el objeto.

-Es el poder femenino. Yo decido hacer, miro la ciudad, tomo una decisión y digo chao, lo dejo- dice Loreto, que está acostumbrada a estar, desde los trece años, cuando empezó a ser modelo, del otro lado. Del lado en que ella es a quien miran.

Lo primero fue un comercial de leche Svelty, luego un catálogo escolar de Ekono y así partió la extraña vida de modelo: ver cien lucas que no son de tu papá -son tuyas- cuando tienes trece años, recibir invitaciones a todos los eventos del universo, etcétera y etcétera.

-Voy, me saco la foto y chao. Si erís modelo podis ir a todos los eventos. Depende de uno. Igual yo he ido a eventos y todas esas cosas pero ahora no voy mucho. O sea de hecho no voy. Tengo mi mundo, mi familia, me salí de eso. Pero creo que hay que vivirlo para saber.

-¿Te cansaste?

-No sé bien qué me pasó ahora último. Pero ahora estoy más haciendo otras cosas -leyendo-, no veo tele, no tengo facebook.

-Es como exótico no tener facebook.

-Sentí que me quitaba tiempo. Me levantaba y decía: “Ahora voy a ver quién me mandó un mensaje” y ahora pienso que es mejor llamar a alguien si uno quiere saber. A veces me quedaba pegada cuarenta minutos, de repente tenía solicitudes de amistad de gente que ni conocía -tenía como 400- y decía pero por qué. O de repente aparecía al inicio y era oh tengo pena. Y pucha, qué lata por ti pero no me interesa.

Dice Loreto. En un rato más tiene clases de inglés. Tal vez después saque fotos. Seguro andará en bici. Tal vez concrete un plan del que no está del todo segura: irse a estudiar teatro a Buenos Aires. Responderá cuando le pregunte cómo se define cuando le hacen la típica pregunta de a/qué/te/dedicas:

-Me pasa con el papel ese del avión cuando hay que poner ocupación. Siempre pongo estudiante. Me siento aprendiendo un poco de todo. No sé qué soy.

-Podrías poner modelo…

-No-, sonríe.

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