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Opinión

25 de Junio de 2012

“Del sexo no hay que hacer un deporte”

Foto: Alejandro Olivares Ana Leiva es de las que si ve la casa del Señor no puede pasar de largo. Si anda por el centro haciendo cualquier trámite, sí o sí pasa por la Catedral, la iglesia La Merced o la de San Agustín. A veces sólo entra para rezar y saludar a la Santísima […]

Macarena Gallo
Macarena Gallo
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Foto: Alejandro Olivares

Ana Leiva es de las que si ve la casa del Señor no puede pasar de largo. Si anda por el centro haciendo cualquier trámite, sí o sí pasa por la Catedral, la iglesia La Merced o la de San Agustín. A veces sólo entra para rezar y saludar a la Santísima Madre de Dios y a su hijo en el altar. Y se va rápidamente, luego de persignarse, a su casa a trabajar como procuradora independiente de bienes raíces. “La religión no me da de comer, sí alimenta mi espíritu, pero no mi guata”, dice sentada en un banca de la catedral. Así son casi todos sus días.

Esta rutina sólo la rompe cuando se enferma o surge un inconveniente. En esos casos, reza el Santo Rosario y otras decenas de oraciones pidiendo por los enfermos, los chilenos, el hambre, las epidemias, las almas en el purgatorio y en el cielo, oraciones que repite durante todo el día en silencio. Son oraciones tipo, como le dice, pero a las que ella les va agregando de su cosecha para que sean más del alma. Su favorita sigue siendo el Santo Rosario. “Es lo más lindo y hermoso que le agrada a la Madre Santísima, porque significa que tú le estás entregando 50 rosas cada vez que pronuncias un Ave María”.

Para Ana no hay iglesias mejores o peores. Todas tienen su algo. Además, que “Dios es el mismo en todos lados, ya sea en el barrio alto o en una capilla de población, sólo cambian los fieles”. Ella, eso sí, prefiere las iglesias de La Merced y de San Agustín por su arquitectura que la transporta a tiempos antiguos. Y tampoco va a la iglesia a escuchar al cura. No, no. “Voy a visitar a mi rey y mi reina. Los curas siempre dicen lo mismo. No cambia en nada una misa en Roma que una acá en Santiago”, dice convencida.

Pero esta devoción no siempre fue así. De cuna es católica -toda su familia lo es, aunque no tan fervientemente como ella-, pero en su juventud “regia y estupenda” no se la pasaba de iglesia en iglesia y se confesaba “tarde, mal y nunca”. Pero a los 33 años, la edad en que Cristo murió, tuvo una visión una noche que la cambió de rumbo. Era el mismo Dios sentado en un sillón de rey a los pies de su cama.

¿Y cómo era él?
-Muy lindo. No he vuelto a ver alguien tan lindo como él en este mundo. Jesús es un varón pero hermoso, lindo, lindo, lindo, precioso. Con un rostro transparente, pura luz. Unos ojos que me miraron y me traspasaron el alma, un cabello dorado cobrizo. Maravilloso. No sé si fue una visión, un sueño o una aparición. Porque fue en horario nocturno. Pero más me inclino por una visión.

¿Lo ha vuelto a ver después?
-En mi corazón.

LA CASA DE DIOS

Ana es misionera del Corazón Inmaculado de María, un grupo de devotas que viajan por el mundo a los lugares donde la Santísima Madre de Dios ha hecho sus apariciones en “lugares pequeños y bien sencillos como son Dios y su madre”. Ha estado en tour religiosos por Jerusalén, Italia, Grecia, Portugal, España, Londres, Perú, Bolivia, Ecuador y Egipto, entre otros países y ciudades.

En uno de estos viajes conoció en persona al Papa Juan Pablo II, allá por junio del 2000, “teniendo la dicha y el goce inmenso de recibir dos bendiciones suyas en la plaza de Roma”. Para ella, ese encuentro fue un verdadero regalo del cielo. “Un milagro. Pues con una amiga no teníamos entradas para entrar a la plaza. Sin mentirte, el camino se fue abriendo para conocerlo. Porque la plaza estaba llena, sin ningún asiento desocupado, pero miré para el lado ¡y, oh, dos sillas desocupadas!

