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Poder

1 de Agosto de 2012

Los dineros que el abogado Raúl Urrutia vio salir en sus 49 días como rector de la UDM

En su breve período en la rectoría de la Universidad del Mar (UDM), Raúl Urrutia vio cómo el dinero de esta entidad era absorbido por la red de 85 inmobiliarias y sociedades de inversión que identificó CIPER. Arriendos abultados, pago de cuantiosos honorarios a los dueños de la universidad y a sus familiares, forman parte de un estilo de administración que dejaba a la UDM endeudada y funcionando con el mínimo. En la segunda parte de esta investigación se muestra cómo los enormes recursos extraídos fueron la causa del mal nivel académico de una entidad que en 2011 recibió $3.300 millones de dinero fiscal para educar a jóvenes de escasos recursos

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Una forma de entender gráficamente cómo circulaba el dinero entre la Universidad del Mar (UDM) y algunas de las 85 sociedades detectadas por CIPER, es revisar parte de la experiencia vivida por el abogado y ex presidente del Consejo para la Transparencia, Raúl Urrutia, durante los 49 días que estuvo en la rectoría de esa entidad.

“¡49 días!”, repite Urrutia cada tanto, aún sorprendido de cómo terminó todo. Dice que asumió el cargo (el 10 de abril de 2012) entusiasmado con el desafío de levantar la UDM, pero que rápidamente notó que nada era como parecía. Los fondos que reunía para sanear las cuentas de la universidad eran absorbidos rápidamente por una red de tuberías que no lograba dimensionar, aunque intuía que al final de la maraña siempre estaban los socios fundadores: Sergio Vera, Raúl Baeza, Mauricio Villaseñor y Héctor Zúñiga, quien renunció al control de la universidad cuando asumió Urrutia.

Refiriéndose al corazón de todo este andamiaje, a la universidad misma, el ex rector precisa: “Había una cáscara que parecía sólida, por eso acepté el puesto. Pero adentro estaba todo en el suelo: financiera y académicamente”.

En el ámbito financiero Raúl Urrutia explica a CIPER que apenas tomó posesión del cargo comprobó que las leyes sociales no canceladas ascendían a $600 millones. Decidió entonces suspender los pagos de arriendo, en el entendido de que los dueños de la universidad podrían esperar.

Sergio Vera insistía, sin embargo, en que se cumpliera con el pago de los arriendos. Sobretodo presionaba por el dinero de la sede de Reñaca que la universidad pagaba a dos sociedades (Inmobiliaria del Mar e Inmobiliaria Rancagua) controladas hasta hoy por los cuatro fundadores. Estas sociedades, a su vez, tenían compromisos financieros con Seguros Vida Security Previsión S.A.

Uno de los argumentos que usaba Vera para insistir en el pago de arriendos era que en la universidad había muchos recursos, por lo menos $400 millones fácilmente disponibles. Urrutia le dijo que eso le parecía una gran noticia y pidió reunir esa suma pues no contaba con dinero para el cancelar los sueldos de mayo. Fijaron el 24 de mayo para realizar el ejercicio contable. En la mañana le mostraron por primera vez el presupuesto y Urrutia observó una pérdida para 2012 de unos $3.500 millones, “lo que no me pareció mucho para mis expectativas”, explicó a CIPER.

Dejaron para la tarde la tanda de llamados telefónicos, sede por sede, para reunir los millones que se usarían para cubrir los sueldos. “Quedamos de juntarnos a las 18:30. Pero no llegó Sergio Vera ni los otros socios. Con personal de administración logramos determinar que sólo había $6 millones: de los cientos que iban a aparecer encontramos sólo seis”, narró Urrutia a CIPER.

Al día siguiente, el viernes 25 muy temprano, Urrutia mandó un correo a Villaseñor, Baeza y Vera expresándoles que en su condición de dueños debían depositar $ 400 millones para cumplir con las remuneraciones del personal. No recibió respuesta de ninguno. Para peor, el único email que le llegó fue el de Security Previsión S.A. que le exigía el pago del arriendo de Reñaca. Cuando el rector contestó que lo debían esperar pues no había dinero, el representante del Security respondió que según Sergio Vera, sí había dinero en la universidad y era por “capricho del rector” que no se autorizaban los pagos. Raúl Urrutia comprendió que ya no le quedaba nada que hacer ahí.

-De inmediato renuncié telefónicamente. La carta la presenté el 29 de mayo de 2012.

EL PESO DE LA SEDE REÑACA

Que el quiebre final de Raúl Urrutia haya sido a raíz de la sede de Reñaca, no es irrelevante. Dentro del complejo entramado de sociedades que sacan recursos de la UDM, Reñaca es una de las tuberías más gruesas.

La UDM arrienda el inmueble de Reñaca en 4.000 UF ($90.400.000 aproximadamente) a las sociedades ya mencionadas: Inmobiliaria del Mar e Inmobiliaria Rancagua, cuyos dueños son los citados Baeza, Zúñiga, Vera y Villaseñor (Ver infografía). Pero la propiedad no les pertenece. Actualmente el Campus Reñaca es de la compañía Seguros de Vida Security Previsión S.A. Los fundadores se lo vendieron en junio de 2010 a través de lo que parece una operación de leasback por la que recibieron $6.000 millones.

El leasback es una herramienta financiera que consiste en que la empresa le vende al banco un bien y consigue así dinero fresco. La característica del leasback es que la empresa puede seguir usando esos bienes mientras paga mensualmente las cuotas al banco. En la última cuota, que es la más cuantiosa, la empresa tiene, además, la opción de recomprar el bien que ha vendido. Debido a que el banco sólo compra a un 90% del valor del bien y a que los intereses son altos, el leasback es una forma de financiamiento cara, que sólo se justifica en momentos de apuro o ante la perspectiva de negocios de muy alta rentabilidad.

Puedes seguir leyendo acá

Primera parte de la investigación

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