Cultura

11 de Octubre de 2012

Artistas intervienen formularios del banco de los Luksic

Cuando salieron a la luz las cuentas truchas que abrió Daniel López -la chapa usada por Pinochet- para sacar dineros ilegales de Chile hacia Nueva York, el artista Rodrigo Vergara (1974) se enchuchó. Menos, aclara, que con los muertos y desaparecidos en dictadura. “Eso sí que es indignante. No así para la gente de derecha, a la que, cuando se enteró de lo de las platas, se le cayó el símbolo de la salvación y lo dejaron de lado. Para ellos, era mucho más grave que Pinochet fuera un ladrón que un asesino”.

Con todo, a Vergara la chapa de Daniel López le quedó dando vueltas. Hasta que en el 2007 se le presentó, junto a los artistas Iván y Mario Navarro y José Pablo Díaz, la oportunidad de exponer en la galería neoyorkina Roebling Hall. Y armaron un proyecto colectivo que denominaron “Daniel López Show”, en el que invitaron a participar a una decena de chilenos, como Mónica Bengoa, Nicolás Grum y Patrick Hamilton, con trabajos alusivos al dictador devenido en ladrón.

Fue en ese contexto que a Rodrigo Vergara y José Pablo Díaz -que trabajan juntos desde 1999 en el proyecto “Hoffman´s house”, montando exposiciones donde invitan a otros artistas a participar- se les ocurrió hacer, aparte, una convocatoria abierta en Chile para que otros artistas participaran en esta expo. Para ello, dejaron en Matucana 100 una centena de formularios de iniciación de cuentas corrientes que se consiguieron a la mala de una oficina del Banco Chile, “la entidad que permitió a hacer la transacción con el Banco Rigg’s americano. Es decir, el banco que permitió que Pinochet se robara las platas”. La idea de ambos convocantes era que los artistas invitados ocuparan dichos papeles para reflexionar sobre la suplantación de identidad, así como sobre la copia y el original, temas, dice Vergara, muy presentes en la historia del arte.

La recepción de los artistas convocados fue positiva. A las manos de Vergara y Díaz llegaron 146 dibujos de 73 artistas chilenos y una coreana, quienes dibujaron, pintaron e intervinieron los mencionados formularios, que venían con el original y su copia en azul. En algunos casos, el resultado fue un panfleto. En otros, una interpretación de la relación del banco con el dictador. Y en otros, como ironiza Vergara, simplemente “la hoja sirvió como oportunidad para mostrar obras fuera de Chile”. Luego, todos los formularios puestos juntos en una pared para ser vistos como un todo dio por resultado una gran obra colectiva llamada “Si lo puedo hacer aquí, lo haré en cualquier parte”.

Esta obra colectiva se mostró el 2007 en Berlín, mientras en Chile recién ahora se podrá ver, en la Galería Metropolitana, en el contexto de la segunda Trienal de Chile. ¿Por qué no antes? Vergara responde: “El arte chileno es muy extraño. Hay toda una tendencia neoliberal de obras que ojalá no provoquen ningún problema de índole institucional. Y, en ese sentido, cualquier arte que tenga un mínimo de crítica a alguna institución, bancaria en este caso, es poco beneficioso para las galerías”.