La media suerte.
-Un milagro, diría. Y cuando terminó la eucaristía, vi que venía el papamóvil con el Santo Padre, y lo mejor es que ¡venía hacia nosotras! La gente estaba emocionada, eufórica, y cuando pasa frente mío le grito ¡Santo Padre, Chile lo ama! Y el Papa se vuelve hacia nosotras y nos da la bendición. No cabíamos más en goce, en alegría, cuando de pronto el vehículo da la vuelta y pasa de nuevo frente a nosotras y le volvimos a gritar ¡Santo Padre, Chile lo ama! Con eso no hemos querido ya más. Y hemos vuelto al hotel más o menos en el cielo.

Más allá de eso, ¿qué le pareció toda la riqueza del Vaticano que contrasta con ese Dios tan humilde del que me habla?
-Siempre la han criticado la riqueza. Pero le puedo decir que eso no es así.

¿Por qué no?
-El Papa no es dueño de las riquezas, sino un servidor más que tiene el Señor aquí en la tierra. Ahora, las riquezas son las mismas ofrendas que el mismo pueblo de Dios le lleva al Señor como homenaje. Yo misma cuántas veces he ido a lugares santos y uno, como humilde sierva del señor y humilde hija de María, le he llevado un florero, flores bellas, una alhajita, un rosarito de mejor calidad.
Pero lo que a Ana más le llamó la atención del Vaticano fue la falta de respeto que se tiene por la casa de Dios. “Es un desfiladero de gente todo el día. La única parte del Vaticano más privada y mística es la capilla del espíritu santo. Pero nada más”.

LAS GROSERÍAS

“De repente me llega a asquear el vocabulario insolente de varones y mujeres, cosa que antes no sucedía. Ustedes mismos son insolentes. El otro día vi una portada suya que me dio vergüenza. Pero nadie dice nada cuando escucha un garabato, es lo más normal”, dice.

Hasta en la tv hablan con garabatos.
-Sí. Es terrible. Normalmente veo muy poca tv, de repente las noticias, pero días atrás tenía mucho interés en ver una teleserie en canal 13, y la esperé. Y de verdad cuando comenzó no duré más de 20 minutos por las groserías que oí.

¿Qué teleserie era?
-De esta niña, la Paz Bascuñán (Soltera Otra Vez), y de verdad la encontré mala. No incentiva un diálogo respetuoso. Para mí decir una mala palabra es una agresión hacia mi misma persona, un daño tremendo, pues me estoy degradando y ensuciando al usar un vocabulario tan poco adecuado.

¿Nunca ha dicho un garabato?
-Entiendo que cuando uno tiene rabia, los use. Pero yo expreso mi molestia sin necesitarlos. Me molesta profundamente escuchar a niños tan pequeños hablar con palabras inadecuadas. Una de las causas de estos tiempos de agresividad verbal y física, es justamente porque los papitos no han sabido ponerse en el lugar que le corresponde frente a sus hijos. Y no los corrigen cuando dicen groserías.

¿Por qué nos estamos agrediendo verbalmente?
-Hay una deformidad al interior de la familia. Los padres han dejado de ser la cabeza del hogar. Y seguramente se debe al afán de crecer económicamente, lo que ha conllevado a que la mujer deje su hogar y la crianza de sus hijos en otras manos. Que la mujer trabaje no está en discusión, porque todas debemos trabajar para comer, sino que no deberían dejar de lado a sus hijos.

¿Cuál es la diferencia que ve entre la juventud actual y la suya?
-Mucha. Es muy triste que se embaracen las niñitas tan jóvenes. Les diría a los jóvenes que no se apuren tanto en vivir la vida de adultos. Sería hermoso que las jovencitas y los jovencitos llegaran en ese estado hermoso, que es la virginidad, al matrimonio. Sería maravilloso.

Pero es casi imposible.
-Claro. Pero si no respetaron esa fase, que en mis tiempos era tan importante, bueno… Pienso que del sexo no hay que hacer un deporte. El sexo es un regalo maravilloso que Dios le otorga al hombre y la mujer pero para respetarlo, porque es el medio que el padre Dios nos ha dado para procrear.

¿Sólo para eso?
-Sí. En todo caso, pienso que hoy no es difícil encontrar parejas que se casen en estado vírgen. Hay personitas que respetan y valoran mucho esa parte. Y los que no han respetado esa parte, bueno, el Señor nos dice claramente que cuando uno ha cometido una falta por desconocimiento o ignorancia o por ser mal conducido en los valores, nos perdona. Pero el sexo hay que tomarlo con respeto. No hay que jugar con el sexo, porque el sexo forma parte de tu cuerpo y nuestro cuerpo es el templo de Dios. En tu cuerpo está la cajita que encierra tu alma.

