Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

15 de Mayo de 2012

Denise Rosenthal: la chica que no se convirtió en Raquelita

Suena a prueba de ratoncito de laboratorio: dos adolescentes/las mismas condiciones/veamos el resultado. Adolescente 1: Fue al Santiago College, sale en la tele, canta y es la fantasía sucia de los hombres a los que les gustan jovencitas. Adolescente 2: Fue el Santiago College, sale en la tele, canta y es la fantasía sucia de […]

Camila Gutiérrez
Camila Gutiérrez
Por

Suena a prueba de ratoncito de laboratorio: dos adolescentes/las mismas condiciones/veamos el resultado.

Adolescente 1: Fue al Santiago College, sale en la tele, canta y es la fantasía sucia de los hombres a los que les gustan jovencitas.

Adolescente 2: Fue el Santiago College, sale en la tele, canta y es la fantasía sucia de los hombres a los que les gustan jovencitas.

La adolescente 1 se llama Kel Calderón y hace unos días dijo algo así como que la combinación dos ravotril+copete daba por resultado un trío (con Vale Roth).

La adolescente 2 se llama Denise Rosenthal y no tiene tele en su casa.

Y si de verdad esto fuera una prueba de ratoncitos de laboratorio, uno se preguntaría qué chucha pasó y Denise (no, no se llama Feña), lo explicaría así:

-Si estuve en la tele fue única y exclusivamente porque yo podía hacer lo que quisiera y podía comunicar. Haber estado en la Feña y haber hecho ese personaje me sirvió. Tal vez era frívola, media vacía, la serie podía verse banal, pero tenía cierto aporte. No era un aporte mayor o intelectual, ni mucho menos, pero sí había gente que me decía en la calle: “Gracias por haberme hecho olvidar un rato de mis cosas viendo el programa”.

-¿Y cómo fue que quisiste entrar a la tele?

-Ehm. Por la música. Mi primera incursión fue desde muy chica. Me gustaba llamar la atención, ser florero de mesa. Y pasaba que en ese ámbito estaba relajada, me olvidaba de cosas.

¿De qué?

-Mi realidad, quizás.

-Tu realidad…

-Así cuando uno se desconecta de vivir. Era un juego. Nunca me pasó nada -o sea todos hemos pasado por cosas fuertes- pero en ese minuto nunca lo pensé así tampoco. Quizás ahora de grande lo analice. La cosa es que hice un trabajo para el colegio -un disco-, con mi primo que es músico. Y un día estábamos terminando de comer con mi familia y él dice: “Denise, te tengo la oportunidad de tu vida”. Y me habla del casting de Amango. Yo pensé: “canto, baile, actuación y ganar plata: vamos”. Total, todos los veranos me iba a trabajar de mesera, de copera, cualquier cosa para irme de vacaciones con mis amigas.

-¿No te pasaban plata o no querías pedirle a tus papás?

-Me pasaban lo justo y necesario, y tampoco me sentía cómoda pidiéndoles algo que no me podían dar porque nunca tuve plata en exceso como la tenían mis compañeras…

-Eso pensaba…que no tendrías atados si fuiste en el Santiago College…

-Esa es otra historia y me ayudó mucho a generar el personaje que después se transformó en la Feña porque tampoco me sentía tan parte de ese mundo. Vivía en esta burbuja que era distinta a mi. Entonces ésa fue más mi venganza

-¿La Feña fue tu venganza?

-Bueno, no tan así como venganza pero tenía algo de ese mundo porque la Feña era aspiracional, no era de una “buena” familia…

-¿Y por qué estuviste ahí si no tenías tanta plata?

-Mis papás tuvieron hartos declives económicos y el colegio era súper caro. Pero mi hermano grande tiene catorce años más que yo, lo metieron ahí, yo era la menor y ya no me iban a cambiar de colegio…

-¿Por qué te sentías distinta en el colegio?

-Yo era siempre la desencajada. En el colegio los profesores me tenían ahí, con cuidado. Cuando yo era niña me dijeron que era una líder negativa. Estaba como en tercero básico. En esa edad no tenís ni siquiera conciencia de lo que hacís. Yo decía: “Yaa, vamos todos a recreo, escapémonos”. Eso me marcó mucho porque me quedé sola. La mamá de una de mis mejores amigas se dedicó a llamar a las otras mamás porque yo era una niña “especial” y era una mala influencia. Fue heavy. En sexto básico estuve mucho tiempo bien solitaria. Después empecé a armar otros grupos, me hice mucho más amiga de los hombres, era un hombre más.

