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Nacional

13 de Julio de 2012

El sicópata de Lolol: Un hippie adicto al animé y los cuchillos de Kill Bill

Óscar López Rodríguez (38), conocido como el psicópata de Lolol, era una persona solitaria, que decía ser un enviado de Dios y salía vestido de personajes de animé a comprar a la feria. Este extraño personaje, decapitó a sus dos víctimas utilizando hachas y cuchillos. Detalle que recuerda a la película Kill Bill, en que […]

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Óscar López Rodríguez (38), conocido como el psicópata de Lolol, era una persona solitaria, que decía ser un enviado de Dios y salía vestido de personajes de animé a comprar a la feria. Este extraño personaje, decapitó a sus dos víctimas utilizando hachas y cuchillos. Detalle que recuerda a la película Kill Bill, en que el maestro en espadas japonesas Hattori Hanzo tiene cuchillos de cocina tan afilados que pueden cortar cabezas.

Por su aspecto intencionalmente desarreglado, con barba y pelo largo, los vecinos de Lolol conocían a Óscar López como “El Hippie”. En sus delirantes comentarios, López se señalaba así mismo como un “enviado de Dios”. En medio de su locura, es posible que su look se haya inspirado en el propio Jesucristo. Pero algunos pobladores de Lolol, manifestaron que López parte de una secta satánica.

Está extraña combinación entre inspiraciones cristianas, satánicas y japonesas, convierten al psicópata de Lolol en un curioso caso de estudio clínico. En entrevista con 24horas.cl, el doctor Luis Risco, psiquiatra especialista en trastorno bipolar de la Clínica Psiquiátrica del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, considera que el caso de López podría tratarse de una esquizofrenia crónica o de un trastorno delirante: “Existe una serie de enfermedades cuyos síntomas esenciales es la pérdida del juicio de la realidad, pero las dos más frecuentes y en la manera en que se le dio a este hombre es la esquizofrenia crónica y los trastornos delirantes”.

El psiquiatra explica que : “la persona con un trastorno delirante, al tener el delirio de que es un enviado de Dios, va a tener conductas extravagantes y bizarras en relación a eso. Pero si usted le pregunta por cualquier otra cosa del mundo como indicadores económicos, van a darle juicios muy razonables”. Sin embargo, un enfermo con psicosis crónica: “le va dar juicios sin sentido respecto de cualquier cosa que usted le pregunte”, comentó el especialista.

El ir constantemente a un lugar público disfrazado como un personaje de animé, es considerado en psiquiatría como una conducta esquizofrénica. A juicio de Risco, la violencia del psicópata se debe a: “esa impulsividad es un problema de locura de juicio en sujetos que tienen trastornos graves del juicio de realidad”.

Los cadáveres como trofeos

En la casa de López, el GOPE encontró una cabeza en un cajón y un cuerpo enterrado en el patio. Mario Bravo, vecino del psicópata y testigo del asesinato de María José Reyes, relató que: “(López) tomó del pelo la cabeza de Reyes y se las mostro (a los hijos), levantándola como un trofeo”. Está exhibición de los cadáveres como trofeos recuerda a escenas del anime Gore como Elfen Lied, en que las partes mutiladas de los cuerpos de los rivales son utilizadas como ostentosas decoraciones.

En entrevista con 24horas.cl, el psicólogo clínico Alex Droppelmann, explica las motivaciones que habría tenido López para perpetrar sus asesinatos “ es alguien que vive de alguna manera la presencia de ciertas personas que engarzan en el delirio que él desarrolla como un peligro el cuál tiene que eliminar”.

Pero el hecho de asesinar en serie a varias personas, le añade una extraña connotación de placer a cada uno de sus homicidios: “una persona impulsiva que siente estos estímulos por matar, un goce generalmente asociado del orden sexual y los ejecuta sin fijarse mucho ni en las armas que ocupa, ni en cómo lo ocupa o planifica ese crimen”, señala Droppelmann.

Otro factor a considerar en el caso de López, es que en su casa se hallaron 20 gramos de marihuana, lo que indicaría que era adicto a las drogas. Para los expertos en psiquiatría, el consumo frecuente de drogas puede hacer más profundos los trastornos bipolares.

Droppelmann concluye que el psicópata “Es un hombre brotado, está absolutamente delirante cuando dice que es un enviado de Dios”.

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