¿Y qué pasa si uno juega con esa cajita?
-Bueno, si tú juegas con el sexo, obviamente no vas a llegar a ningún buen puerto. Todo tiene consecuencias, pos, hija.

¿Cómo qué?
-Hay abusos en el sexo, en el sentido de que la mujer ya no puede embarazarse normalmente. El hombre tampoco puede ser padre. Ahora hay tantas epidemias, plagas, como el sida y tantas otras tantas enfermedades venéreas… todo tiene consecuencias.

¿Cómo tomó su familia que su vida la entregara a Dios y no formara una familia?
-A mi mamá le costó, pero no fue problema para mí, porque siempre he sido independiente. Yo habría formado feliz mi familia si Dios me hubiera encomendado eso, pero como no fue así, no me lo cuestiono…. y la verdad es que soy muy feliz sola.

EL APOCALIPSIS

Se dice que Chile es una sociedad conservadora en lo valórico. ¿Usted comulga con esa idea?
-Para nada. Ojalá fuera un país conservador. Chile es un país netamente foráneo. Todo, la moda, los vicios, viene de afuera.

Pero eso no tiene que ver con lo conservador que se demuestra, por ejemplo, en el hecho que se prohiba el aborto o el matrimonio homosexual…
-Todo eso viene de fuera. El aborto es muy, muy malo, horrorosamente malo. Más allá de esto, la sociedad chilena es demasiado libertina y con muchos excesos. Vamos hacia un caos total como sociedad. No se respeta nada, no se respeta lo sagrado, no se respeta a los padres, los padres no respetan a los hijos… nada. Usted entra a internet, al cine, y hay muchas cosas nefastas como la pornografía, que es terrible. Estamos viviendo una tremenda confusión a nivel mundial y esto se está dando conforme a lo que está escrito en el Apocalipsis y en las Santas Escrituras. Ahora, de hecho, estamos en casi la mitad del Apocalipsis.

¿En qué consiste que estemos en la mitad del Apocalipsis?
-Significa que el enemigo infernal está haciendo de las suyas y está presente en todos los medios.

¿Y dónde ve su presencia?
-En la misma tv, en la droga, en el alcoholismo, se ve en estos casos de incesto entre papá e hija, en algunos casos de homosexualismo pero sólo en algunos.

¿En qué casos haría la salvedad?
-Para mí el homosexualismo es producto de una corriente muy fuerte en el mundo, en la cual el hombre ha querido pasar como mujer y la mujer como varón: una inversión de roles. Pero también hay una parte más conciliadora, donde a veces hay pequeñitos que nacen con ciertas transgresiones genéticas y eso hay que aceptarlo porque no tienen la culpa.

Es como cuando el cardenal Medina dice que un homosexual es como si a un niño le faltara un brazo, algo así
-De verdad no me atrevería a referirme acerca de la opinión del cardenal Jorge Medina. Le tengo un respeto muy grande, porque es una persona muy conservadora y muy drástica en llevar su fe.

No está hecho para estos tiempos.
-Claro. Y de repente puede equivocarse en ese tipo de comentarios.

¿Cree en el fin del mundo?
-No. El fin del mundo es un invento del hombre. El mundo no se va acabar. Sólo se renueva. El Apocalipsis se manifiesta en el sentido que llegan los tiempos en que todas las naciones tendrán que purificarse a través de la misma naturaleza. Es como entrar a una nueva era donde habrán terremotos, hambrunas y epidemias, que harán que el hombre vuelva a buscar la espiritualidad.

¿Cómo se prepara para esta nueva era?
-Rezando.

LA CARNE

“Ser católica de verdad, de las consecuentes, que van a misa siempre y que viven la fe como debe ser, es difícil en estos días, pero se puede si uno quiere”, reflexiona Ana.

¿Cómo lo hace?
-Respeto para ser respetada. Soy abierta, porque estoy inmersa en la sociedad. No puedo aislarme.

Usted es de los pocos católicos que practican su religión a concho.
-Sí. Menos del 50% de los católicos que se definen como tales van a misa. El resto sólo se acuerda de su Iglesia cuando hay una tragedia o están mal. Ahí vuelven en masa a la casa del Señor. Ojalá todos los católicos practicaran la fe como yo y fueran consecuentes con su religión. De nada sirve decir en las encuestas que son católicos si no van nunca a misa. O sea, predicar y practicar es lo único que uno pide.

