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Mundo

7 de Febrero de 2013

Mujer quemada en Papúa Nueva Guinea: La brujería, una realidad del siglo XXI

La tragedia de una mujer murió quemada en un pueblo de Papúa Nueva Guinea vino a recordar este miércoles que ese oscuro y misterioso fenómeno sociocultural conocido como “brujería” no cerró en la Edad Media, sino que sigue vigente en muchos puntos del planeta. La mujer, de 22 años, fue acusada de matar al hijo […]

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La tragedia de una mujer murió quemada en un pueblo de Papúa Nueva Guinea vino a recordar este miércoles que ese oscuro y misterioso fenómeno sociocultural conocido como “brujería” no cerró en la Edad Media, sino que sigue vigente en muchos puntos del planeta.

La mujer, de 22 años, fue acusada de matar al hijo de una vecina con prácticas hechiceras en el pueblo de Mount Hagen. En represalia, al parecer fue torturada con un instrumento de hierro y amarrada antes de ser rociada y quemada con gasolina por familiares del joven y otros habitantes de la localidad.

Casos como éste, que comienzan con una acusación de brujería y terminan con un trágico desenlace, son una realidad que se repite en muchas sociedades del mundo hoy en día.

A pesar de que en cierta medida lo que se sabe sobre la brujería está basado en la especulación, varios estudios han señalado que la llamada religión de la magia actualmente tiene miles de adeptos alrededor del mundo, incluida América Latina.

Hace ya medio siglo que el médico Serge Raynaud, creador de la Gran Fraternidad Universal con sede en Caracas, se convirtió en el primero, y casi el único, lo ha puesto en cifras: entonces dijo había al menos 200 millones de brujos modernos, fetichistas y brujos de tribu de sectas en la Tierra.

Hoy tratar de establecer el número de quienes practica, o sólo creen, en brujería, es un asunto tan elusivo como misteriosa es su práctica.

De la santería…

La brujería se da en diferentes grados y “formatos”. Mientras hay una versión quizá simple, ésa que se practica una santera en una plaza de mercado, también hay otra de profundas consecuencias, como la que se vio este miércoles en el país oceánico de Papúa Nueva Guinea.

La brujería contemporánea se suele homologar a la Wicca, una religión noepagana predominante con incidencia en Occidente, aunque no son necesariamente lo mismo.

En agosto pasado generó gran controversia la salida a la luz pública de un grupo de brujas y brujos británicos que decían sufrir de discriminación y rechazo social.

Myrdinn, el jefe del aquelarre en el condado inglés de Lancashire, le dijo a la BBC en ese momento: “No hacemos nada siniestro como adorar al diablo y no llevamos a cabo sacrificios animales o humanos”.

“Honramos, y damos gracias a la naturaleza. Celebramos las estaciones. No se trata de sangre. En primavera, celebramos la vida y el renacimiento y después en el invierno, la decadencia y la muerte para darle paso a nueva vida”, señaló.

Cuando se habla de la brujería en México muchos la catalogan de ser un “negocio lucrativo” más que un fenómeno ancestral. En el Mercado de Sonora, en Ciudad de México, se suelen ver brujos y hechiceros que dicen vender por cifras que superan los US$100 diferentes prácticas para “mejorar su suerte”.

No existen cifras oficiales, pero -según reporta la cadena Univisión- en el Mercado hay 404 puestos que se dedican a la santería.

El antropólogo de religiones y presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones (ALER) Elio Masferrer Kan le dijo al portal Quo que por cada 3.500 personas podría haber hasta 100 brujas y brujos.

“En México y en América Latina hay millones y millones de brujas y brujos, porque la magia no es exclusiva de un género y está tomando mucha fuerza; de hecho, hay distintas corrientes y niveles. Es común que cada clase social tenga sus propias brujas”, declaró.

Ver artículo completo en BBC Mundo

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