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Opinión

2 de Septiembre de 2012

Carlos Peña se va con todo contra Lavín en su columna dominical

Carlos Peña dispara con todo contra Joaquín Lavín por su responsabilidad en la polémica de la Casen y la Cepal. Lee su columna en El Mercurio. Este viernes se conocieron antecedentes clave para evaluar la conducta del Gobierno sobre la Casen . Y el resultado para el ministro Lavín no puede ser peor. Según confirmó […]

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Carlos Peña dispara con todo contra Joaquín Lavín por su responsabilidad en la polémica de la Casen y la Cepal. Lee su columna en El Mercurio.

Este viernes se conocieron antecedentes clave para evaluar la conducta del Gobierno sobre la Casen .
Y el resultado para el ministro Lavín no puede ser peor.

Según confirmó el encargado de la encuesta por parte de la CEPAL, Juan Carlos Feres, este organismo entregó al Gobierno una cifra de pobreza de un 15% (la misma del año 2009). Dos días después, relató, el Ministerio de Desarrollo Social pidió se incluyera en el cálculo una pregunta que los expertos de CEPAL habían decidido excluir. Fue sorprendente. Nunca un gobierno, dijo Feres, había discutido esas decisiones de la CEPAL. Este lo hizo. Si se admitía su solicitud, relató Feres, los resultados no serían comparables con los del 2009. Sin embargo, el organismo cedió. La pobreza quedó entonces en 14,4%.

Andrés Hernando -entonces jefe de Estudios del Ministerio de Desarrollo Social- agregó otro dato. Él dijo al ministro que era necesario descontar el bono de noviembre, ascendente a diez mil pesos. Se lo dije tres veces -declaró-, pero no obtuve respuesta.

El resultado fue que la pobreza disminuyó. Y el Presidente pudo celebrar con aspavientos.

El relato no procede de fuentes anónimas -como torpemente dijo Hinzpeter, el ministro inexistente-, sino que de personas con nombre y apellido. Una de la CEPAL, otra del Ministerio de Desarrollo Social. Nada menos.

La situación que relatan -que un seminario del CEP ya había puesto de manifiesto, pero que ahora se confirmó por la investigación de CIPER en www.ciperchile.cl- no puede ser más grave.

Es fácil comprender por qué.

Las cifras de la pobreza -dijo un editorial de este diario- son motivo de disputa entre el Gobierno y la oposición. El primero las presenta favorables, y el segundo desfavorables. El debate político se nutre de ello. Pero -dijo ese editorial- “hay límites que no pueden traspasarse sin costo para todo el país”.

El editorialista tiene la razón. Hay límites que no pueden traspasarse. La pregunta ahora es, entonces, la que sigue: ¿Traspasó el Gobierno -el Presidente o el ministro Lavín- esos límites?

A la luz de los antecedentes, la respuesta es sí.

El ministro condujo negociaciones inéditas ante la CEPAL para mejorar las cifras; en un seminario público (celebrado en el CEP) las ocultó; se hizo el desentendido frente a las objeciones que, fundadas en esas circunstancias, se le formularon (por el director del Departamento de Economía de la U de Chile); escribió cartas al diario declarando que la CEPAL era el responsable final de los datos (lo que no es cierto, puesto que los datos se negociaron), y finalmente, atribuyó a mezquindad política o inquina respecto del Presidente las dudas respecto de la conducta gubernamental (con lo cual en vez de hacer frente al escrutinio, lo eludió).

Ahora se sabe que Lavín disfrazaba la realidad.

No es raro. Alguna vez prometió hacer llover, inventó playas en el asfalto, y diseñó guardias playeros en medio de la ciudad.

Ahora pasó uno de esos límites que no pueden traspasarse sin grave daño para las instituciones. Ocultó, de manera deliberada, información relevante para evaluar la conducta del Gobierno. Los funcionarios públicos están obligados, en los asuntos que hacen públicos, a decir toda la verdad y nada más que la verdad. El derecho de los ciudadanos (guardar silencio para no inculparse) no lo tienen los funcionarios públicos que administran el interés de todos. ¿Cómo confiar de aquí en adelante en la información que el ministro entregue sin sospechar, al mismo tiempo, que hay antecedentes relevantes que conoce y que sin embargo oculta o calla?

Este incidente, más que poner a prueba la encuesta Casen, mide la capacidad de la opinión pública para vigilar a los funcionarios. Y la capacidad del Presidente para hacer valer la responsabilidad de quienes dependen de él.

¿En qué gobierno, un ministro puede ocultar a los ojos de todos, información relevante para el interés general y seguir en el cargo como si nada?

Es de esperar que la respuesta del Presidente Piñera no sea: aquí, en el Gobierno de Chile. Si así fuera, se habrían traspasado, ya casi de manera definitiva, los límites que el editorialista de este diario, con toda razón, solicitó respetar.

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#Carlos Peña#casen#Lavín

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