-¿Qué tal es ir en colegio cuico?

-No me gusta clasificar. La palabra cuico no me gusta. Era un colegio Abc1 cien por ciento y agradezco haber tenido una educación privilegiada y que mis papás se hayan esforzado, pero por otro lado me sirvió para saber que ése no era el mundo que yo quería para mi ni para mi familia en un futuro. Y me gusta haberme alejado de eso. Mis papás se separaron cuando yo tenía ocho y también me tocó ver que todas estas familias supuestamente muy unidas eran en realidad muy disfuncionales. Me di cuenta de que, aunque mi familia era “disfuncional”, los veía para todas las navidades, a mi papá lo veo día por medio, me llevó súper bien con él, en mis cumpleaños toda mi familia se junta. No hay una fórmula de familia feliz-

Dice Denise y uno piensa en Raquelita. En Raquelita y en los dramas televisivos Hernán Calderón/Raquel Argandoña. Y uno sigue pensando en ella cuando Denise dice que Raquelita es inteligente, que ella sabrá por qué pidió perdón por el (tal vez) trío, que ella sabrá las consecuencias de lo que hace, y uno se pregunta qué diría Raquelita si se le preguntara por Denise, y si se reiría como se ríe Denise cuando uno pregunta:

-¿Qué te decían en el Paseo Ahumada cuando hiciste ese video en el que estabas casi en pelota?

-Jajaja. Nosotros los chilenos somos súper retrogrados. Los artistas pop en cualquier parte del mundo están más en pelota…ese era un vestido que claramente…

-No digo el vestido. Digo ese mini bikini…

-Yo lo encontraba muy tapado. Jajaja. No me dio plancha. Mucha gente me decía: “Ay que mediocre se ve que la gente esté mirando y pasen por el lado” pero yo estaba feliz ahí. Me dijeron ¿quieres que cerremos el Paseo Ahumada?. Y yo dije “cómo vamos a cerrar el paseo porque a Denise Rosenthal se le ocurre hacer un video clip” y no sé. No me gritaron nada que no haya escuchado. Fue una pega profesional. No fue mover el poto no más. Era una producción, no que haya querido llegar y pasearme por el Paseo Ahumada con vestido corto.

-Eres gusto de viejo…

-Sí. puede ser. No sé. Prefiero no saber…

Vuelve a reírse Denise y uno vuelve a pensar en Raquelita. Qué diría Raquelita si en este momento estuviera leyendo un poema dedicado a ella, como el que lee Denise de Corrales -poeta chileno, metalero-, publicado en Paniko hace un tiempo atrás:

“Lo que me revive de la Feña”

Me sobraban dedos para contar las sílabas de la octava real
que te quise dedicar, muchachita en flor,
que tan mal pronuncias el idioma gringo.
Verte entumidita con el potito al aire
por las calles del centro de Santiago
me disparó la imaginación y la humanidad
hacia las regiones más oscuras de la multiforme
y húmeda noche.
Sé que no pude con la métrica española,
no pude con su canción.
Pero esa divinidad esculpida con la mano de Dios
no me despierta más que perversión, sadomasoquismo e
invoca, al mismo tiempo, la corrupta sangre de los látigos del sufrimiento.
Tu culo azotado, divina indecisa, detiene la rotación del universo.
La hermosura de la juventud frente al paso del tiempo
nos recuerda la muerte y nos hace viejos y melancólicos
y demacrados e infelices.
Esplendorosa flor del centro,
no espero más que verte culo en directo
para usar bien los dedos
y así nunca más contar endecasílabos
y así exprimir la dicha en
un eterno segundo que se repite
hasta el infinito en
la perversa y polimorfa memoria.

Pero Denise -por suerte- no es Raquelita, no tirará el poema lejos -furiosa- y se reirá. Se reirá y dirá:

– Hombres. Es su visión sobre todo mi trabajo. Jajaja. Uno se esfuerza pero toda la parte artística se va a cualquier lado.

Notas relacionadas