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Cultura

11 de Marzo de 2013

Brumosidad y misterio

“Push The Sky Away” es un disco de canciones que cuentan historias de amor y prostitución con triste final (Jubilee Street), narraciones largas y complejas acerca de confusiones espirituales y otros asuntos (Higgs Boson Blues), unas con formas tan impredecibles como la muerte (tema presente en Water´s Edge), otras que repiten un patrón como si […]

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“Push The Sky Away” es un disco de canciones que cuentan historias de amor y prostitución con triste final (Jubilee Street), narraciones largas y complejas acerca de confusiones espirituales y otros asuntos (Higgs Boson Blues), unas con formas tan impredecibles como la muerte (tema presente en Water´s Edge), otras que repiten un patrón como si se tratara de un mantra, de un canto indio a la lluvia, o al fuego, o a los espíritus de la noche (Push the sky away).

Aún así, en todas y cada una, Nick Cave da con un ambiente misterioso, con brumosidades sonoras y texturas oscuras (We Real Cool), con una rara distribución del sonido que deja a su propia voz casi desnuda, como si no se escuchara nada más que ese tono barítono, medio hablado y maduro con el que en parte, y para salir del amargo paso de una pérdida amorosa, compone este contundente último disco, el número quince en estudio junto a The Bad Seeds.

Si antes perturbó por la fuerza de las imágenes y la destreza narrativa con “Dig, Lazarus, Dig” (2008) y mucho antes con “Murder Ballads” (1996), Cave logra nuevamente conmover en esa línea, a través de esa impronta como de películas sonoras que ha caracterizado a estos trabajos. Discos en los que las imágenes entran a la cabeza antes que los sonidos, instrumentos que, lejos de confundir y distraer el relato, lo potencian y lo hacen aún mas desgarrador a través de gestos tan simples como infrecuentes: un uso de la batería y el bajo preponderantemente grave, quejumbroso, una guitarra de sensualidad triste, un piano siempre oportuno, un violín doblado y electrificante, un coro abrumador, frecuencias extrañas y difíciles de distinguir provenientes de la superposición de unos con otros. Push The Sky Away no es otra cosa que la contundencia en el dominio de un lenguaje personal que no se distrae con el barullo medioambiental, “el fantasma de un bebé en la incubadora y los bucles de Warren son su pequeño y tembloroso latido del corazón” como lo definió el propio Cave frente a la cansadora metáfora que considera la publicación de un disco como el nacimiento de un hijo.

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#nick cave#Push The Sky Away

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