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Cultura

11 de Mayo de 2013

The Gatekeepers, el documental que incomoda a Israel

Via Elpais.com

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Al final, The Gatekeepers no ganó un Oscar, pero sí se ha ido ganando poco a poco a los espectadores, hasta convertirse en la tercera película israelí más taquillera de la historia en Estados Unidos. El dato sorprende, si se tiene en cuenta que se trata de un documental tirando a deprimente y rodado sin excesivos fuegos de artificio. Una habitación, una silla, imágenes de archivo y hasta seis entrevistados que se asoman a la cámara de Dror Moreh. La clave está en la identidad de los entrevistados y en su excepcional entrega al proyecto que logra el director. Los que hablan ante la cámara son los seis jefes de los servicios secretos internos israelíes vivos, los mismos que han ordenado asesinatos selectivos e interrogatorios inhumanos a los palestinos y que han convertido Cisjordania en un lugar infernal. La suma de confesiones de estos hombres maduros se convierte en una radiografía perfecta de la ocupación israelí desde 1967 y en un lúcido recorrido por la historia reciente del Estado judío.

En la película no hay propaganda, ni eslóganes políticos, ni denuncias que valgan. Hay hechos y testimonios. El resultado es cristalino: un alegato en contra de la ocupación a los palestinos y la convicción de que Israel ha elegido el camino equivocado si lo que busca es la paz. De que puede que el gigante militar de Oriente Próximo sea capaz de ganar una y mil batallas, pero que como dice uno de los protagonistas de la película, es incapaz de ganar la guerra y mucho menos la paz.

Moreh pasó por Madrid, donde The Gatekeepers se proyectó en el festival Documenta Madrid y conversó con este diario. Dice que después de rodar 72 horas de entrevistas con los jefes de los servicios secretos y de ver miles de horas de imágenes de archivo sobre la historia de su país se ha convertido en una persona más pesimista; tanto que está pensando emigrar de Israel, en un intento de dejar atrás un conflicto al que no le ve solución posible si de los actuales gobernantes depende.

Pregunta. Recuerdo el estreno de su película en la filmoteca de Jerusalén. David Grossman, políticos, militares. La élite del país estaba en aquella sala que se quedó muda cuando al final aparecieron los títulos de crédito. Alguno incluso lloraba. Daba la sensación de que aquello se convirtió en una sesión catártica. ¿Era ese el objetivo principal de su película?
Respuesta. Sí. En Israel, estamos sometidos a titulares terribles a diario. Si quieres cambiar algo, tienes que desatar un terremoto y solo los jefes del Shin Bet, los servicios secretos podían hacerlo. Ellos son los que mejor conocen el conflicto israelo-palestino y las consecuencias para los dos bandos. A ellos se les escucha. Cuando ellos dicen “no a la ocupación”, eso supone un dilema para el centro-derecha, porque esos seis hombres son los que han ordenado asesinatos selectivos y torturas a los detenidos. Ahora son ellos los que dicen que eso no sirve, que hay que cambiar de estrategia.

P. ¿Cómo consiguió que los jefes de los servicios secretos se abrieran y le confesaran sus pecados?

R. Primero decidí que las entrevistas tenían que desarrollarse en su terreno para que se sintieran cómodos. Unos eligieron su casa y otros la oficina. Había leído muchísimo y me había preparado una montaña de preguntas, pero decidí no interrogarles. Dejé que fueran ellos los que dirigieran la conversación y así fueron hablando durante horas. Cada sesión duraba tres o cuatro horas. En total fueron unas 75 horas sentado con ellos. Yo creo en las entrevistas largas.

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