¿Por qué los católicos ya no irán a la Iglesia?
-No sé. Primero que nada, la fe no está en crisis, porque constantemente se está renovando. Habría que preguntarle uno por uno por qué dejó de ir. Yo creo que la gente se ha vuelto más consumista y está buscando la espiritualidad en otras cosas y no en la Iglesia.

A lo mejor se han alejado por el tema del encubrimiento de la Iglesia a los curas pedófilos.
-Esas personas que han hecho tanto mal se esperaría que tuvieran un arrepentimiento. Pero no soy Dios para decir qué se debe hacer.

Pero son puntos negros para su Iglesia
-Por supuesto. Son puntitos que no halagan para nada. La Iglesia nunca será perfecta porque está compuesta por Dios, espíritu santo y hombres.

Y los hombres son imperfectos.
-Claro. Mientras estamos en este mundo, tenemos la carne y eso nos hace imperfectos. Por tanto, la Iglesia en su primer siglo fue lo que quería en plenitud el Señor, pero en el segundo lapso en adelante, empiezan los conflictos humanos por culpa de la carne. Y eso persistirá siempre mientras la Iglesia esté en la tierra. Y de hecho eso no va a terminar nunca. El ideal sería que no hubieran esos casos, pero sí los hay: que pidan perdón y muestren arrepentimiento.

¿Qué le parece que Piñera siempre saque a Dios en su discursos?
-Nuestro presidente es una persona muy comprometida con la Iglesia y con el Señor en sí. Es una persona que, en todos sus actos públicos y en todos sus momentos más difíciles, siempre tiene sus palabras de agradecimiento a Dios. Y eso está bien.

¿Y Bachelet, que se declara como agnóstica?
-La señora Michelle Bachelet me parece una persona buena e inteligente. Dejó muy bien puesto nuestro país afuera. Ahora que sea católica o no, ella fue muy prudente y respetuosa en todo, así que eso se puede dejar de lado. Sin embargo, puedo decir que no hay un alma que no haya venido del Señor.

UN GLORIAPALLOOZA

¿Cuál es su sueño para Chile?
-Que volviera un poco a sus raíces, que fuera un poquito más nacionalista. Hay una idolatría inmensa hacia los falsos dioses que vienen de fuera como Madonna. La gente se vuelve loca con ella. Felizmente no la vi cuando se vistió de virgen. Y para qué hablar de la idolatría del fútbol. Estamos rodeados de falsos ídolos. Quisiera que algún día el Estadio Nacional tuviera un concierto con Jesús o con María, se llenaría como el Lolapallooza.

Un gloriapallooza
-Claro. Se llenaría el Arena, el Nacional, todos.

¿Qué música escucha?
-Clásica y sacra, que me eleva el espíritu. Oír música sacra es como transportarse fuera de órbita. Me encantan Mozart, Bach, Schubert, Haendel y Beethoven. Y, como estoy en el mundo aún, me gusta toda música hermosa ya sea de guitarra, piano, órgano, violín y que tenga lindas voces.

¿Cómo qué?
-Boleros, música mexicana o chilena como cuecas y tonadas. También escucho de vez en cuando música de ahora. Porque soy alegre también. No soy fome. Cuando hay una fiesta o un cumpleaños, me gusta que la gente esté contenta y si hay que bailar, bailo.

¿Qué baila?
-Cumbias. Comparto, si pertenezco a esta sociedad, claro, cómo no voy hacerlo.

¿Lee?
-Todo lo que tenga que ver con espiritualidad y la vida de los grandes santos reconocidos por la Iglesia, como santa Teresa de Ávila, santa Teresita del Niño Jesús de Lixiu, san Pío de Pietrecina. Y, por supuesto, todo lo que hay en las Santas Escrituras, que es la Biblia…

¿Lee otras cosas?
-No. Estoy en otra fase. Puede haber muy buenos escritores, pero no me interesa leer un escritor que sea un hombre más en este mundo. Tendría que ser muy elevado para leerlo.

¿Por qué usa velo blanco en la iglesia?
-En honor a nuestra Santísima Madre, quien nos ha dicho “vosotras, las mujeres, cubrid vuestras cabezas, porque es el respeto a mi divino hijo en su casa”.

¿Todas deberíamos andar con velo?
-Sí. Y de hecho san Pablo, en carta en los Corintios, también hace un llamado para que la mujer cubra su cabeza y si no lo hace más le valdría raparse.

Pero es un extremo.
-Bueno, Pablo era extremoso.

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